Los cretinos digitales

Es bueno revisar los períodos geológicos de la Tierra para entender algo que la mayoría de la gente desconoce y vinculado con el comportamiento de los humanos. En mi indagaciones descubrí que el elefante apareció en el planeta hace cinco millones de años, el tigre hace catorce millones, el mono hace setenta millones, el caballo hace cincuenta millones, la ardilla hace veintidós millones y el homo sapiens, hace ciento cien o ciento veinte mil años. Como se lee, los humanos son una de las especies más recientes que caminan en dos piernas sobre la corteza terrestre.

Es interesante resaltar que las especies nombradas y escogidas al azar han permanecido en la Tierra, evidentemente, con diversos cambios en su morfología como consecuencias de las transformaciones climáticas que se produjeron de acuerdo con el período geológico. Sin embargo, el tigre diente de sable que dio origen debido a la evolución al actual tigre de bengala, o el mamut que es el ancestro del elefante que conocemos en la actualidad no han modificado su gastronomía. El tigre actual sigue siendo carnívoro como sus antepasados, de igual manera, el elefante continúa siendo herbívoro tal como el caballo, la oveja y otros se siguen alimentando de plantas, de manera similar como lo hicieron sus ancestros desde hace millones de años. Es decir, el instinto los condujo para que la especie se mantuviera hasta nuestros días, con ciertas modificaciones debido a la era geológica y la flora y fauna de la época.

Hay muy pocos registros sobre la cultura gastronómica de los primeros homo sapiens, pero según estudios realizados por los antropólogos sobre la estructura dental de tales seres primitivos, estos tenían molares tal como los animales herbívoros, además incisivos y caninos (colmillos) característicos de los carnívoros, estos últimos sirven para desgarrar alimentos fibrosos como la carne. Esto convierte a los humanos en seres omnívoros, es decir en especies que se alimentan tanto de animales como de vegetales. Tal característica dental, a pesar de los miles de años transcurridos aún se mantiene, no obstante de la evolución sufrida durante centurias. Incluso, existen zonas en el planeta donde sus nativos ingieren insectos, que los convierte en insectívoros. No existen los datos suficientes para conocer cuando el humano pasó de vegetariano a carnívoro. Pero lo más seguro que una vez que comenzó a fabricar armas y a dedicarse a la caza de animales (aves, peces y cuadrúpedos) la dieta sufrió cambios y de igual manera la anatomía del cuerpo, sobre todo la ósea de la cara.

En todo caso, los humanos evolucionaron consumiendo productos naturales, es decir, alimentos provenientes de la tierra (frutas, verduras y carnes suministrados por la caza y la pesca). En otras palabras, estos eran las únicas fuentes de carbohidratos, grasas y proteínas las cuales contribuyeron para que los humanos alcanzaran la anatomía y la fisiología actual. El troglodita evolucionó y se transformó del homínido primitivo al homo sapiens consumiendo solo productos naturales y los órganos (aparato digestivo, aparato circulatorio, aparato respiratorio, sistema nervioso, sistema endocrino, entre otros) crearon los mecanismo (enzimas, hormonas y plasma) necesarios para adaptarse a este tipo de alimentos, los cuales suministraban los nutrientes necesarios para desempeñar sus actividades físicas y mentales. Esto sucedió por más de cien mil años.

A pesar de la evolución de los seres humanos, comparado con las otras especies eran y son seres muy débiles. Al nacer no pueden caminar, no están dotados de una piel para protegerse de las calamidades del tiempo, tienen que esperar cierto tiempo para poder utilizar las piernas, por lo que les imposibilita buscar el sustento. No obstante, conservaban parte del instinto animal legado por sus ancestros que les permitió sobrevivir en un ambiente tan hostil sumido en un inclemente clima de variables extremas de aquella época (período glacial).

Con las herramientas que el cerebro desarrolló se permitió inventar y fabricar armas para cazar, hasta logró emitir sonidos guturales que pasado siglos se convirtió en una forma de comunicarse, hasta llegar a configurar un lenguaje oral qué facilitó a los nativos relacionarse entre ellos.

Por muchos siglos los humanos mantuvieron su forma de comer, con las certeza que el organismo tenía los mecanismos adecuados para asimilar y digerir tales alimentos. Todo comenzó a funcionar mal hasta que se abandonó el instintivo legado por los ancestros, hasta que por esas funciones excepcionales del cerebro el antiguo cavernícola alcanzó lo que se supone el mayor logro de los humanos: la consabida razón para enfrentar y resolver los problemas. Es esta razón las que las personas alegaron para convertirse en seres inteligentes o animales superiores por autoproclamación.

