Los perros capitalistas no están ladrando: señal de que la compra del Banco de Venezuela no huele a socialismo

Todos sabemos que el sector financiero internacional y en particular los bancos, sintetizan el dominio del sistema capitalista-imperialista a nivel mundial. Ellos representan la concentración del poder económico, en buena parte son los responsables de la inflación porque determinan el precio del dinero, no les importa el empleo de los trabajadores, pulverizan cuando quieren las reservas de los países y estrangulan el sistema de cambios. Atentan contra la estabilidad económica de las naciones y expropian a su antojo a los deudores. Bien sabemos que agrupados en grandes consorcios son quienes determinan los modelos de desarrollo económico de las naciones subyugadas por el imperialismo, como lo hemos podido comprobar con las recetas dictadas por el FMI, el Banco Mundial, el BID, etc.

Teniendo en cuenta el papel que cumple el sistema financiero, debemos que concluir que ninguna revolución avanzará si el control de los bancos sigue en manos de los bandidos capitalistas. Desde ese punto de vista, la expropiación de los bancos es una de las tareas anti-capitalistas y anti-imperialistas más importantes, porque el imperialismo significa la dominación del capital financiero.

Avanzar en la nacionalización de los bancos, así sea mediante la compra de las entidades como lo hace el gobierno del Presidente Chávez, lo podemos catalogar como positivo. La banca estatal puede ofrecer crédito a los campesinos, pequeños productores, y comerciantes, más favorables que las de la banca privada, así como también pueden resultar favorecidos los pequeños ahorristas. Sólo que habría que añadir que es una medida limitada y de corte reformista, si no apunta a la expropiación de todos los bancos privados, a garantizar que el sistema financiero sea 100% del Estado y que el propio poder del Estado pase a manos de los trabajadores, los campesinos y el pueblo.

Los perros capitalistas no están ladrando

El gobierno español y el propio Grupo Santander han asumido con tranquilidad las negociaciones para la compra del Banco de Venezuela. Esto nos da a entender que no está previsto el pago de un precio justo, que tome en consideración el pírrico precio que estos inversionistas pagaron por el banco en la década de los 90, además de las enormes ganancias que los chupasangres capitalistas españoles han sacado a costa de la economía venezolana, de las elevadas tasas de usura aplicada a más de 3 millones de clientes, el robo descarado de sus bienes a deudores incapacitados de cancelar los créditos y la plusvalía arrancada a miles de asalariados, directa en indirectamente.

Todo indica que se hará una negociación a puerta cerrada y se acordará un precio de acuerdo con los estándares del mercado. En otras palabras, un precio bien alto. Cuando los perros no ladran, es una señal de que no estamos avanzando, y si los perros capitalistas no están ladrando, es una señal de que la compra del Banco de Venezuela no huele a socialismo.

Se ha dicho que es una medida socialista, o que el Banco de Venezuela va a ser socialista cuando se estatice. Ninguno de los bancos estatales, como el Banco Industrial de Venezuela o Banfoandes, funciona en forma "independiente" a la economía capitalista que actualmente existe en nuestro país. Además, la compra de bancos por parte de gobiernos de derecha, de centro, de centroizquierda, en fin gobiernos burgueses, es el pan nuestro de cada día, y mucho más cuando hay una crisis financiera como la producida por la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos, que está llevando a la quiebra a una catajarra de bancos.

La cuestión de si se indemniza o no, es debatible, pero para que el pueblo lo pueda debatir tiene que tener la información necesaria y conocer las condiciones que el gobierno está negociando con los capitalistas españoles. Lamentablemente no se está democratizando la información. Nosotros creemos que un banco que fue privatizado a precio de gallina raquítica, por unos 300 millones de dólares, en la década del noventa, cuando los de la cuarta república estaban viendo como remataban el país, y que nada más el año pasado ese banco dió ganancias por un monto mayor a esos 300 millones de dólares, pues ese banco debería ser expropiado sin indemnización.

Cuando uno lee a fuentes cercanas al gobierno venezolano, como la página rebelion.org, hablando de un precio de compra entre los 1200 y los 1900 millones de dólares, uno se da cuenta de por qué ni el Rey ese, ni el Grupo Santander, ni Zapatero, ni el fascista Aznar dicen ni pío. Eso es una bola de real. ¡Y después nos andan diciendo que no le pueden pagarle las horas extras a un camarógrafo de Venezolana de Televisión, o que los empleados públicos no deben pedir mejorías salariales!

No es por ser aguafiestas, no tenemos nada en contra de que se nacionalice un banco importante, como el Banco de Venezuela, y si se hace de la manera correcta esto puede ser una medida progresiva, y los socialistas revolucionarios seríamos los primeros en aplaudirla, pero no podemos aplaudir con los ojos cerrados, sin conocer los términos de la negociación entre el gobierno y los capitalistas. Debe abrirse un debate con el movimiento obrero, los consejos comunales, el movimiento estudiantil revolucionario, los campesinos, acerca de este tema, y que las decisiones se tomen de cara al pueblo trabajador. Nosotros confiamos que el sentido de justicia del pueblo es mucho más justo que el fulano "precio justo" del que muchas veces hablan los capitalistas.


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Orlando Chirino


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