"La verdad siempre nada sobre la mentira
como el aceite sobre el agua"
Cervantes
Estoy totalmente convencido, que es más fácil creer en la ingenua mentira de la sopa; tan conocida y nada creíble, que casi no se oye; quién puede creerle al protagonista del hecho al preguntarle, qué había pasado con las presas, y la respuesta muy infantil ¡Me caí, y solamente pude recoger el caldo! Algo parecido está pasando en cuanta falsedad inventa la oposición y muchos de los interesados en acabar con el gobierno de Maduro, bajo la atenta mirada del gobierno estadounidense.
El recurso del imperialismo de primera mano para sus ataques, está basado en las mentiras. En Irak, acusaron a Sadam Husein de las supuestas armas biológicas sin ninguna prueba; invadieron y después que el mal estaba hecho no se consiguió ninguna evidencia de los argumentos presentados para tal fin. Un verdadero ensayo por medio de la guerra de la información.
En Venezuela, hasta los momentos los experimentos han fracasado, a pesar, de haber conseguido internamente piezas para ejecutar sus planes. Tienen un objetivo trazado, por lo tanto, no dejan de estar en constante movimientos a través de una campaña mediática nunca vista; pero son tan descarados en sus intervenciones, que muchas veces dejan a cualquiera sorprendido por la infamia y la patraña, pero muchos empiezan a dudar de la verdad, aún, cuando se presente tan clara, como el sol en medio de un desierto.
Ahora, como de costumbre en medio de la pandemia que se encuentra azotando a la humanidad, aparece una joyita con poco brillo, José Miguel Vivanco, presidente Human Rights Watch (HRW), con la siguiente información, tan mentirosa, como todas las informaciones del imperialismo, cuando le tienen la vista puesta a las riquezas de países, que definitivamente se quitaron el yugo: "las cifras oficiales sobre el Covid-19 –avaladas por la Organización Mundial de la Salud– ofrecidas por las autoridades sanitarias venezolanas, no son creíbles para él, y dada su población, próxima a los 30 millones de habitantes, la tasa de infección sería cercana al 1% de la población –lo que equivale a 300.000 personas– y basado en eso, afirmó que la enfermedad hasta los momentos había matado aproximadamente 30.000 persona"
Esto, es una demostración de los macabros deseos de estos infelices títeres del gobierno de los Estados Unidos. Cargan entre ceja y ceja el manual del jefe de propaganda de Hitler, con un objetivo fijo muy bien dirigido a la mente del ser humano: mentir, porque algo queda, sobre todo en los seguidores de la oposición. Siguen, adulterando la verdad, como el niño de la sopa. La diferencia está, que lo del caldo es un cuento de las travesuras infantiles; mientras que la opinión de José Miguel Vivanco, es producto de su loca imaginación ¡30.000 muertos!, si, agarramos, como punto de referencia el mes de diciembre para acá, son 6000 muertos por mes, y eso se ve y se siente; pero si tomamos, como punto de partida el 16 marzo, cuando el gobierno nacional decretó la cuarentena, hasta estos últimos días, son alrededor de 400 fallecidos por día ¿dónde los esconden?. Todo depende del grado de enfermedad trasmitida por las redes sociales en un sector de la población, para que crean tamaño disparate ¡VERDAD JOSÉ MIGUEL!
