He venido señalando que la selección de los candidatos a Gobernadores y Alcaldes no debe ser un reparto y forcejeo de grupos, roscan o tendencias; y al parecer la alta dirigencia del PSUV, también ha sido abrasada por el sentimiento de todos los colectivos que dentro y fuera de esta organización, pujan para que sin titubeos, terminen de dejar en las manos de sus activistas, este tipo de desiciones.
Hasta aquí las cosas parecieran ir por el camino adecuado, y uno está en el deber militante de reconocerlo; pero resulta que raíz de la decisión que acaba de tomar el partido donde milita el camarada Chávez, me veo en la obligación de insistir, en que lo único que nos pudiera alejar de un colapso, antes de ir a la confrontación con nuestros adversarios, es la consulta democrática, ejercida a través del único método que conocemos y que está pautado en nuestra constitución: La elección por la base de aquel que desee aspirar a cualquier cargo legislativo o ejecutivo, que así lo requiera la norma constitucional o legal .
Este método es el que ha permitido, que el propio líder de esta revuelta haya sido electo presidente tres veces, y que desde 1998, las fuerzas del cambio solo hayan perdido el referendo de la reforma constitucional. Así que, derivar en fórmulas y atajaperros normativos y partidistas, que cercenan el libre derecho que tiene los aspirantes y militantes a escoger definitivamente a sus candidatos, está muy lejos de eso que conocemos como la democracia participativa y protagónica del pueblo.
De tal forma, que imponer “democrática y disciplinadamente”, el que los candidatos electos, deben de paso, reunir el 50% de los votos o ganar con una diferencia del 15% sobre el candidato que llegue de segundo, es el camino más expedito para birlar la voluntad del elector y provocar que se produzca una cola inmensa de candidatos ganadores con el 49% y el 13.5% recurriendo al TSJ, para impugnar el proceso por estar viciado de actos inconstitucionales.
Esto no es ningún arrebato ultra democrático, porque ha sido el propio presidente del partido el que ha anunciado la metodología, basándose en lo que expresa el artículo 67 de nuestra constitución, el cual entre otras cosa señala, “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Sus organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes…”
Como puede observarse, para nada esta norma constitucional permite introducir mecanismo como los acordados en la última plenaria de los delegados de la organización que aspira modelar el socialismo del siglo XXI; y porque además, este principio democrático está soportado por lo que establece el Artículo 63, el cual señala que “el sufragio es un derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas”; lo que supone entonces, que después de ejercido por el militante ese derecho consagrado en la carta magna, no podrá mecanismo alguno distorsionarlo, ni envilecerlo.
Hay que insistir en esto, porque muchos fueron los errores cometido con la reforma; y todo por que hubo mucho temor a la revisión critica de la propuesta presidencial, y ya sabemos las consecuencias de esa conducta; así como también sabemos, que el epicentro de estos temores, está en lo difícil que ha sido el ejercicio del libre debate democrático en las estructuras del mando político, y ahora con mas fuerza en el PSUV. ¿O no, camarada Chávez?
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