Ernesto García Mc. Gregor, es un médico zuliano, articulista de la prensa regional. Ha escrito en el diario Panorama; hoy lo hace en el fuertemente opositor diario La Verdad de la ciudad de Maracaibo. Hace años, escribió en Panorama un relato ficticio que les viene al dedo a muchos “revolucionarios de pacotilla”. El relato palabras más, palabras menos decía algo así:
“Había un dirigente sindical de izquierda que todos los días se apostaba en los portones de la empresa transnacional en la cual prestaba sus servicios (por supuesto no trabajaba) y dirigiéndose con un megáfono a la masa laboral, despotricaba hasta la saciedad de sus dueños, de los malditos capitalistas a quienes llamaba explotadores; hablaba de capitalismo salvaje y de sociedad de consumo.
Llegada la tarde, ya de regreso a su casa, se bajaba de un Chevrolet último modelo de su propiedad. Al entrar a la habitación encendía un aire acondicionado marca Westinghouse, sintonizaba su televisor marca RCA Víctor y sacando de su bolsillo una cajetilla de Marlboro, encendía un cigarrillo y después de una larga inhalación y exhalación, decía a pleno pulmón estirándose en su cómodo sofá adquirido en el almacén americano:
¡Que se habrán creído estos Yankees capitalistas de mierda!”
Hacer una comparación entre el relato ficticio de Ernesto García Mc. Gregor y los programas radiales de Vladimir Villegas junto a la escuálida Karla Angola y el programa en solitario de Maripili Hernández, ambos, trasmitidos por Unión Radio en horario vespertino el primero y meridiano el segundo, es el objeto de este artículo.
Harto conocido es como Vladimir Villegas y Maripili Hernández se venden ante la audiencia que los sintoniza, no con megáfono en mano, pero sí con un micrófono, como revolucionarios y socialistas. Ambos, han sido funcionarios del gobierno; como el sindicalista empleado del explotador capitalista del cual despotricaba.
Los dos comunicadores “socialistas” aludidos en este artículo, utilizando la radio, a diferencia del sindicalista de la fábula de Mc. Gregor que lo hace en privado, hacen una verdadera demostración de sus cualidades comunicacionales “capitalistas” cuando incitan a sus radioescuchas, contrariando la filosofía socialista de la cual hacen alarde, al consumismo, tratando de vender las frivolidades y marcas que patrocinan en sus respectivos programas. Es cómico ver como se salta de la crítica perversa de un sistema consumista y depredador del hombre como lo es el capitalismo y de inmediato anunciar que, para lucir bella, usted debe arreglarse los pelos en determinado salón de belleza en el Tolón. También puede escuchar una invitación a degustar un exquisito lomito al grill en un prestigioso y lujoso restaurant del Este capitalino. O si lo prefiere, puede comprar el celular de última generación que usted tanto ha soñado con camarita y todo incluido que abulta el precio, pero que en esencia cumple la misma función del más económico lo cual es comunicarlo con otra persona, si se trata de convencerlo, que adquiera el más caro.
Como diría Eduardo Galeano: el mundo al revés.
Razón tiene Hugo Chávez cuando asevera:
El problema es ideológico y de convicción.
¡Qué duro es ser socialista!
¡El que tenga oídos, que oiga!
(*)Médico
elieceralvarado@hotmail.com