Los planes del gobierno en la IV República han sido traído por un conjunto de facciones dentro del Psuv, que desean continuar con sus negociaciones del pasado y, de una vez abrir caminos hacia el Capitalismo y permitir que en un plazo no mayor de cuatro años la burguesía de un giro para lograr un cambio social a su favor y romper en definitiva con el Legado del Comandante Chávez. Este grupo interno del boliviaranismo ha querido romper con los evangélicos y protestantes luteranos para darle fuerza a los musulmanes y de esta manera, abrir un cortafuegos que le dé seguridad a cambio de pactos económicos de la alta burguesía y blindarse con la adquisición de bienes fuera del país, con el fin de facilitar importaciones directa y en dólares en un abierto paralelismo con el Estado.
Las relaciones con nuestros vecinos serán tensas, ahora con Guyana, antes con Colombia y Perú. De allí las declaraciones de Rafael Pastrana en relación con la OEA. Muchos dentro del boliviaranismo quisieron la derrota con Chávez, su liderazgo lo mantuvo y su amor por el pueblo venezolano, ahora, con el presidente Nicolás Maduro Moros desean hacer lo mismo. Todos, los países extranjeros desean intervenir en Venezuela, abrir tensiones entre Estados hermanos como Brasil y Paraguay, sin olvidar a Cuba. Muchos personajes desean salir del ostracismo en que se encuentran y lograr a través de las cúpulas partidistas un puesto repetitivo en la Asamblea Nacional, pero el pueblo y las comunidades de su circuito los adversan.
El presidente Nicolás Maduro Moros creyó en ellos, luego de la partida del Comandante. Pero, estos personajes formaron sus barricadas con la vieja derecha y levantaron a sus manifestantes junto a la oposición y están obligando al presidente a tomar derroteros diferentes al Legado, desean confrontar el dualismo Capitalismo- Socialismo, para que el viejo sistema económico norteamericano denominado globalización se trague las reformas sociales emprendidas en un principio por Carlos Andrés Pérez y luego por Hugo Chávez Frías. Desean aplicar su política desesperada y manipular al pueblo para obligarlo a un pronunciamiento en contra de Nicolás, sus verdugos controlan la economía del Estado y toda su plataforma. Los militares, policía bolivariana y guardia nacional poco hacen para controlar estas serpientes ya organizadas en un mercantilismo fuera del control estadal.
Mientras, hay tensión y desesperación en el pueblo por encontrar los alimentos y en las colas no hay una palabra a favor del presidente Maduro, contragolpean los intereses económicos y políticos de quienes reflejan algún proyecto con el Legado natural del Comandante Chávez.
Olvidamos, la postura oficial de España hacia nosotros, su política siempre irá al compás del gobierno de París. Lo vimos en Libia, lo vemos en Siria y ahora en Venezuela. El ex ministro Aznar reside en Lima y ya los norteamericanos ocupan líneas fronterizas con países integracionistas del Sur. Mientras, debatimos con la oposición y no hay precisiones políticas de parte del Alto Mando Militar a favor de Maduro, solo unas declaraciones del Ministro de la Defensa, Padrino López, hay una política de desgaste de la GNB en los supermercados, muelles y astilleros navales, punto de control y peajes y enfrentarla a los manifestantes opositores, luego eliminarlas o reformular sus principios como en Panamá, luego de la muerte de Omar Torrijos y el control norteamericano. El gobierno español tenía varias razones para simpatizar con la causa de la Argelia francesa: España consideraba que una Argelia independiente podría representar un peligro para ella en aquellos momentos de la Guerra Fría. La Unión Soviética (URSS), enemigo ideológico número uno de España, apoyaba la causa del fln en su lucha contra el colonialismo francés y se interesaba mucho por los países recién emancipados, sobre todo en el ámbito del Mediterráneo. Además, la presencia en Argelia de muchos pieds-noirs (pies negros) –es decir, de europeos nacidos en Argelia– de los cuales aproximadamente el 40 % era de origen español, suscitaba y suscita también la simpatía de muchos españoles hacia la causa de la Argelia francesa en la actualidad.
Sin embargo, la postura oficial de España iba siempre al compás de la de los gobiernos de París, ya que la reconciliación que tuvieron ambos gobiernos a partir de 1957 hizo que España apoyara a Francia en cuanto al problema argelino. Por ejemplo, España apoyó la «tesis de una Argelia francesa» en las Naciones Unidas. Cuando Francia deseó que lo hiciera, y nunca criticó oficialmente la política de autodeterminación emprendida por De Gaulle en Argelia; al contrario, cuando los intereses españoles estaban en juego, a España no le molestaba adaptar su posición a la de Francia en cuanto a la cuestión argelina. Por ejemplo, Lequerica, embajador de España ante la ONU, pasó de apoyar a una Argelia francesa en la sesión de la ONU de 1958, a calificar en 1959, en otra sesión en el seno de esta misma organización, la política de autodeterminación de De Gaulle de «gesto histórico», y se negó totalmente a interferir en un problema, que según él, estaba casi a punto de resolverse.
Debemos apartar de nuestro espectro político a quienes adversan nuestra democracia socialista desde adentro, utilizan al pueblo para enriquecerse y solo pretenden acabar con la autodeterminación de los pueblos, el Golpe esta montado y hay intereses de por medio en ambas facciones ideológicas, muchos traidores desde adentro, montando su rebeldía