En Venezuela, en este período bolivariano, así llamado por aceptación general y como signo, precisamente, del cambio generado en el nivel ideopolítico de la sociedad, se ha venido desarrollando un indetenible proceso revolucionario que ha impregnado a todos los insterticios de la comunidad nacional. Son 10 años intensos de profunda interacción política y social en los que todas las instituciones han sido estremecidas y remecidas y ninguna ha permanecida intocada; incluso aquellas, históricamente, más resistentes al cambio han sentido el efecto innovador del espíritu revolucionario que recorre al país. Quizás en algunos sentidos, en algunos aspectos se ha podido ir con mayor velocidad pero se ha avanzado según las circunstancias y lo permitido por las correlaciones de fuerzas acumuladas en las distintas coyunturas.
Profunda lucha de clases
Hemos vivido como sociedad, un innovativo período histórico en el que los cambios se han operado de manera incruenta, en relativa paz pero al fragor de una profunda y creciente lucha de clases en la que el ámbito ideológico – comunicacional ha estado colocado en un primer plano. Claro está, el costo social en vidas humanas ha resultado bajo por que sencillamente el monopolio de las armas, según el enfoque weberiano, el control de la violencia, el control del Estado, lo ha mantenido las fuerzas generadoras del cambio revolucionario inspiradas en una concepción humanista de la revolución y del ejercicio del poder, en la que priva, por encima de cualquier otra consideración, que la lucha ha de darse en el plano de las ideas, en la batalla de ideas de la que habla Fidel, en la lucha por la hegemonía cultural, es decir, en la lucha por alcanzar la dirección de la sociedad fundamentada en una toma de conciencia progresiva de la mayoría social y orientada, lógicamente, en base a los intereses y a la concepción del mundo y de la sociedad de los trabajadores, que no del capital, cuyos representantes en el ejercicio del poder y en la preservación del mismo siempre apelan a la violencia desmedida.
El capital por su génesis, por su lógica, por su metabolismo engendra violencia y quienes lo defienden y representan no pueden concebir las relaciones sociales de otra manera que no sea la sumisión del otro, de los demás, por la vía violenta.
Para los revolucionarios bolivarianos el ejercicio del poder siempre estará motivado hacia la educación y la formación de las masas sin que ello implique dejar de recurrir a la coacción, a la fuerza, cuando así lo requieran las circunstancias extremas. Estos 10 años de experiencia bolivariana son bastantes ilustrativos.
Conformación del instrumento revolucionario
Pero estos 10 años de gobierno bolivariano han sido también ilustrativos para evidenciar una de las carencias más notoria que confronta el proyecto revolucionario: la necesidad de conformar un instrumento político, revolucionario, capaz de conducir el largo y difícil tránsito de construcción de la sociedad socialista que tenemos planteado. Ha llegado la hora de conformar el partido de la revolución bolivariana.
Hasta el momento hemos tenido una dirección revolucionaria, liderada por el Comandante Chávez, por demás certera y ajustada a las exigencias de la lucha, con claridad estratégica y calidad y eficiencia revolucionaria para conducir el proceso de transformación de la sociedad venezolana; con todo y los altibajos, con todo y las fallas que puedan señalarse se ha tenido buen tino para orientar y conducir un proceso revolucionario que constituye un ejemplo para las esperanzas de cambio de todos los pueblos explotados y excluidos del mundo.
Así mismo, hemos contado con instrumentos políticos electorales eficaces, que con todo y las deficiencias que puedan anotarse, nos han permitido salir airosos de los compromisos por los que hemos tenido que trillar. Las exigencias de la coyuntura actual hace imperativo la construcción de un partido revolucionario, cada día se nos hará más difícil avanzar si no conformamos un autentico partido revolucionario, que por supuesto no se decreta ni se instaura de una buena vez y que en el ejercicio del gobierno se torna en una tarea sumamente compleja, en buena medida, por las apetencias que se desatan. Mientras se está en la lucha por la toma del poder se tiende a una mayor coherencia y disciplina pero ya asumida la dirección del Estado se desatan pasiones y se evidencian debilidades ideológicas nada fáciles de combatir y erradicar.
