Señaló nuestro primer integracionista a propósito de la disputa con Santander ante la insistencia del cachaco de invitar a EEUU al Congreso Anfictiónico de Panamá, que ellos parecían estar destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad. Y no dejó de tener razón porque hasta el sol de hoy, pasando por los tiempos del garrote vil y la diplomacia cañonera, la bandera gringa ha seguido al dólar y sus soldados han seguido a su bandera en nuestro continente, al igual que lo han hecho en cualquier rincón del planeta donde existan recursos para saciar su voraz desarrollo.
Ahora, si bien es cierto que lo de Bolívar ha resultado una verdad de Perogrullo, sólo las mentes afiebradas y descocadas pueden imaginar que el evento y el organismo recién constituido, es un grito al estilo de crear uno, dos, tres y muchos Vietnam contra el imperialismo, desde el Rio Grande hasta la Patagonia. Así mismo es una reacción aventurada y del mayor dislate salir a señalar al hecho histórico, de ver reunido a los treinta y tres presidentes de todo el continente con su ramillete de islas caribeñas, como la simple coronación de otro organismo más en esta “sopa de letras” distinta a la OEA.
Es cierto que el gobierno erráticamente se retiró de la Comunidad Andina de Naciones y que tampoco ha podido ingresar al Mercosur; pero de allí a pensar que este organismo es otra gastadera de plata inútilmente y más burocracia en organismo regional, es desconocer de forma ramplona que esta nueva nave multinacional tiene muchos motores prendidos como por ejemplo UNASUR, ALBA, PETROCARIBE y hasta el propio MERCOSUR. De allí que surja la inevitablemente pregunta: Será que en algunos sectores de la MUD priva el criterio de tierra arrasada y están pensando que en la gestión post Chávez, no formaremos parte del novel organismo, que por primera vez deja por fuera al viejo tutelaje de la Casa Blanca.
La CELAC es un vivo ejemplo de complementariedad, autonomía y unidad en medio de la diversidad. Hecho este que el “ideólogo” del socialismo del siglo XXI, no haya como elogiar sin que tenga que escupir para arriba ante el asombro de sus nacionales. Así lo entiende el pueblo y por eso reivindica su actitud contestaria con un ensordecedor cacerolazo; y no precisamente a los invitados, sino al anfitrión que le tiende alfombra roja a su otrora archí enemigo Santos y a los gobiernos derechistas de México y Chile, mientras que aquí descalifica, persigue y hostiga a sus opositores.
Así las cosas, lo mejor es dejarnos de extremismos y dejarle al tiempo y al inexorable transitar de independencia de los pueblos, la suerte de este ensayo integracionista de quienes merodeamos por estas tierras; porque lo que para unos puede ser una luz en el camino, para otros la más dura penumbra, ya que sin querer queriendo más de uno terminará entonando: ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Que camina el derechista Piñera con el CELAC por América Latina.
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