Creo que Nietzsche no se equivoca cuando afirma:
“Al cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha proscrito todos los instintos fundamentales de ese tipo, él ha extraído de esos instintos por destilación, el mal, el hombre malvado, - el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo. El cristianismo ha tomado, partido por todo lo débil, bajo, malogrado, ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha corrompido la razón incluso de las naturalezas dotadas de máxima fortaleza espiritual al enseñar a sentir como pecaminosos, como descarriadores, como tentaciones, los valores supremos de la espiritualidad. ¡El ejemplo más deplorable - la corrupción de Pascal, el cual creía en la corrupción de su razón por el pecado original, siendo así que sólo estaba corrompida por su cristianismo! –“
Esta visión extraordinaria de Nietzsche nos hace ver el terrible mal que engendró la Iglesia Católica con la humanidad, como la destruyó psicológicamente y colaboró con esa destrucción por siglos, la hizo débil, le quitó sus elementos naturales de defensa, creo la utopía del hombre débil, el ideal máximo para llegar a un lugar improbable, un cielo lleno de santos, mártires, disfrutadores de angustias y dolores, mientras el poder de la Iglesia aumentaba, no solamente su poder económico sino social. Manipulando las conciencias por siglos, arrebatándole al ciudadano su vida. La Iglesia Católica destruyó al hombre superior que podría nacer en cualquier momento. ¿Cuál es el símbolo para conocer a alguno de ellos que exista todavía? Aquel que no pone la otra mejilla, que se revela a creer todavía que nacemos pecadores. No nacemos pecadores, esa fue la manipulación psicológica creada por el monstruo que come y devora, lo ha hecho por siglos. Te hace sentir pecador, te humilla desde la simiente, te absorbe tu vitalidad, te continúa manipulando para que no seas un guerrero y descubras tu grandeza psicológica. De tal manera que el Cristo de la Iglesia Católica tiene en su esencia el Anticristo. El pretende ser el dueño de nuestras vidas.
No lo logrará, y ahora menos que el Venezolano está en un momento de resurrección y vida, el ciudadano común no seguirá ofreciendo su mejilla, quiere el verdadero poder, y lo quiere ahora, no aceptará medias tintas, no quiere cielos utópicos, no quiere esperar por el Cristo que viene pronto. Quiere solucionar sus conflictos ahora, hasta cuando fe con el estómago vacío.
Nietzsche dijo
El cristianismo es también antitético de toda buena humana constitución espiritual, - sólo puede utilizar como razón cristiana la razón enferma, toma partido por todo lo idiota, lanza una maldición contra el espíritu, contra la superioridad del espíritu sano. Dado que la enfermedad forma parte de la esencia del cristianismo, también el estado de ánimo típicamente cristiano, la fe tiene que ser una forma de enfermedad, todos los caminos derechos, honestos, científicos del conocimiento tienen que ser rechazados por la Iglesia como caminos prohibidos. Ya la duda es un pecado... Fe significa no-querer-saber lo que es verdadero. El pietista, el sacerdote de ambos sexos es falso porque está enfermo: su instinto exige que en ningún punto la verdad obtenga su derecho. Lo que pone enfermo es bueno; lo que viene de la plenitud, de la sobreabundancia, del poder, es malvado: ése es el modo de sentir del creyente.
Cuando Nietzsche afirma que el cristianismo toma partido por todo lo idiota y lanza una maldición contra el espíritu, se refiere a que siempre consideró a la humanidad estúpida, y la seduce con estupideces como la fe, no le gusta hombres fuertes, concientes de su fortaleza, huye de la verdadera fuerza espiritual, libre, inteligente, lógica, sin ataduras psicológicas. La Iglesia Católica hizo mucho mal, lo confirmó el Papa Juan Pablo II, al pedir perdón a la Humanidad por todos los actos de guerra, destrucción que propició, se hizo de la vista gorda frente a las atrocidades durante la Alemania de Hitler. Cómo ahora en nuestro territorio nos va a hablar de dictaduras, injusticias, etc. No puede hacerlo, no tiene moral, su Cristo es el anticristo, el dueño y señor de este mundo capitalista.
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