“Según
nuestro modo de pensar, el derrumbe de la bolsa bien planificado, un
ataque con virus en los computadores provocando incertidumbre en el
tipo de cambio de la moneda del país adversario y difundir noticias
falsas en Internet sobre los dirigentes políticos opuestos, pueden
ser todos nuevos conceptos-arma. Este nuevo modo de pensar hace que
se conviertan en armas también aquellas cosas normalmente a disposición
de la población civil” [1]
1. Perspectivas
Si bien las guerras
convencionales no han pasado de moda, la creencia generalizada es que
todos los gabinetes de guerra de cada Estado Mayor, están pensando
muy seriamente en preparase para la eventualidad, no sólo de organizar
la defensa sino la ofensiva en cualquier escala. No hay que abundar
mucho para abordar el tema por las serias amenazas internas y externas
que se avizoran en el horizonte y que atinan hacia los puntos más sensibles:
la economía, las finanzas y los medios de comunicación, por los efectos
psicológicos que influyen en el “desarme” de la población.
Estamos frente a gigantescas
manipulaciones financieras que han hecho oscilar el precio del barril
de petróleo en 60 dólares hacia arriba y hacia abajo, una recesión
económica indetenible, reactivación de la IV Flota, ingerencia descarada
en nuestros países que comportan serias amenazas de destrucción La Reserva Federal (Banco Central) de los Estados Unidos se ha
visto obligada a desembolsar mas de U$ 700.000 millones, más los que
previamente ya se habían hecho por cerca de U$ 300 mil millones. El
costo en la guerra, sólo en Irak, es superior a los US$ 565 mil millones
de dólares [2]
Alvin Toffler, con una sólida formación marxista y hegeliana en su pensamiento, traslada la visión dialéctica de la historia y la observación de los profundos cambios de los que en ocasiones es testigo, cuando no anunciador anticipado de dichas transformaciones. Se trata, sin duda, de uno de los analistas que más temprano observó los rasgos de ese futuro, hoy presente, que ahora se enuncia como sociedad de la información y del conocimiento. Su primera gran obra de referencia “El ‘shock’ del futuro” (1970), describió el vértigo que se produce entre los escenarios que traza el desarrollo tecnológico y la velocidad con la que la sociedad y sus estructuras burocratizadas acceden a esos cambios. También es autor de otros libros famosos: “La revolución de la riqueza”, “El cambio de poder” y “La tercera ola”. Para nada será asombroso leer una de sus afirmaciones:
“Las
guerras de hoy tendrán consecuencias sobre el precio de la gasolina,
sobre el precio de los alimentos en los supermercados y sobre el valor
de los títulos en la bolsa. Causarán también daños sobre el equilibrio
ecológico e invadirán cada una de nuestras casas a través de las
pantallas de televisión”
2. ¿Una guerra ilimitada y sin fronteras?
Siempre he tenido mucha
curiosidad por abordar este tema de la guerra asimétrica y las repercusiones
que ésta pueda tener en nuestro país, por lo que me he visto precisado
a estudiar algunos de los problemas planteados en varias publicaciones,
y en especial, en un libro escasamente conocido del gran público, pero
altamente codiciado en ciertos círculos, cuyos autores son los coroneles
chinos Qiao
Liang y Wang Xiangsui,
publicado por el Ejército Popular de Liberación de China y titulado
muy sugestivamente en inglés como "Unrestricted Warfare: China's Master Plan To Destroy America” [3], (Pan American Publishing Co., 2002), cuya
traducción fue efectuada por la CIA, mientras que la francesa, según
sus editores, se hizo directamente del texto original con el título
de “La Guerre hors limites: L'art de la guerre asymétrique”
(Ed. Payot, Rivales, 2003). La edición italiana se tradujo del inglés
y se publicó con el título de “Guerra senza Limiti
– L’Arte de la guerra asimmetrica fra terrorismo e globalizzazione”
(Ed. Goriziana, 4ª, 2007).
Describiendo el método
de la Guerra Asimétrica, los autores afirman que en la actualidad es
inútil seguir gastando millones de dólares en armamentos o escudos
espaciales de defensa, cuando hoy el peligro de un ataque no estaría
ligado a una acción militar tradicional, sino que puede sobrevenir
de pequeños grupos, con la inversión de pocos dólares.
