Entre todo lo que se dice y desdice, son muchas las incertidumbres, dudas y sospechas pendientes de respuestas y confirmaciones en el curso de esta singular mega-crisis.
Entre ellas sobresalen las siguientes:
-Si este virus se estructuró o no en laboratorio.
-Si es o no un producto de los impactos de determinados procesos agroindustriales sobre la naturaleza no humana.
-Si surgió en China y se expandió, o si además brotó también autónomamente en otros puntos del planeta.
-Si Bill Gates y otros magnates, actualmente vinculados al tema salud, han operado o no como inductores de ésta y otras pandemias.
- Si se inscribe o no este caso en una de las vertientes de la guerra biológica y si al mismo tiempo su impacto se salió del control de sus gestores.
- Si algo tiene esto que ver o no con las pugnas intestinas entre facciones del poder imperialista estadounidense y el manejo de su parte de las contradicciones derivadas de la guerra económica entre determinadas superpotencias.
-Si el agravamiento de la crisis de salud será superada total o parcialmente, y en cuales tiempos.
-Si esta pandemia es o no la expresión de otra fase de la crisis mundial de salud cargada de nuevas y peores amenazas.
-Si se impondrá o no, por su eficacia y ausencia de daños colaterales significativos, uno u otro protocolo curativo o una u otra fórmula preventiva que despejen la incertidumbre de lo desconocido y prolonguen o no su manipulación para hacer grandes negocios.
-Si la depresión de la economía capitalista mundial y de cada uno de sus componentes será de corto, mediano o largo plazo, y en cuales dimensiones y profundidades.
- Si el fracasado modelo con predominio del capital financiero especulativo forzará a otras modalidades con más asiento en la economía real y a optar por un patrón micro-electrónico-informático-robótico-cibernético más generalizado y más vinculado a la producción que a la especulación.
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Los hechos, los resultados de procesos en marcha, la prueba del acierto y el error, y el descubrimiento de no pocas cosas ocultas, no tardarán en dar respuestas a estas dudas, sospechas e incertidumbres; independientemente del derecho de cada quien a sospechar, a marcar tendencias y formular predicciones apoyadas en ellas.
Tengo las mías, que coinciden con las de pocos críticos del sistema capitalista-imperialista, especialmente relacionadas con su actual fase de decadencia; plagada de perversiones hasta el colmo de preferir, si no se lo impedimos, morir matando a la vez a una significativa de la humanidad oprimida y excluida.
· CONFIRMACIONES.
Pero las dudas e incertidumbres, todavía no despejadas, no anulan importantes confirmaciones y certezas, tales como estas que ahora me llegan a la mente dado lo que ha pasado en el mundo y en mi pequeño y querido terruño en estas últimas semanas:
-Que la pandemia del Covid 19 paralizó gran parte de la economía hasta generar una de las depresiones más impresionantes en la historia del capitalismo, evidenciando que el capital es una relación social en la que las empresas y la fortunas acumuladas, aun quedando intactas, no pueden funcionar sin la fuerza física y mental de los/as trabajadores/as.
-Que previamente se presentó una marcada tendencia a una nueva recesión económica dentro del actual modelo capitalista altamente financierizado y especulativo, amenazado en convertirse en una depresión superior a la del 2008 y 2013.
-Que en intereses de prologar la normalidad de la dinámica económica y la continua obtención de ganancias, la clase dominante-gobernante y la propia OMS tardaron en muchas partes del mundo en aplicar las medidas necesarias para contener la expansión.
-Que esta pandemia desnudó la vulnerabilidad de la restructuración neoliberal del capitalismo puesta en marcha a finales del pasado siglo y la gran fragilidad provocada por la privatización de las áreas públicas y sociales, especialmente en el campo de los sistemas de salud y seguridad social, combinada con intensos procesos de empobrecimiento humano, depredación ambiental y gansterización política-empresarial.
- Que los Estados y gobiernos al servicio de esa estrategia del gran capital, comprometidos con el desmonte de las conquistas sociales históricas del mundo del trabajo, con los voraces intereses de las burguesías transnacionales y locales, y las prácticas corruptas de las partidocracias, han decidido imponerles a los pueblos los costos de esta crisis, protegiendo lo acumulado y concentrando poder y riquezas.
