El principal enemigo de la humanidad es la humanidad misma: sus guerras, sus agresiones a la naturaleza, su capitalismo, su fascismo. Los males vienen de la humanidad y sólo la humanidad puede solucionarlos.
Vivimos días de pérdida de la esperanza: el capitalismo es unánime en el planeta, los ensayos de una manera sana, armónica de vivir, de relacionarnos han fracasado, fueron capturados por el sistema suicida basado en el lucro, en la desigualdad, el egoísmo. Fue aquí en Venezuela el último intento de sanación de la humanidad, de desprenderse del camino suicida que nos propone el capitalismo y fundar una relación humana basada en la cooperación, en el amor de unos a los otros, en importarse por el todo y que el todo se importe por el individuo. El ensayo, lamentablemente, terminó en su contrario, en un gobierno que fue derivando hacia el fascismo.
Cuando el fascismo surge de un gobierno de derecha es fácilmente detectable, cuando surge de las entrañas de una Revolución es de difícil comprensión, frente a esta situación estamos. El gobierno de Chávez, ese hermoso y heroico intento de tomar el cielo por asalto, fue torcido hacia un brote fascista, que comenzó por horadar las bases psicológicas, de conducta, que el ensayo socialista comenzaba a fundar; el espíritu de solidaridad fue trocado por el sentido de la solución individual y a cualquier costo, la visión social fue sustituida por el egoísmo más salvaje; la verdad, la comprensión de la realidad, fue sustituida por la mentira como argumento para justificar el desastre, la calumnia fue artera arma política; se despojó a la masa de sus líderes naturales. Sobre esas bases se reinstaló el capitalismo en su fase más represiva, el fascismo.
El capitalismo recién instalado exige su correspondiente político, y en situación de profunda crisis económica y social, con pérdida brutal del apoyo popular, la tentación fascista se hace presente y el gobierno no la evita, al contrario, la acoge como única manera de perpetuarse en el poder. El tránsito al fascismo es cada día más evidente, cada día se da un nuevo paso en ese camino.
La solución violenta, el imputar los males a causas externas es la norma, de esta manera, miles de ejecutados en las capas más pobres, un éxodo de millones de ciudadanos, la persecución de la disidencia, el linchamiento moral de los líderes chavistas que se oponen a la deriva fascista documentan el giro. Y si alguna duda había, en los últimos días el presidente de la asamblea reciente y dudosamente electa agrede, de manera tortuosa, al Partido Comunista de Venezuela, a su Secretario General y diputado, Oscar Figuera, con un odio que muestra el verdadero carácter del gobierno (https://www.youtube.com/watch?v=us9tC4DfkDw). La historia nos dice que cuando un gobierno arremete contra un Partido Comunista es señal de alerta de su deslizamiento a zonas fascistas.
Es verdad que el imperialismo mundial juega al policía malo con los gringos y al bueno con los chinos y rusos, al final el imperialismo mundial gana. Es verdad que nos imponen medidas de cerco, y es verdad que esas medidas han tenido éxito en empujar al gobierno al capitalismo. No han necesitado invadir nos, fueron suficientes unas guarimbas para que el gobierno olvidara la máxima chavista: "a cada agresión responderemos profundizando la Revolución". El gobierno, al contrario, a cada agresión dio un paso al capitalismo, hacia el fascismo.
Aquí en Venezuela vivimos un brote fascista que debe ser enfrentado temprano, es imperativo desenmascararlo, es allí donde la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad puede contribuir, mucho. No le pedimos a Uds. que crean en lo que decimos, sólo le solicitamos la duda: estudien la situación con la inteligencia que los caracteriza, con la experiencia de lo que han vivido y su conocimiento de la historia de la humanidad, luego pronúnciense de acuerdo a su conciencia. Y ese manifiesto, o ese silencio, será su comparecencia ante la historia. Sería prudente oír todas las versiones, los informes de la ONU, los testimonios de los implicados, los fríos números, la realidad…
Por su atención muchas gracias.