Los atentados del 11S
han sido considerados como la confirmación de que los autores tenían
razón en este particular y en otros que han expuesto. Para Liang y
Xiangsui “la guerra ya no es más guerra”, sino encuentros
en “campos” muy diversos: en Internet, confrontaciones a
través de los medios, atacar y defenderse en transacciones e inversiones
internacionales. Refieren de una serie de realidades que hasta hoy no
han sido consideradas como “guerra”, porque de hecho todo
ha cambiado y por tanto es necesario estudiar nuevas formas de combate
en situaciones de incertidumbre.
Señalan que existen
métodos e instrumentos que normalmente pudieran ser considerados “no
militares” a los efectos de una guerra, como por ejemplo la guerra
psicológica, la guerra del contrabando, la guerra de las drogas ilícitas,
la guerra en red (Internet), la guerra a través de los medios de comunicación,
la guerra de las mentiras, la guerra de las “ayudas” económicas”,
la guerra de la transculturación, la guerra del derecho internacional
y muchos otras más. Cualquier semejanza con la situación interna de
Venezuela, ¿será mera coincidencia?
No hemos tenido noticias
sobre la publicación de este libro en castellano que por las limitaciones
de acceso que tengo, no las he podido verificar. Asunto paradójico
resulta ver publicaciones como: “El Nuevo Maestro del Ajedrez Mágico:
El Verdadero Hugo Chávez y la Guerra Asimétrica” [4],
o ésta: “Hugo
Chávez prepara a sus fuerzas armadas para una Guerra Asimétrica”
[5]. No faltan los “analistas”
que plantean situaciones basadas en el tema, con éste título: “Venezuela:
Perfil de Hugo Chávez y su estrategia expansionista” [6]
China tiene aproximadamente
2 millones 400 mil personas en sus fuerzas armadas, de ellos: 1 millón
600 mil en el ejército, 330 mil de personal de las fuerzas aéreas,
350 mil marineros, y 120 mil en el Cuerpo Segundo de Artillería. El
presupuesto para defensa ha ido creciendo a un ritmo de entre 12 y 27
por ciento anual durante la última década, pero para los chinos la
Guerra Asimétrica tiene una importancia determinante. Por supuesto
que las prioridades de la defensa de China nada tienen que ver con las
de Venezuela. Para los chinos existen 3 circunstancias que le inducirían
a una guerra contra Taiwán y sus aliados: a) si la isla declara su
independencia; b) si es invadida por un país extranjero y c) si Taiwán
se rehúsa a negociar la unificación por un período indefinido.
Si las hostilidades
estallan, los 400 (y muchos más) misiles que tienen a su disposición
estarían en la primera línea de ataque, combinados posiblemente con
un bloqueo marítimo contra Taiwán. Por eso es que los coroneles Qiao
Liang y Wang Xiangsui, provocaron grandes discusiones cuando propusieron
la idea de “potencia ofensiva ilimitada y asimétrica” donde
todos los medios, militares y no militares, se utilizan para ganar una
lucha, sin tomar en cuenta ciertas consideraciones, como por ejemplo
si esta se libra en un “campo” o en un ambiente que no pueda ser
considerado como tal. La ofensiva de información electrónica es una
realidad que no se puede descartar. Como ya lo apuntamos, por esta vía
se presentan las posibilidades de desactivar computadoras a través
del uso de virus, la intrusión informática y el envío de informaciones
a través de la Red. Como ven, no es el caso de Venezuela y de allí
la necesidad de adecuar, como ya se está haciendo, la nueva teoría
en materia de defensa nacional.
En caso de conflicto abierto, "Los modelos de la guerra tradicional, así como las teorías y métodos vinculados a ellos van a enfrentar un reto". Para los autores, cualquier lugar va a ser considerado un campo de batalla en el futuro. Para que no queden dudas:
"Un
crack bursátil provocado; una invasión
causada por un virus informático; un simple rumor o un escándalo que
provoque una fluctuación del tipo de cambio del país enemigo o que
exponga a sus dirigentes en Internet, todas estas acciones pueden ser
ubicadas en la categoría de armas de nueva concepción".
Lian y Xiangsui señalan
que una gran potencia como China, tiene ya la capacidad de sacudir la
economía planetaria simplemente modificando su política económica
y sobretodo, en lo atinente a la paridad cambiaria. ¿Qué uso bélico
podría darle China a sus reservas internacionales? El 70% de las reservas
internacionales de China han sido invertidas en Bonos del Tesoro de
los Estados Unidos y otros títulos
de inversión de ese país;
el 30% restante ha sido invertido en otras divisas. La cantidad en dólares
en poder de China es tan alta que causa asombro, porque si los chinos
decidieran cambiar la distribución de sus reservas, ello afectaría
el valor del dólar con respecto a otras monedas, cambiando a su vez
el balance de la economía mundial. ¿Me siguen?
