El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, viajó a los EE.UU. para reunirse con el presidente ilegítimo Donald Trump —si el no reconoce a Maduro como presidente, yo tampoco—, con motivo de la entrada en vigor del nuevo acuerdo comercial entre estos dos países más Canadá, también llamado T-MEC. Es indiscutible que algunos presidentes deban hacer acuerdos bilaterales, en función de dar bienestar y estabilidad a sus países; pero de ahí a desviar u olvidar el líder de un país (como el caso de AMLO) conductas o tratos desiguales de otro (como Donald Trump), contra su Nación, es una postura entreguista, por no decir de sumisión. Parece que AMLO tuvo un largo lapsus mental cuando agradeció al orate de Trump haber tratado a su país con "gentileza y respeto" y no "como colonia"; según él, el señor Trump ha tratado a los mexicanos como un pueblo digno, libre, democrático y soberano, al tiempo que emitía vítores por la amistad de ambas naciones. Se atrevió AMLO, además, en elogiar a Trump por no haber seguido la Doctrina Monroe para atribuirse derechos unilaterales sobre Latinoamérica. Como el sueño de Bolívar fue el de la creación de la Patria Grande; todo aquel que se considere ciudadano y ciudadana de ella, latina, Bolivariana, Zapatista, Sandinista, Peronista, Castrista y Chavista, debe repudiar todo acto que atente contra la dignidad de su pueblo y de sus pueblos hermanos. No podemos ser tan indiferentes frente a los maltratos dados por Trump contra los migrantes mexicanos, la amenaza a los dreamers, el aumento de la venta de armas de EE.UU. a México, la construcción del muro en la frontera con México para evitar que los mexicanos malos (violadores, criminales y escorias) entren a su territorio, la detención de los niños migrantes, la desigualdad en los impuestos comerciales entre ambos países, el ventajismo de los productos estadounidenses frente al de los mexicanos y la mano de obra mexicana que explotan los empresarios gringos en su país. El mayor crítico en México del neoliberalismo ha sido ahora el defensor de las políticas salvajes que implanta el imperio y por eso lo agradeció. Negar que Trump no siga la Doctrina Monroe es negar que pretenda tener derechos sobre la región, en consecuencia aplicar saqueos, bloqueos e invasiones contra aquellos países que no se rindan a sus pies. Es una traición al pueblo mexicano y a todos los pueblos del continente.
No solo AMLO tiene una postura contradictoria en su manera de ver la independencia de su territorio, pues el presidente Maduro ha aplicado políticas económicas contradictorias que lejos de estar contra el imperio, en la búsqueda de la verdadera independencia, en romper las cadenas que nos oprimen del yugo del imperio, permiten depender más económicamente de éste, dolarizando la economía del país, permitiendo que se haya sustituido nuestra moneda nacional por el dólar estadounidense. Esto también es un acto entreguista y antibolivariano. Debemos ganar la guerra económica impuesta por el imperio colocando en primer lugar nuestra soberanía como principio digno e invalorable del pueblo, no siguiéndole el juego al imperio dolarizando nuestra economía; es decir, si tratamos de hacerle frente a la guerra del imperio con las mismas estrategias salvajes del capitalismo, el pueblo no va a soportar la crisis y puede dar pie a un estallido social. No se trata —como dicen los expertos de la oposición— que hay fijar también los salarios en dólares, puesto que ya algunas empresas privadas lo están haciendo con los trabajadores, lo cual contribuye más al desastre económico, se trata de salvar la economía con nuestra moneda soberana "el Bolívar"; no obstante, será imposible cuando el mismo presidente Maduro ha manifestado que está de acuerdo con el proceso de "dolarización" que se viene imponiendo en el país, cuando en realidad esta imposición se empezó a materializar gracias a la entrada de remesas de los venezolanos en el exterior que ayudan a sus familiares que se quedaron o que no se pudieron ir. Es muy normal ver cómo poco a poco las transacciones financieras, comerciales y empresariales, se realizan con la divisa estadounidense, para muchos "el Bolívar" no vale nada. Claro, nos lo desvaluó el gobierno, los grandes empresarios venezolanos a los que el gobierno les otorga divisas, compran en el exterior y fijan los precios en el país al valor del mercado negro; los colombianos desde Cúcuta Today; los venezolanos apátridas que están en Miami, a través de Dólar Today; pero también hasta el campesino que produce caña de azúcar, no porque la caña sea del imperio, sino porque su comercialización la realiza en dólares. Algunos venezolanos no ve mal ese proceso, pero hay otro sector mayoritario que si lo ve y son los que ganan en bolívares, la mayoría de los funcionarios públicos, la clase obrera que siempre la han colocado en esa lucha de clase tan desigual. Mientras esta política exista será difícil recuperar nuestro Bolívar, ya que se adoptó de manera oficial y descarada la adopción del dólar cuando en otros países ya la moneda estadounidense la están sustituyendo por otras. Si el modelo económico que ha aplicado el gobierno está lleno de contradicciones desde el punto de vista socialista ¿por qué no se ha tomado en consideración la propuesta de la economista Pascualina Curcio, la cual está basada en el respaldo y protección de la moneda nacional? ¿Por qué los asesores económicos del presidente Maduro lo engañan, argumentando que por la vía de la dolarización vamos a recuperar la economía y el bolívar? El equipo económico gubernamental promueve políticas retrógradas, neoliberales y antibolivarianas. Con la dolarización no solo se entrega nuestra soberanía, sino que se excluye a las grandes mayorías del país. La recuperación no se dará con la dolarización, sino con la producción, con la transformación total del sistema económico, con la aplicación de medidas sancionatorias contra los especuladores, con la integración de todos los sectores económicos y productivos del país.
Si cotejamos el entreguismo de AMLO a Trump y la dolarización de nuestra economía, que es decir entregar nuestra soberanía, no hay ninguna diferencia. Nuestra Patria Grande la debemos defender como lo hicieron Fidel, Chávez y Evo ante el mundo. El indio Evo Morales, diplomática y enfáticamente le exigió a los europeos, a los reyezuelos de España, que en el pasado invadieron a los pueblos indígenas y robaron sus recursos, a devolverles lo que le saquearon a su pueblo, en el marco de la hermandad y de la dignidad. Termino parafraseando a Evo en su discurso en la UNESCO en el año 2011: Yo soy de la noble tierra americana y declaro que el hermano usurero europeo y norteamericano me impone sanciones y malos tratos a mis hermanos, cuando hoy esos pueblos son ricos gracias a lo que nos quitaron. Yo vengo de la tierra de Bolívar y declaro que el hermano leguleyo gringo y europeo vende, esclaviza y humilla a mis hermanos latinos, cuando ellos son libres gracias a los mártires nuestros. Yo vengo de la tierra de Bolívar que liberó este continente y declaro que cualquier acto contra el legado de él, es de traición porque tenemos derecho a construir la Patria Libertaria. La verdad nos hará libres y también despiertos.