-Que en ese tenor han sido despedidos y suspendidos, despojados de sueldo y salarios, sin las compensaciones adecuadas o con precarias asistencias gubernamentales, enormes contingentes de trabajadores asalariados.
-Que igualmente el mundo de la llamada economía informal o marginal ha sido empujado a un empobrecimiento brutal; mientras la parálisis y la tendencia a la quiebra amenaza la existencia de centenares de millones de medianas, pequeñas y micro empresas. Fenómeno que se agrava en los países de la periferia capitalista con grandes masas de emigrantes en los países centrales gravemente afectados por la pandemia, forzados a disminuir las remesas.
-Que no es un secreto la creciente dependencia financiera de la OMS respecto a los grandes laboratorios farmacéuticos, fundaciones y mega-empresas vinculadas a las tecnologías de punta de las comunicaciones, informática-microelectrónica-cibernética-robótica.
-Que tampoco lo es el aprovechamiento que hacen esas corporaciones del gran negocio de la salud, incluidos medicamentos, equipos y vacunas, y de las instalaciones sistemas electrónicos de data, monitoreo y control empleado en estas emergencias y sus correspondientes secuelas.
En todo esto se destaca el rol, tanto en el pasado reciente como en la actualidad, de figuras de magnates como Bill Gates, Georges Soros, Steven Rockefeller, la familia Rochielt y asociados.
- Que actualmente Bill Gates está financiando la fase experimental de una de las vacunas anti-Covid 19 en la Universidad de Pensilvania-EEUU, que de seguro no será distribuida gratuitamente.
- Que llama la atención como investigaciones, terapias y formulas alternativas fuera del control del capital transnacional -muchas de ellas con resultados promisorios y ensayos probatorios de su eficacia- son sistemáticamente bloqueadas y marginadas, pese a que protocolos oficiales no han dado los resultados operados.
- Que todo esto ha estado acompañado de un ambiente de miedo y un empleo de la fuerza militar-policial y sistemas de sometimiento y control que potencia el autoritarismo en un contexto que el signo cruelmente clasista de las recetas emanadas de los poderes establecidos augura justificadas rebeldías sociales e impugnaciones políticas significativas.
-Que, aparente o reales, aparecen dos concepciones diferentes en la cúpula del poder estadounidense respecto a las angustias que genera su decadencia: las de los que priorizan la globalización de sus capitales y las de quienes -aun persistiendo en su rol imperial- procuran un cierto repliegue hacia dentro de corte conservador, nacionalista y neofascista.
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Es cierto, por tanto, que todos y todas estamos azotados/as por la misma tormenta viral, pero no andamos en iguales embarcaciones; ni lo vientos destructivos, previos y actuales del huracán capital, nos dan con la misma intensidad.
Es cierto que el Covid infecta al pobre o al rico por igual y ha perjudicado muchas actividades económicas a diferentes niveles, pero los volúmenes difieren y develan desigualdades colosales y discriminaciones grotescas. Nunca las empresas despiden a sus dueños, ni los pobres pueden hacer negocios multimillonarios con la pandemia que ha provocado y las carencias que ha generado este virus.
Todo parece indicar que el FMI, el Banco Mundial y los Estados y gobiernos bajo control del gran capital supranacional y las burguesías locales asociadas a él, con dóciles y perversas partidocracias a su servicio, se preparan para una restructuración y un reordenamiento de su dominio post-pandemia.
Apuntan hacia cambios de modelos de acumulación, productividad y preferencias en cuanto a formas de explotación, expoliación y saqueo, que procurará prolongar su crisis de decadencia, sacrificando dentro de su esfera de influencia parcial a una parte más grande de la humanidad y de la Madre Tierra.
Pero ciertamente ese cálculo sistémico no tiene en cuenta las próximas palabras y acciones de los pueblos compelidos por una situación post pandemia inaceptable e insoportable a un progresivo proceso de insumisión generalizada.
Nada será igual que antes, ni para ellos ni para nosotros/as.
La dominación pinta mucho peor y la rebeldía de pueblos mucho mayor, entre otras grande mutaciones.