Voy a obviar miles de años porque sería imposible describir todo lo acontecido en esos tiempos, pero con la llegada de la razón el mundo tomó otro giro. Simplemente porque nunca ha existido ni existe y tampoco existirá la razón única que resolverá todos los problemas globales. Aparecieron las razones individuales o grupales que dieron origen a la nacionalidad, la religión, el racismo, la esclavitud, la opresión, la explotación de los fuertes contra los débiles, los negocios, los partidos políticos, las doctrinas y un sinnúmero de sociedades comerciales y estructuras financieras cuya única finalidad era lograr beneficios individuales o de grupos.

Con la invención de la máquina a vapor surge a mediados del siglo XVIII la Revolución Industrial (siglo XVII) aparejada con la superpoblación, urbanización desmedida e insalubridad, problemas que se debían enfrentar. Fue en dicho período cuando germina la producción industrial en serie, entre tantas, la industria de alimentos y con esta, los comestibles empaquetados y enlatados y bebidas embotelladas que para preservarlas contienen químicos nocivos para la salud. Estos preservantes que contribuyen a prolongar la vida del comestible actuarían directamente y en forma perjudicial en los diferentes órganos del cuerpo que durante miles de años se acostumbró a digerir solo productos naturales derivados de la tierra. Es conocido que el humano para cumplir sus funciones físicas y mentales necesita nutrientes, es decir: proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas, sales minerales y agua que le permite al organismo funcionar apropiadamente y esto están contenido solo en los alimentos provenientes de la Madre Tierra y no de comestibles industrializados.

Superada la Revolución Industrial y con la aparición del Capitalismo se conforman en siglos XX y XXI grandes corporaciones agrícolas agrarias que utilizan diversas cantidades productos nocivos dentro de la industria de alimentos que van desde los pesticidas, el abono industrial, colorantes, inmensas cantidades de azúcar, alimentos transgénicos, químicos preservantes y otras sustancias nocivas para las cuales el organismo no tiene respuesta para digerir, resultando de esta manera una epidemia de obesidad con sus respectivas enfermedades consecuencia de la mala alimentación.

La Revolución Industrial primero, luego el capitalismo y ahora la industria tecnológica ha contribuido y contribuye al deterioro de la salud de jóvenes y adultos del mundo. Como es sabido, la sangre que recorre todo el cuerpo, desde los pies hasta el cerebro, para cumplir sus funciones vitales debe contener buenos nutrientes, en caso contrario los sistemas y órganos que operan dentro del organismo no se desempeñarán de manera óptima. Utilizando un símil, si al automóvil no se le vierte en el tanque la gasolina apropiada y al motor el lubricante adecuado, el rendimiento nunca será el recomendable, de seguro comenzará a pistonear. Actualmente, debido a una nutrición deficiente la sangre que llega al cerebro no tiene los nutrientes apropiados para forjar buenas ideas.

Los jóvenes y adultos de esta era tecnológica no ingieren los alimentos convenientes, están mal alimentados (desnutridos), además incorporaron a su dieta comestibles perjudiciales contenidos en bolsas, tales como tostitos, doritos, galletas, además, cereales endulzados, gaseosas, drogas, alcohol, pasteles, pizzas, comida chatarra (hamburguesa, perros calientes…) y un sinnúmero de comestibles sin valor nutricional que no le aportan a la sangre los nutrientes necesarios. Quizás por esta razón los genios como Chopin, Verdi, Mendelson, Tchaikovski, Lord Byron, Alexander Von Humboldt, Pérez Galdós, Turgueniev, Hemingway, Kafka, Newton, Einstein, Da Vinci, Darwin…entre tantos prohombre que aportaron grandes avances a la humanidad cada día son más escasos en el siglo XXI

Modernamente estamos en presencia de jóvenes que desde muy niños están malnutridos y a esto debo agregarle la cantidad de radiación electromagnética y de otro tipo a las cuales están expuestos durante muchos años y por muchas horas diarias frente al televisor, el computador, una tableta o un celular que está comprobado afectan el cerebro. El ser humano cambió su biorritmo y las horas nocturnas para el descanso las tomó para trabajar y divertirse. No es una casualidad que los gallos y la mayoría de los animales salvajes se acuesten cuando declina el Sol. Dentro de unos años tengo la certeza que el mundo estará en manos de unos cretinos digitales formados con mala alimentación, con cerebros afectados por ondas electromagnéticas (ondas de radio) de alta tecnología. Esta especie llamada humana se extinguirá con el tiempo y los cientos y tantos años de evolución se perderán.

Los humanos dilapidaron el instinto que preserva la sobrevivencia y la razón lo está llevando a la destrucción. Quizás por eso el físico teórico estadounidense Michio Kaku de origen japonés expresó: "En otras palabras, los ordenadores súper rápidos del futuro serán como sabios autistas, es decir, podrán memorizar amplias cantidades de información, pero no podrán hacer mucho más y serán incapaces de sobrevivir por sus propios medios en el mundo real" Lee que algo queda.



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Enoc Sánchez


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