La histeria norteamericana anti-rusa actual, como el macartismo anti-comunista de los años 50, ha puesto a la gente a gastar sus energías mentales en igualar a los rusos con los herejes medievales, porque se atreven a cuestionar los dogmas de la excepcionalidad norteamericana.
La cuestión de la herejía rusa esconde la desatención de los temas más serios de la actualidad: la preparación de la Tercera Guerra Mundial emprendida por Estados Unidos y la OTAN; el incremento de la actividad nuclear norteamericana; la irresponsabilidad de los europeos y norteamericanos en relación al calentamiento global, las mareas de migrantes provocadas por las guerras Pentágono-Otan: Yugoeslavia, Afganistán, Irak, Libia, Sudán, Siria, Angola, Congo, Costa de Marfil, etc.
El neo-macartismo orientado a pensar los rusos como los responsables de todos los males sociales y planetarios es tan falso como responder al problema tomista de ¿Cuantos ángeles pueden bailar en la punta de un alfiler?
El predomino de estas mentiras divulgada por los medios occidentales, no ayudan a entender con seriedad los problemas mundiales que ponen en peligro la existencia de la especie humana: La hipocresía norteamericana en el caso de Siria (lucha contra el terrorismo bombardeando a quienes derrotan a los terroristas); los medios que lloran hasta el cansancio con la muerte de un niño producto del naufragio del bote que navegaba con muchos inmigrantes sirios, migración provocada por la guerra que la otan-UE y Estados Unidos fundaron en Siria; el Estado fallido de Libia, los golpes de Estado a gobiernos progresistas latinoamericanos con las maniobras y falsedades de corrupción; en fin, el mito de la excepcionalidad imperialista se ha roto en Siria, y la rompieron militarmente los rusos, iraníes, sirios, libaneses y kurdos. Y en América Latina lo hizo Fidel, Chávez, Ortega Evo Morales.
El mundo mira a los norteamericanos en su hipocresía y maldad; que es la manera real que oculta la excepcionalidad.
Maduro no debe olvidar que "lo que es bueno para Wall Street es bueno para Estados Unidos" y las nociones éticas que Maduro expreso de Kerry, para lo que son los gringos, son cuestiones baladíes y tan fútiles que mal caen, hacerlas públicas.