El problema se intensifica
si se nota que al actual ritmo de crecimiento China duplicaría sus
reservas hacia el 2010-2011
¿Qué efectos tendría a escala
mundial para este modelo neoliberal un cambio, aunque sea modesto, en
la paridad cambiaria entre el yuan [7],
el yen, el euro y el dólar? Una pequeña muestra de la dirección que
podrían tomar los acontecimientos es el acuerdo
entre China y Rusia
para usar las monedas nacionales (yuan y rublo) en su intercambio comercial anual que asciende
a U$ 50.000 millones, aproximadamente
De sobrevenir algún
tipo de “alteraciones” cambiarias y/o en el manejo de las reservas
internacionales por parte de China,
Lian y Xiangsui afirman tajantemente que: "En tal hipótesis, el resultado
sería ciertamente superior al de un ataque militar". En resumen, la distinción entre un campo
de batalla y otra circunstancia que no sea considerada un campo de “no
batalla” es inconcebible. La utilización de un solo medio tendería
a ser menos eficaz, mientras que el uso indiscriminado, variado, sostenido
y conjugado de métodos diversos tendría ventajas relevantes.
Los coroneles chinos concluyen afirmando:
"Estados
Unidos está en vías de concentrar lo esencial de su energía para
volver a hacer `una guerra del tipo Guerra Fría, como ya no debiera
haber’ y, muy probablemente, está
gastando su fuerza en una mala dirección".
3. La "guerra justa" y
la “guerra de todo el pueblo”
La paz es preferible
a la guerra: esta no es ninguna novedad pero sí un desiderátum.
En su libro "La
Ciudad de Dios", San Agustín --y a pesar de los esfuerzos que hizo
para convencernos de que Dios no admitía ninguna queja--, nos hace saber
que la guerra es un drama que porta los más severos infortunios. Ya
en el siglo V, nos hablaba de la distinción que se presentaba entre
la "guerra
justa",
que era esencialmente lícita, puesto que la defensiva era la
"injusta", y por lo tanto ilícita, por su naturaleza
“agresiva” [8]. La doctrina de San Agustín, que pretende
enmarcar los conflictos en términos morales, acompañará a lo largo
de todos estos años los esfuerzos llevados a cabo para encuadrar el
uso de la violencia en las relaciones entre Estados. Una gran lista
de normas y reglas divididas en dos grupos la sostienen: el jus ad
bellum (reglas para entrar a una guerra de manera moralmente legítima),
y el jus in bello (razones para la conducción de una guerra moralmente
aceptable).
Se admite en algunas
ocasiones que una guerra puede ser justa, porque eventualmente sobrevendrían
circunstancias excepcionales que exigen igualmente
respuestas excepcionales. En este caso estamos frente a una evidente
ambigüedad moral para la justificación de la guerra: si la vemos como un
medio aceptable para lograr ciertos fines políticos de mucha importancia,
desde el “punto de vista moral” puede ser aprobada y adoptada, si
ello fuese menester.
Pero podemos considerarla un
mal mayor, algo muy grave, y entonces desde el “punto de vista moral”
debe ser condenada y eludida a cualquier precio. En suma, no son meras
consideraciones semánticas.
Las Convenciones de
La Haya y de Ginebra, adoptaron en el derecho internacional positivo
la noción de "guerra justa", cuando reconoce el derecho
a la defensa por medio de las armas, pues los Estados, así como los
individuos, tienen "derechos fundamentales", como la
"integridad territorial" y la "autodeterminación".
El problema es determinar
cuando una guerra es “justa” y cuando no lo es y sobretodo quién
sería el encargado de hacer esa calificación, que en los tiempos actuales
se la arroga abusivamente en forma discrecional y unilateral el imperio,
que usa a su antojo y cuando le conviene a sus intereses, a los organismos
multilaterales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas.
Por otra parte en el
concepto de “guerra de todo el pueblo”, se resume la experiencia
histórica cuando se refieren a enfrentamientos contra enemigos que en
número y en tecnología son sensiblemente superiores. Un ejemplo que
viene al caso fue la campaña de Páez y sus llaneros contra las tropas
españolas, al mando de las cuales estaba el mismísimo don Pablo Morillo,
quien también se las vio “negras” cuando se tuvo que enfrentar
a los margariteños en 1816.
