Algo se debe reconocer al madurato, es su habilidad para el engaño y la distracción. Ahora inventan una tal reforma de la Constitución, que no termina de aparecer con claridad de que se trata, de ella sólo se hablan generalidades, y se vende como un mejoramiento de la participación popular, un afianzamiento de lo que ellos llaman estado comunal y una economía moderna. Todo sin ninguna precisión.
Conociendo a los personajes, podemos adelantar a manera de alerta temprana, algunas observaciones y conjeturas sobre las intenciones de la reforma. ¿Por qué esta reforma, por qué ahora, cuál es el apuro? la respuesta nos lleva a dos posibilidades, las dos con fuertes apoyos en la realidad. Una, se trata de blindar al gobierno fraudulento y débil. Después de las últimas elecciones, sin actas, pero con proclamación, el madurato debe curarse en salud y poner obstáculos a las futuras elecciones, meter en un cepo a las oposiciones.
La otra, y más importante, se trata de adecuar las leyes a la entrega franca del país al capitalismo internacional y nacional. “Legalizar” la participación internacional en la economía, garantizarle legalidad a esos capitales y facilidades económicas y jurídicas. Evitar las leyes del trabajo, una impunidad “legal”. Y quien sabe mil triquiñuelas más.
Por qué ahora, el madurato con su crisis de legalidad, necesita la aprobación internacional, y debe convertirse en paraíso para esos capitales, y rápido.
Lo que no se puede esperar, sería ingenuo, es que esta reforma sea para frenar el capitalismo, estimular al Socialismo, para más democracia, todo lo contrario. Mientras exista capitalismo habrá miseria y opresión de las mayorías.
La campaña presentando la reforma, intentará, como hasta ahora, ocultar la esencia del cambio económico, con la excusa, poniendo el énfasis en la supuesta ampliación de la participación popular, que será confinada a los asuntos de su entorno, privándola de la visión nacional, y por supuesto de la visión universal. Distraer con la zanahoria, evitar que se identifique al gobierno, al sistema, como origen de los males. A esta distracción se unen las múltiples elecciones que entusiasman en la inmediatez de una participación ficticia, de apariencia nada más. No hablemos de los resultados que ya están diseñados.
¿Qué hacer?
Lo primero es que la gente debe entender, que con este gobierno no hay posibilidades de algo honesto, todo estará signado por la trampa, más lo que tenga que ver con elecciones. Convencerse, que de este madurato solo saldrán calamidades. Y comprender, ya, de una buena vez, que estamos inmersos en un proceso de restauración del capitalismo, y con capitalismo no hay estado comunal ni nada parecido, sólo bienestar para los capitalistas y miseria para las grandes mayorías.
La restauración capitalista debe hacerse con una alta dosis de violencia política y social, y requiere el concurso de una dictadura que después del 28J se instala abiertamente, y comenzará el proceso de violencia, de represión. Allí se inscribe la reforma a la Constitución, dar un barniz de legalidad a la liquidación del legado de Chávez, y a la instalación del capitalismo.
Es urgente, concretar una dirección chavista, revolucionaria, socialista. En esta situación, en esta encrucijada no hay atajos, no hay soluciones dentro del capitalismo. El problema de fondo no es el madurato, es el capitalismo, y debe ser combatido en todas sus formas, el capitalismo madurismo, el capitalismo mariacorino, y también cualquier otro reformismo.
Poco a poco irán apareciendo con más claridad las intenciones del madurato.
¡CHÁVEZ, SOCIALISMO ES EL CAMINO!