Culminada la actividad electoral, es conveniente que los comandos de campaña se transformen en las plataformas unitarias alternas con todo el apoyo de las instituciones del Estado, para dar vida a los ejes de gobernabilidad parroquial a través de equipos de trabajo, promovidos por el pueblo mismo, para garantizar de esa manera, la gobernabilidad desde abajo.
Los ejes de gobernabilidad parroquial como organización socio-política deben ser transversalizados por el poder popular revolucionario, expresado en la transferencia de la gobernabilidad, empoderando efectiva y realmente a los de abajo… para articular el movimiento popular revolucionario y las diversas fuerzas que lo componen; clarificándolas sobre su destino mediante la formación ideológica para que éstas transformen (cambiando con el pueblo y haciendo revolución) desde sus propias localidades los entornos o ámbitos territoriales; promoviendo la unidad y la construcción de planes discutidos democráticamente que ayuden a consolidar el desarrollo de las organizaciones naturales de las comunidades: los consejos comunales, los comités de salud, las mesas técnicas de agua, los comités de tierra, etc., donde se planifique la acción de gobierno desde abajo, con la incidencia fundamental de los luchadores sociales comprometidos con el proceso y que hacen trabajo político y social en esos ejes territoriales, con pleno y decisivo acompañamiento del pueblo soberano para mejorar aún más y de manera acelerada, la calidad de vida de los sectores más explotados y necesitados, abriendo así, las compuertas hacia el Socialismo en el Siglo XXI.
Para que este sueño del Socialismo desde Abajo se concrete en la Caracas Socialista que todos queremos, es necesario emprender el camino de la rectificación: profundizando las transformaciones reales y cortándole el paso a la derecha endógena que opera silenciosamente como un actor incógnito de carácter contrarrevolucionario (es lo que Chávez debería hacer de inmediato, con certeza y decisión: revisando y limpiando el entorno con el que ejerce gobierno) impidiendo así, que las conquistas y logros de la revolución se detengan y hagan retroceder el proceso en su avance.
La burocracia de la derecha endógena, encuba la corrupción y la impunidad en las instituciones del Estado con grosera permisividad y tiende a acumular un poder desmedido e independiente del gobierno revolucionario: en su rol se personifica esa virtud satánica del capitalismo de transformar a funcionarios honestos con incidencia en el manejos de los recursos del estado en truhanes y pillos de cuello blanco, a términos demenciales. Hecho que comprueban las comunidades y los distintos sectores del pueblo, en su relación directa con las instituciones y funcionarios del poder público.
Hay un hecho que causa mucho malestar, tanto en el seno del PSUV como en el pueblo hambriento de revolución, que quiere caras nuevas promovidas por el mismo mismo. Este hecho no es otro, que los cambios “infalibles” que salen del entorno presidencial entre “superdotados” e “iluminados” que salen de un cargo para otro, con el aparente don de saber hacer de todo bien y no poder cumplir nunca, satisfactoriamente, ninguna tarea: “por sus obras os conoceréis”
Camarada Jorge, tienes una cita con la historia. Tienes el reto histórico de encarnar el socialismo revolucionario de calidad: gobernando fundamentalmente con más aptos y resueltos funcionarios; comprometidos en la lucha revolucionaria y el proceso bolivariano. Debes acabar los privilegios del poder. No dejes que las prebendas del poder detengan el reto que tienes ante sí. El pueblo pobre quiere que sus autoridades llámense como se llamen: presidentes, ministros, gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, jueces, etc.; en fin, quiere que todos los que están en funciones de gobierno, tengan rostro de pueblo en revolución. Quiere que sean como él…pueblo!
“Solo el pueblo… salva al pueblo!”
coordinadora csb@cantv.net