Para ello es válido
el uso sin restricciones y con la máxima eficiencia de todos los medios
materiales, morales, espirituales, en fin, de todo lo que esté al alcance
de los combatientes en una sociedad determinada.
Este concepto de
“guerra de todo el pueblo”
ha sido la base para la actuación del Ejército Popular de Liberación
de China para lograr la independencia de los imperios de entonces y
para la refundación de la nación, y en la actualidad es la doctrina
militar por excelencia de Cuba para la dirección de la Revolución y para
resolver aquellos problemas relativos a la Defensa Nacional. No existe
la más mínima duda que en caso de una agresión militar en gran escala
contra Cuba, cada ciudadano tendrá un medio, un lugar y una forma de
enfrentar al enemigo hasta lograr la victoria. Este será el mismo panorama
que se presentaría en Venezuela y en el resto de la América Latina.
4. Situación en
Venezuela
Los EE.UU. están librando
por primera vez guerras defensivas, no porque están bajo el “ataque”
de Irak, Afganistán o Somalia, sino porque es la primera vez que actúan
en defensa del Imperio, al que no logran gobernar. Tenemos la experiencia
de la terrible derrota de Israel a manos de milicias de Hezbolah. El
Siglo XX fue el de la hegemonía, y los estadounidenses llegaron a ser
vistos en Europa como “libertadores” y con ellos llegó la música,
Hollywood, etc. El siglo XXI es muy diverso, al punto que hasta la UNASUR
les ha dado un portazo en sus propias narices. Tenemos que prepararnos
para combatir una “guerra” que de convencional tendrá muy poco.
Por eso es muy recomendable seguir a Sun Tzu, cuando dice en su libro "El Arte de la Guerra": “Toma
los lugares que sea incapaz de rescatar; desplázate suavemente en la
dirección por donde seas menos esperado”
Motivo de preocupación
es la valoración real de la actuación del general Raúl Baduel a su
paso por el Ministerio de la Defensa. Este general tuvo mucho cuidado
de proyectar una imagen de intelectual, de teórico militar y de esa
forma engañó a muchos. Ejerciendo como ministro hizo publicar en mayo
de 2005, un libro de Jorge Verstrynge titulado “La Guerra Periférica
y el Islam Revolucionario – Orígenes, reglas y
ética de la guerra asimétrica” [9], que sin quitarle méritos a su lectura, pienso
que no es el más adecuado para iniciar una discusión de este tipo
en nuestro país; pero como se trata de un tema harto extenso no lo
vamos a tocar en esta oportunidad. Sólo lo cito por el interés que
la guerra asimétrica ha despertado dentro de nuestra Fuerza Armada.
Lo intrigante es el objetivo teórico que perseguía el general Baduel
para tratar este asunto tan complejo, porque la traición que protagonizó
seguramente no se incubó en su mente en pocos días, sino que fue un
proceso de varios años.
En
nuestro caso debemos apartar las discusiones en torno a la opción entre guerra asimétrica y
guerra de todo el pueblo,
sino más bien conjugar ambos conceptos.
5.
Conclusiones
- Abordar con seriedad el problema que plantean las guerras asimétricas que no sólo atañen al ámbito militar, sino que son asuntos de carácter económico y político. Ante la eventualidad de que dirigentes políticos y oficiales de la Fuerza Armada no dispongan de los elementos teóricos necesarios --sin desconocer la existencia del IAEDEN--, debemos dotarlos de elementos que permitan subsanar las carencias que se observan en este particular.
- Aprovechar la coyuntura para tratar otros asuntos colaterales que son de mucha importancia, los cuales sólo podrían ser tratados en coloquios privados. Se requiere darle cierto matiz institucional al asunto. La conspiración en marcha obviamente debe ser combatida también mediante tácticas asimétricas, porque en esta guerra nuestro enemigo, es multiforme y heteróclito.
- Me he atrevido a referirme sobre este tema, por considerarlo de gran interés, y si ha sido tratado con cierta superficialidad es porque no quiero adelantar otras conclusiones, que en esta ocasión me las reservo para discusiones mas restringidas.
NOTAS:
[1] Qiao Liang y Wang Xiangsui: Traducción libre de la edición italiana “Guerra senza Limiti – L’Arte de la guerra asimmetrica fra terrorismo e globalizzazione” (Ed. Goriziana, 4ª, 2007).
