El transcurrir de este 2020, será inolvidable para los pueblos del planeta que han colocado al frente de sus gobiernos ineptos y competentes; y el coronavirus, en particular, será más que inolvidable para muchos de ellos o ellas, en especial los ineptos, algunos de los cuales perecerán –políticamente- por no haberles prestado la atención debida y abandonaron a sus pueblos a la letalidad del virus y su pueblo les cobrará –en votos- por su abandono. Uno de estos casos, es el del presidente Donald Trump. Alertas tempranas, se dieron en los propios medios estadounidenses y en redes sociales, tal fue el caso de Sharon Sanders, quien en su blog "Rastreadores de gripes", el 31 de diciembre de 2019, informó de un misterioso brote viral que había causado una "inusual seguidilla de casos de neumonía" en Wuhan, China. No sería, sino hasta el 06 de enero de 2020 que el diario The New York Times, informaba que en la provincia China de Wuhan, había 59 personas enfermas de "una especie de neumonía", lo que activó la competencia mediática e hizo que otros medios colocaran sus ojos en Wuhan. Dos días después, The Washington Post, el propio Times y la agencia AP, publicaron artículos sobre lo que denominaron "el brote". Aún, no era noticia de relevancia en los EEUU. Sería, a mediados de ese mes, que ingresaría a la agenda de las grandes noticias, pues aún el tope de las noticias, lo mantenía el juicio político a Donald Trump. Según, The Washington Post, los servicios de inteligencia informaron al Presidente Trump desde el mismo inicio, en enero 2020, sobre la peligrosidad del coronavirus. No obstante, entre la guerra comercial que encaraba la Administración Trump contra China y el juicio político, retraían a Trump de este grave problema. Trump, siempre esquivó la atención a la pandemia, como problema de atención de salud pública y se mantuvo firme, priorizando la economía por sobre la vida del pueblo estadounidense. "Virus chino" le llamó, mientras, Wuhan, se mantuvo en el tope de las primeras planas de toda la mediática occidental. En la medida en que China iba controlando la pandemia, y la misma, iniciaba su expansión a todos los rincones del planeta, Trump, iba cambiando su discurso, siempre negado a la cooperación internacional para abordar como Naciones Unidas, las soluciones al problema causado por la enfermedad, que se expandía no solo a todo al planeta sino que sus efectos avanzaba hacia la paralización de la economía mundial.
Un país tan desigual y lleno de contradicciones sociales, culturales y raciales como los EEUU, no estaba preparado para abordar esta nueva amenaza a su seguridad nacional. Sin dudas, Covid-19, se les presentó como un evento inesperado para el cual no estaban preparados. Mientras, China, supo abordarlo y neutralizarlo. La otrora primera potencia occidental, se mostró incapacitada y más temprano que tarde, se consolidó como el epicentro de la pandemia. Lugar del cual, no ha dado ni muestras de querer salir, con el mayor número de enfermos (sobre los 3 millones) y fallecidos (sobre los 200 mil). Acotamos, no fue Trump quien dividió a los EEUU, como ha querido presentarlo Biden ante la opinión pública, ya esa nación estaba fracturada por un proceso acumulativo, de años y años, de agudo enfrentamiento de lucha de clases sociales que se expresan en lo racial, cultural y, por supuesto, en lo político. Trump, apenas fue, una pretendida mala solución al problema agudo de extremada polarización social, cultural y racial. Lo concreto, es que Donald Trump, cuando despertó y quiso solucionar el problema creado por la pandemia de coronavirus, ya tenía encima las venideras elecciones del 03 de noviembre. Ahora, promete –desesperadamente- como solución, una vacuna para días antes del evento electoral. Su principal promesa de campaña, se ha reducido apenas a una lejana esperanza de que EEUU producirá la vacuna para inmunizarse de Covid-19, antes de las elecciones. Incluso, ha ordenado a los estados prepararse para los primeros día de noviembre para recibirla y proceder a vacunar sus poblaciones. Tal es el grado de improvisación y desespero, que inunda las sensaciones de un presidente, que se siente perdido. Al punto, que ha colocado a EEUU, en una desmesurada carrera vacunal que han perdido ante Rusia. Vladimir Putin, se lo ha recordado con su magnánimo anuncio del mes de agosto: "Esta mañana, por primera vez en el mundo, se ha registrado una vacuna contra el nuevo coronavirus. Sé que es bastante eficaz, que otorga una inmunidad duradera", nacía entonces, Sputnik V.
Las primeras reacciones de Trump, se asemejan mucho a la del niño millonario encaprichado porque su papá no le compra lo que pide y patalea rabioso, lleno de ira. Si, Rusia, nuevamente se coloca a la cabeza de una batalla, es porque así lo quiso Trump. Negado a la cooperación mundial, en procura de la vacuna. ¿Qué no hubieran hecho Rusia, China, EEUU y Europa, juntos contra Covid-19? En mucho, se hubieran reducido los tiempos para producir una vacuna contra Covid-19, y el mundo ya estuviera en la etapa de las vacunaciones masivas. En vez de dedicar su tiempo y medios, para atacar a Sputnik V, como lo hace Trump, éste debiera ser más constructivo y benefactor con la vida de la especie humana. Su última barrabasada, para intentar desacreditar a la vacuna rusa, ameritó de la parte rusa, tener que solicitar una investigación occidental para constatar la seguridad y eficacia de Sputnik V, y así contrarrestar los efectos perversos de la propaganda de guerra contra la vacuna rusa. Pues bien, así como desde la prestigiosa revista científica Nature, se complotó para desprestigiar a Sputnik V y acusar a Rusia de no haber completado, ni haber hecho "grandes ensayos para probar su seguridad y eficacia". Sin pruebas científicas de ningún tipo, lo que habla muy mal de la supuesta credibilidad profesional de la mencionada revista. Rusia, se ha visto obligada a acudir a los propios medios occidentales, y la prestigiosa revista científica inglesa, The Lancet, se ha prestado como escenario real, para realizar una investigación sobre Sputnik V, y mostrarle a sus lectores y lectoras, sus resultados hechos públicos, el pasado 04 de septiembre, y ello la colocaría en la cúspide de las noticias a nivel planetario.
