Las economías emergentes se achican, la impronta, no es solo la solución y situación financiera de USA, bajo el control político de Joe Biden, sino la contagiosa naturaleza de su modo de vida, estas economías de los países subdesarrollados desean parecerse más a la norteamericana. Es de entender, que, el modelo ideológico de los países imperiales es subyacente a la monarquía la dictadura, más allá nos encontramos con el consumismo en todas sus manifestaciones y nivel. Las empresas transnacionales vienen repartiéndose el mercado mundial, donde impera la racionalidad. El Estado, busca competir provocando la comercialización de microempresas subsidiarias, bajo el eje de concentración de capital. Son modelos excluyentes que favorecen una minoría, como ejemplo la telefonía pública. Cada fusión, adquisición o privatización implica un recorte de personal. Es el neoliberalismo que, supone una acumulación de capital abrupto que, desmantela el Estado benefactor.
La aristocracia venezolana- en nuestro caso- ha logrado formar una sociedad democrática, gracias al aislamiento de los hombres que conforman la República, es un egoísmo de unos de otros. Aquí, no se puede hablar de ciudadanos independientes que se suman a los regentes embriagados de su nuevo poder y rol ficticio. No ponen dificultades en mostrar que no piensan más que en sí mismos. Es una lucha prolongada que, comenzó desde el gobierno de Medina Angarita hasta Chávez y, su revolución bolivariana. La aristocracia logró mezclarse entre las distintas clases sociales, y controlar el poder económico.
Bajo un gobierno libre, la mayor parte de las fuerzas públicas son electivas. Lo que da lugar a intrigas por el acceso al mercado. Y la libertad crea odios particulares, pero, en el presente, tenemos la búsqueda del poder a través del control territorial. Lo que indica conducirse con sabiduría para lograr penetrar en el espíritu de los ricos.
Los imperios se están reconstruyendo a sí mismos. A imagen de su superpotencia mentora los Estados Unidos, solo que, de una manera más rápida y escala mayor. Siendo el gran problema El Reino Unido. Es quién controla los mares en base que fue el gran depositario del oro de los países hispanoamericanos y del Este asiático.
Tendríamos que ver, hasta donde llegó EE. UU con Guyana, necesita de las materias primas que, ella le puede proporcionar, con el “cuento y fantasía” que, El Esequibo les pertenece. Lo cierto, el sistema de financiamiento mundial debe hacerse con austeridad y, USA es capaz de venderle armas a Guyana francesa con tal, de seguir perforando El Delta Atlántico, ya llevan años llevándose el oro de estas tierras nuestras.
Hay ciertas leyes que, en su naturaleza son democráticas, y que, sin embargo, consiguen corregir, en parte, esos instintos peligrosos de la democracia. Washington ha tenido siempre en el Congreso Federal de Estado, hombres oscuros, desviados de una imagen que nada tiene que ver con el pensamiento norteamericano. ¿Quién iba a pensar que Barak Hussein Obama era un felino? Europa se dio cuenta de inmediato y América Latina, desde el momento en que llegó a la presidencia viene sufriendo un complot en cuanto a la libertad comercial y su relación de mercadeo con países cuyos territorios se encuentran al otro lado de los océanos. Ha sido un bloqueo global.
Es fácil percibir la realidad, la democracia latina ha tenido sus escollos, porque, sus militares en vez de triangularse en una sola unidad patriótica contra el Reino Unido, la cúpula militar se ha fragmentado desde la traición a Bolívar y Sucre en Marruecos, sin olvidar al excelentísimo Sebastián Francisco de Miranda.
Tenemos derecho al lazo comercial con los diferentes Estados del mundo. Somos un gobierno libre y revolucionario desde la llegada de Rómulo Betancourt a la presidencia hasta Nicolás Maduro Moros. Somos el gobierno de los grandes, interesados en el bien público y, una reputación bien sólida de desinterés
Inglaterra y USA jamás en este tiempo contemporáneo pueden imponer sus leyes. Se equivocan, El prestigio de la realeza británica se ha desvanecido, Ya son débiles, y se les desprecia. Europa se dividirá en dos ejes, el del Este y Occidental. Estos pueblos tienen el derecho de vivir en libertad y, no sometidos al yugo de España y Estados Unidos. Inglaterra como parte del Reino Unido es solo un espectáculo de la arbitrariedad. El Imperio Otomano se restablecerá y los judíos deben huir a los montes altos para salvarse del daño que hicieron en Palestina, estimulados por Francia y los estadounidenses. La ley, la ejecutarán las mayorías, es la memoria de un gran pueblo, avasallado por Francia, ingleses y Estados Unidos.
Es fácil percibir en corto tiempo la unión de las repúblicas, la voluntad popular pasará por el poder legislativo, y la antigua monarquía será castigada con justicia, porque emergerá un nuevo poder económico.