[2] Si quiere verificar la cifra exacta, puede consultar en:
http://www.nationalpriorities.org/costofwar_home
[3] “Guerra sin Restricciones: Plan Maestro de China para destruir a los Estados Unidos”
[4] Ver: http://usacac.leavenworth.army.mil/CAC/milreview/Spanish/JanFeb06/manwaring.pdf
[5] Los delirios de cierta oposición internacional pueden ser verificados en:
http://porcubaparacuba.blogspot.com/2007/11/hugo-chvez-prepara-sus-fuerzas-armadas.html
[6] La moneda china es el renmin o yuan que equivale a unos € 0,14 aproximadamente. Hay billetes de 100, 50, 25, 10, 5, 2 y 1 yuan y fracciones de 50, 20 y 10 céntimos. No existe mercado negro, por lo cual se pueden cambiar los dólares ($ 1 = 8,1 yuanes, aprox.) en los hoteles y en los bancos.
[7] Ver: http://www.aainteligencia.cl/2008/Mar2008_3_JorgeSerrano.html
[8] EEUU en guerra: «Bellum justus», ¿guerra justa? Michael Hardt y Antonio Negri, “La Jornada” México, 12 de octubre.
“El renovado interés por el concepto de bellum justus, o guerra justa, y su efectividad, son síntomas del resurgimiento del concepto de imperio. Este concepto, orgánicamente vinculado a los antiguos órdenes imperiales y cuya rica y compleja genealogía se remonta a la tradición bíblica, comenzó a reaparecer en tiempos recientes como relato central en las discusiones políticas, en particular desde la Guerra del Golfo. Tradicionalmente, el concepto descansa en la idea de que cuando un Estado debe confrontar una amenaza de agresión que pueda poner en peligro su integridad territorial o su independencia política, adquiere jus ad bellum, el derecho a la guerra.”
“Pero hay un problema con este renovado foco sobre el concepto de “bellum justus”, que por cierto la modernidad, o más bien el secularismo moderno, luchó por erradicar de la tradición medieval. El concepto tradicional de la guerra justa implica la trivialización de la guerra y la celebración de ella como instrumento ético, ideas que el pensamiento político moderno y la comunidad internacional de las naciones-Estado han rehusado enfáticamente. Pero estas dos características tradicionales han reaparecido en nuestro mundo posmoderno: por un lado, la guerra es reducida al estatus de acción policíaca, y por otro se sacraliza un nuevo poder, que mediante la guerra queda facultado para ejercer funciones éticas.”
“Lejos de sólo repetir nociones antiguas o medievales, los conceptos actuales presentan algunas innovaciones en verdad fundamentales. Una guerra justa no es ya en sentido alguno una actividad de defensa o resistencia, como lo fuera, por ejemplo, en la tradición cristiana de San Agustín a los escolásticos de la Contrarreforma: una necesidad de "la ciudad mundana" para garantizar la sobrevivencia lograda. Ahora, las acciones bélicas se justifican en sí mismas. Dos elementos distintos se combinan en este concepto de guerra justa: primero, la legitimación del aparato militar en tanto tiene fundamentos éticos, y segundo, la efectividad de las acciones militares en la consecución del orden y la paz deseados. La síntesis de ambos elementos pueden de hecho ser el factor determinante en la fundación, y la nueva tradición, del imperio. Hoy el enemigo, al igual que la guerra misma, nos llegan trivializados (reducidos a un objeto rutinario de represión policíaca) y se tornan en absolutos (como el Enemigo, una amenaza absoluta al orden ético). La Guerra del Golfo fue tal vez el primer ejemplo plenamente articulado de esta nueva epistemología del concepto. La resurrección del concepto de guerra justa puede ser un síntoma de la emergencia de un imperio, uno muy poderoso y plagado de sugerencias.”
[9] Jorge Verstrynge, “La Guerra Periférica y el Islam Revolucionario – Orígenes, reglas y ética de la guerra asimétrica”, Editorial El Viejo Topo, 256 pp. Para mejor informaciones y comentarios sobre esta publicación, ver, entre muchos, los siguientes:
a. Trabajo en formato PDF: http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_111_121168332633897.pdf
b. "La guerra periférica y el Islam revolucionario. Orígenes, reglas y ética de la guerra asimétrica" de Jorge Verstrynge” en “Rebelión”: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10183
c. Alberto Garrido: “La discusión Asimétrica”, Dossier Bolivia:
http://www.lostiempos.com/noticias/dossierbolivia/nacional/bases_militares/garrido/29-11-05/
Internet: "La Página de Omar Montilla"
Correo: omar1montilla@gmail.com