Fondos del capital socialista... billetes de la revolución

“En todas las revoluciones, al lado de los verdaderos revolucionarios, figuran hombres de otra naturaleza” (Carlos Marx). Hay que dar “cuique suum”; a cada cual lo suyo, en el tribunal de justicia popular de calle, cambiar de época y deslindarse de la época de cambios como dice Rafael Correa. Quizás, entrar al ojo del huracán y recibir el tiro certero del arma anti-crítica e intolerantemente hipócrita.

En artículos anteriores he sido analítico en cuanto a la metodología para recabar fondos del Psuv, más por el fondo del mensaje, que el propio fondo material de los recursos de capital monetario que puedan sostener el sueño socialista en construcción. ¿Son necesarios las recolectas para sostener el partido?, obvio que sí, la diferencia está en lo antipopular y elitesco, a lo cogollérico y similar a la romería adeca de la cuarta república.

Las últimas ideas arrancan con “la cena socialista millonaria del Hotel Alba Caracas”, un día de salario para el Psuv (supongo que los jefes gubernamentales o los opositores enchufados en instituciones públicas) porque el verdadero revolucionario que patea las calles “mamando y sin amigos” como dicen popularmente, está pendiente de agarrar medio para rendirlo como un real en sus necesidades. ¡Tantas iniciativas populares para obtener recursos, tantas formas honestas compenetradas con el mensaje socialista!...y nos empeñamos en métodos capitalistas!...

El concepto “pitiyanqui” habla de un género de ser lastimosamente yanqui o pretender serlo como criollito imitador del estadounidense o amante del sueño americano capitalista, género que por cierto, se aplica a los nuevos ricos en el estilo de “arte de magia” de consumistas compulsivos que ostentan el modelo “made in usa” o la marca del último grito de la moda en cuanto a ropa, accesorios, carros o tecnología. De esa misma confusión capitalista surge la juventud idealista de las botas rojas (tipo converse neoyorquina) que pretende elevar el sentimiento socialista pidiendo fusil si hay “peo” y culí pandeando en un “pitiyanquismo de alma” al tiempo que el Presidente les dice que el “peo” ya está montado.

La revolución se encuentra en un momento decisivo de conciencia ideológica, no pueden mezclarse aceite y vinagre para armar una ensalada. Es necesario la definición y los conceptos claros del camino y la patria a construir, sin las ideas de fondos capitalistas de billetes de la revolución, donde surja el plástico derretido de lleno sol en la recordada canción de Blades...¡se ven las caras, se ven las caras, pero nunca el corazón!


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Larry Márquez Peralta


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