Contrareforma y muerte

Una vez más, los medios de comunicación han transmitido tensión y violencia a la clase media urbana, esta vez con el pretexto de la Reforma Constitucional propuesta por el Presidente Chávez. En años anteriores se exaltaron contra la Asamblea Constituyente, contra la Constitución, contra las Leyes Sociales, contra todo lo razonable y benéfico que se le ha ocurrido al gobierno.

Los partidos y gremios burgueses, incluyendo la cúpula y sólo la cúpula farisea de la Iglesia Católica (las bases del edificio son pueblo chavista), se desgarran las vestiduras, claman a su cielo del Norte, y nos anuncian que la República se derrumbará bajo el peso del comunismo.

Como siempre, son de una incoherencia y de una imbecilidad porcina. Dicen que la Reforma será dictatorial aunque sea aprobada por el pueblo, dicen que es “inmoral” pero piden tiempo para discutirla, llaman a votar en contra y proclaman la abstención; pero en cualquier caso, concluyen, habrá un fraude como el que vienen denunciando por años sin aportar pruebas.

NO HABRA CHAVISMO INDOLORO

Pero ellos mismos revelan sus secretos. El estudiante Yon Goicochea, del proyecto “Conflictos No-Violentos” de la CIA, cometió la torpeza de expresar su odio diciendo “Por cada venezolano malo hay cuatro buenos”. Es la primera vez la oposición “legal” se atreve a condenar por “malos” a más de seis millones de venezolanos que van a votar por la Reforma. Esto no es casual pues para ellos no se trata solamente de salir de Chávez sino de extirpar “el chavismo”, liquidar las conquistas sociales y políticas, abolir toda soberanía y entregar el país al saqueo del Imperio.

Su problema es que han demostrado ser tan mediocres en la oposición como gobernando. Sin proyecto ni programa, sufren de indigencia en líderes y candidatos. La dictadura les queda más lejos que el triunfo electoral. Esto lo saben los titiriteros sádicos que manejan los hilos mediáticos de sus multitudes masoquistas y por eso su agenda oculta es destruir por la fuerza lo que no pueden transformar por la razón. Quieren provocar confusión, desabastecimiento, violencia, odio, miedo, separatismo e intervención extranjera, hundir a Venezuela en el dolor para obtener la “seguridad jurídica” ensangrentada que Bush y las transnacionales tanto alaban de Colombia. Es decir, arruinarnos la vida a todos sin excepción.

Ya lo dijo alguien durante la Revolución Francesa: “La única manera de controlar una revolución es hacerla uno mismo; pero para eso hace falta estar convencido de que es necesaria e inevitable”. Lo dijo Chávez durante su discurso de toma de posesión: la revolución vino para quedarse y todos sin excepción debemos trabajar para darle un cauce pacífico y democrático, o nos arrollará.

La reforma constitucional, con todos sus defectos, sigue siendo la revolución pacífica y democrática. El pueblo dirá, electoralmente, si la aprueba o no. En ambos casos tendremos la fiesta en paz y el socialismo. Pero si los golpistas le dan un palo a la lámpara no tendrán capitalismo sino el arrepentimiento del Siglo 21.

rotheeduardo@hotmail.com


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Eduardo Rothe


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