El estudio, hecho público por The Lancet, explica los primeros hallazgos descubiertos a partir de dos ensayos clínicos, que forman parte de la fase 2 para obtener Sputnik V, en el que participaron 76 personas. Los científicos, concluyeron, que ambas formulaciones del fármaco (una congelada y otra liofilizada) "son seguras", y señalaron que no identificaron reacciones adversas de gravedad pasados 42 días de realizadas las pruebas. Este dato, es clave y desmiente un fake news, desarrollado desde la mediática occidental que había informado sobre un supuesto estudio del gobierno ruso, hecho público el pasado 11 de agosto, en la supuesta web del ministerio de salud de la Federación Rusa, en el cual desacreditaban todo lo dicho por Putin, y afirmaban que: "aún no hay certeza sobre la efectividad de la vacuna probada". El supuesto estudio, corrió velozmente por todas las salas de redacción de los medios occidentales, desinformando la opinión pública mundial. Qué, no se dijo de efectos adversos y se afirmó como cierto, en los medio occidentales. Por ello, el estudio hecho público por The Lancet, fulmina toda sombra de sospecha sobre Sputnik V. Sus resultados, son contundentes, y señalan que: "Ambas formulaciones de la Sputnik V, resultaron seguras y solo tuvieron efectos adversos leves a moderados como dolor en la zona de la aplicación, el 58% de los casos, hipertemia, un 50%, dolor de cabeza (un 42 %), astenia (un 28 %), y dolor muscular y de articulaciones (24 %)", concluye The Lancet: "Nuestros hallazgos indican que… la vacuna es segura e inmunogénica en adultos sanos." Después de hechos públicos los resultados del estudio, en comunicado conjunto del Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa, informan que: "La publicación científica en The Lancet demuestra la alta seguridad y eficacia de la vacuna rusa, y también proporciona datos detallados sobre los resultados de los ensayos clínicos". En sus reflexiones finales, The Lancet, dice una verdad de perogrullo: "Demostrar que las vacunas contra el covid-19 son seguras será crucial, no solo para que sean aceptadas sino también para la confianza en la vacunación en general". Es lo que ha estado haciendo Rusia, para desmontar todo el entramado de mentiras y fake news, que desde la Administración Trump y su maquinaria de guerra mediática, han estado bombardeando mentiras para desacreditar un éxito tecnológico que en el campo de la medicina la humanidad debe celebrar, con orgullo y complacencia, pues se trata de un logro de la humanidad que reivindica la vida y la salud de los pueblos del mundo todo, independientemente de qué país lo haya logrado.
Estos resultados, han colocado a la Administración Trump con los pies en la tierra. El discurso, ha cambiado y ahora se muestra más humilde y menos competitivo. Voceros del Gobierno de Donald Trump, señalan que: "lo importante no es ser el primero en tener una vacuna, sino que sea segura y efectiva", en un intento por minimizar el avance científico logrado por Moscú. "El presidente está recibiendo información actualizada sobre la vacuna aquí en la Casa Blanca hoy, y estoy segura de que lo anunciará en un evento abierto a la prensa y también posiblemente en su conferencia de prensa más tarde", dijo la asesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, en una entrevista con Fox News. A estas alturas, Trump, no anuncia nada. El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Alex Azar, afirmó que lo importante no era ver quién llegaba primero a la meta. "Es muy posible que tengamos múltiples vacunas que darán resultados y podríamos tenerlas autorizadas o aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) para diciembre". La contraparte rusa, no se quedó en silencio y respondió, Kirill Dmitriev, responsable del Fondo Ruso de Inversión Directa: "Todas las casillas están marcadas", dijo y "Ahora… empezaremos a hacer preguntas sobre algunas de las vacunas occidentales". Dmitriev, afirmó que la producción masiva de la vacuna, se espera para octubre o noviembre de este año, después de transitada la fase 3 de Sputnik V. Lo que coloca a Rusia, en el tope de la obtención de la primera vacuna contra Covid-19, y su producción estará disponible antes que suenen los cañonazos para despedir este año 2020. Así, como EEUU, se reivindicó la victoria en la carrera espacial; hoy, Rusia, se ha catalogado como la victoriosa en esta carrera vacunal del siglo XXI. Con ello, le quita Putin a Trump, toda posibilidad de utilización politiquera de un tema tan serio, como lo es, la vida y sobrevivencia de la especie humana, atacada por un virus muy letal. Ahora, podrá descansar en paz, Mr. Trump, y dedicarse a hacer Política, si es que quiere ser reelecto presidente de los EEUU, después del papelote y desastre humanitario, que ha engendrado en su propio país y sus agresiones al mundo entero por no acompañarle, en sus caprichos de niño-viejo malcriado y senil…