¿Qué nos toca hacer para construir la nueva ética socialista?

El Plan Nacional “Simón Bolívar”, que sirve de sustento teórico al proyecto de gobierno y a las iniciativas de desarrollo del gobierno revolucionario habla de la necesaria e impostergable refundación de la patria.

El proyecto nos insta a la construcción de una nueva ética socialista, para darle vida a una cultura democrática y solidaria, que nos permita alcanzar la “suprema felicidad social”, con modernos patrones de producción humanistas, con una visión innovadora en cuanto a las estrategias geopolíticas nacionales e internacionales y un compromiso real a favor de la conformación de un “Estado ético”.

¿Qué significa eso?, ¿cómo nos hacemos parte de ello?, ¿qué nos toca hacer desde cada una de nuestras posiciones?. Esas son preguntas básicas y necesarias para poder trazar nuestra agenda.

Cada ciudadano debe hacer su tarea para cristalizar este proyecto que implica darle un vuelco al sistema en el que nos hemos desenvuelto durante años y dar paso a una sociedad con valores que no se quede en el discurso, ni en los sueños.

La nueva ética socialista nos permite trabajar para construir una sociedad donde efectivamente podamos contar con nuevos funcionarios públicos, con nuevos liderazgos, con ciudadanos y con gobiernos realmente comprometidos con la civilidad, el socialismo, el humanismo y la tarea de derrotar al viejo modelo capitalista, ese mismo que impuso el egoísmo entre nosotros, ese que cultivó la acumulación de bienes y riquezas como símbolo de poder, ese que promovió e instauró la violencia sicológica y material alrededor de un sistema económico, donde impera la desigualdad y la injusticia.

La nueva ética socialista tiene muchos enemigos, por eso, el trabajo será arduo. Son enemigos jurados de la ética socialista, los corruptos, los incapaces, los necios, los falsos, los oportunistas y los oligarcas. De allí que, ya sabemos con quiénes debemos trabajar y a quiénes debemos derrotar.

Todo ciudadano y ciudadana debe conocer el concepto. Debe apropiarse de él, debe asumirlo y digerirlo, debe “empoderarse”, como dicen mis amigos los sociólogos. Si no cambiamos nosotros, si no nos revisamos para poder pedirle cambios al vecino, al amigo, al funcionario, al dirigente o al gobernante, nada podremos hacer. Es un asunto colectivo. Seguramente tomará su tiempo, pero seguros estamos de que valdrá la pena.

¿Por qué lo digo? Porque gracias a esa nueva ética socialista podremos consolidar el sueño de Bolívar, podremos asegurar las políticas, proyectos y acciones tendentes a asegurar la mayor suma de felicidad posible para nosotros, como parte de un colectivo.

Necesitamos un Estado ético, esa es una cruda realidad. Requerimos abolir el viejo sistema vicioso, lleno de codicia e individualismo que nos dejó la IV República. Para ello hay propuestas concretas, cada uno asuma su tarea, nuestros logros unidos y sumados, nos aseguran la tan ansiada recompensa.

¿Qué hacer? La tarea es entonces trabajar a favor de una conciencia revolucionaria, tanto en lo personal, como en lo colectivo.

¿Cómo hacerlo?

* Promovamos la civilidad, a fin de que los ciudadanos se hagan responsables de la vida pública.
* Practiquemos la justicia y la equidad en lo personal y en lo institucional
* Hagamos la revolución moral y espiritual
* Promovamos la ética, la moral, la solidaridad y el humanismo como valores centrales de la gestión pública.
* Defendamos el trabajo creador y productivo
* Defendamos el supremo valor de la vida, (el capitalismo no respeta la vida)
* Rescatemos los valores de la solidaridad
* Desarrollemos de una vez por todas el voluntariado
* Seamos 100% incluyentes
* Irradiemos una conducta de solidaridad con los excluidos de América Latina y El Caribe.
* Cuidemos nuestro hábitat
* Profundicemos los preceptos y alcances de la educación bolivariana
* Contribuyamos a masificar nuestros valores culturales fundamentados en la identidad nacional, latina y caribeña, con los rasgos indígenas, afro descendientes y demás influencias que le han dado forma a la venezolanidad.

El Presidente lo ha dicho, hasta ahora todo ha sido un proceso de transición. Las baterías de los revolucionarios deben estar enfiladas ahora a cristalizar la necesaria construcción del socialismo del siglo XXI bajo los lineamientos de una nueva ética colectiva. Sólo así alcanzaremos que las metas transformadoras lleguen hasta la raíz o hasta el alma, para los que como yo, creen en las fuerzas superiores de la fe.


natachainatti@gmail.com


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Natacha Inatti


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