El Estado mayor de la revolución, la dirección revolucionaria, la dirección revolucionaria bolivariana debe contar con un instrumento político apto, preparado para asumir las tareas cada día más exigentes que tenemos planadas como pueblo y como nación.
El enemigo externo e interno se mantiene al acecho, preparando sus fuerzas. Atacando constante y persistentemente, especialmente en el ámbito ideológico – comunicacional pero sin descuidar los otros frentes de lucha esperando y preparando el momento oportuno y preciso para el ataque decisivo. Este enemigo histórico, con las derrotas sufridas, ha aprehendido a ser paciente y a mantenerse como caimán en boca e´ caño.
El Congreso Extraordinario del PSUV
Evidentemente que el congreso extraordinario del PSUV que actualmente esta desarrollándose está llamado a jugar un papel muy importante en este proceso constructivo del partido revolucionario bolivariano. Los temas que esta tocando son cruciales para la configuración partidista. La dinámica que se ha establecido de interacción entre los delegados y las patrullas socialistas es un recurso idóneo para que toda la militancia se involucre en la discusión constructiva de las líneas maestras y las decisiones fundamentales que normarán y orientarán la acción del PSUV en el período por venir.
El PSUV ha de ser un partido de vanguardia, de vanguardia del pueblo bolivariano para la lucha antiimperialista, por la construcción del socialismo, por la defensa de la soberanía nacional y por la integración Nuestramericana.
La intervención del comandante Chávez en el acto inaugural del Congreso Extraordinario del PSUV, en presencia de los delegados al Congreso, de los miembros del alto gobierno y de representantes de partidos hermanos de diversos países del mundo, fue sustanciosa y aguda. Abordó aspectos transcendentales de la teoría y la política que debe debatir el Congreso y la militancia del partido en todas sus instancias.
A nuestro partido le corresponde debatir en torno a:
El modelo de sociedad socialista que debemos fraguar atendiendo a la especifidad venezolana y en el marco del contexto geopolítico en el que nos desenvolvemos como país.
El modelo productivo que debemos instaurar tomando como base la estructura económica preexistente en Venezuela, en la cual el Estado ocupa una posición determinante y en la que es necesario conjugar a otros agentes y factores económicos apuntando, estratégicamente, a la socialización de la producción, del excedente económico y de la propiedad de los grandes medios de producción.
El modelo societal que debemos construir, orientado a desmontar el actual Estado, heredado del viejo orden de dominación y a fortalecer la organización social y los movimientos sociales, con miras a edificar un vigoroso poder popular.
La relación que debe mantener con el gobierno, siempre complementarias, velando porque se desarrolle cada día una mejor acción gubernamental y al mismo tiempo ejerciendo la dirección política del proceso.
La concepción misma del partido como prefiguración de la sociedad socialista y democrática a la que aspiramos y cuya práctica, en consecuencia, debe estar en consonancia con los altos valores que la animan, condición que implica combatir y denunciar el clientelismo, el burocratismo y las practicas corruptas que perviven en su seno.
La estructura del partido a todos los niveles y los estatutos que normarán su funcionamiento a nivel nacional
Uno de los puntos que se debe abordar en la discusión del Congreso es el relativo al llamado formulado por el Comandante Chávez a conformar la V Internacional de Partidos de Izquierda, espacio político de encuentro para la coordinación estratégica fundamental en la lucha mundial contra el imperialismo y por el fomento de la solidaridad de los pueblos. Esta propuesta reviste, además, una importancia capital en virtud de las grandes amenazas que se ciernen sobre el planeta tierra y la sobrevivencia de la especie humana. La derecha que solo se mueve en función de su acumulación de riqueza y del afán de ganancia, sin embargo, está organizada, cohesionada y concertada a través de varias organizaciones internacionales. El planteamiento del Comandante Chávez esta dirigido, oportunamente, a llenar una acuciante necesidad política e histórica.
El PSUV esta llamado a ser un partido de vanguardia, democrático y estudioso de la realidad social.
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