Muchas son las lecturas que se pudieran hacer entorno al affaire que está en pleno desarrollo en Honduras con el golpe de Estado al presidente Zelaya. Sin embargo, para nosotros, viendo la semiología del problema, una de esas lecturas destaca sobre el resto y tiene que ver con la posibilidad de que los presidentes Chávez, Correa, Ortega y Morales se hayan comido un dulce encicutado que hábilmente les ha servido el imperio norteamericano en una pulcra y reluciente bandeja de plata.
Dada las señales, el contexto, los códigos y la simbología de esta puesta en escena que ha sido el golpe de Estado, no nos resulta nada descabellado especular que ésta haya sido una jugada maestra y perversa, alucinante y endemoniada de los Estados Unidos que tiene como propósito lavarle la cara a una Organización de Estados Americanos (OEA) que esta muy desprestigiada a los ojos de la comunidad internacional.
Tan macabra y espeluznante puede haber sido la estrategia de derrocar por la fuerza de las armas al mandatario hondureño, que, a partir de un análisis político serio, nos atreveríamos a decir que, dada la manera como han venido ocurriendo los hechos, no solamente sería válido sospechar de las malas intenciones de los funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo al presidente Obama, sino también del secretario general de la OEA, José Miguel Inzulsa y del mismísimo presidente de Honduras, Manuel Zelaya, quienes pudieran estar siendo utilizados en un complot jamás visto en la historia política de América Latina.
Creemos a pie juntillas que en política como en otros ámbitos de la vida se producen hechos tan irresolutos a priori que en ocasiones deben ser abordarlos sin prejuicios, apresuramientos, desmesuras y apenas con sangre fría, dijera el novelista Truman Capote.
El derrocamiento de Manuel Zelaya es quizás uno de estos tantos casos, que por sus implicaciones solo se irá aclarando y mostrando algunas perspectivas en la medida que transcurran los días, días que seguramente nos irán develando algunas verdades por los demás insospechables.
Somos de los que piensan que es posible que los presidentes Chávez, Ortega, Correa y Morales, para nombrar a quienes realmente están comprometidos con la democracia, las luchas populares y la unidad latinoamericana, han debido esperar y sopesar con mayor cautela los acontecimientos que se produjeron alrededor del golpe de Estado en Honduras, antes de lanzar una acción que apenas a estas alturas del problema empieza a mostrar algunas debilidades tácticas y estratégicas.
Existen aspectos del caso Honduras que generan inquietud y que atizan la candela de la sospecha, entre otras cosas, por la desconfianza que lleva implícito el discurso ambiguo y las interpretaciones discordantes de los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos. Nos preguntamos entonces: ¿ Es fortuito que los golpistas hayan llevado al presidente Zelaya a Costa Rica donde fue recibido amable y diligentemente por el mandatario Oscar Arias, quien , no sabemos si por mera casualidad, ha sido la persona designada arbitrariamente por el gobierno norteamericano para mediar en el absurdo diálogo entre el dictador Micheletti y el presidente constitucional, Manuel Zelaya?.
¿Por qué el avión que transportaba a Zelaya y al presidente de la asamblea general de la ONU, Miguel d Escoto, al no poder aterrizar en el aeropuerto de Tegucigalpa no fue autorizado para que aterrizara en la base militar que tienen los Estados Unidos en territorio hondureño, si había tanto interés en que Zelaya se reuniera con sus seguidores que los esperaban en los alrededores del Terminal y que fueron reprimido por las fuerzas militares al mando de los gorilas centroamericanos?
¿A caso es casual que la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, estando en pleno desarrollo los sucesos de Honduras, haya concedido una entrevista a Globovisión con el propósito de seguir tratando de desprestigiar al gobierno del presidente Hugo Chávez utilizando mentiras y calumnias como la supuesta censura a los medios de comunicación y otros temas que han venido siendo manipulados de manera sistemática?
Aunque dejamos esas interrogantes para la reflexión, lo realmente importante y trascendental aquí es que al parecer y por los vientos que soplan los Estados Unidos es posible que hayan ganado espacio en el intento por relegitimar a organismos como la OEA que le sirven de parapeto para ejercer presión en el contexto internacional contra los gobiernos que no responden a sus deleznables intereses, incluso, engañando y burlándose de la buena fe de algunos que a pesar del peso de la historia ingenuamente, al parecer, han caído en la trampa .
Es importante resaltar que Manuel Zelaya quien es un empresario que llegó al gobierno a través del partido liberal, no tiene el apoyo de todos los movimientos populares, y de otras organizaciones revolucionarias que quizás lo ven, aún no siendo así, como un oportunista que se permitió un giro táctico y circunstancial hacia la izquierda. Esto atenta contra la posibilidad de resistencia ideológica y sobre todo de que sus seguidores puedan aguantar mucho más tanto tiempo en la calle.
No les extrañe que de producirse el absurdo y fatídico diálogo entre el gorila Micheletti y el presidente Manuel Zelaya, el mismo se distienda, se relaje y se prolongue con el propósito de darle tiempo a los Estados Unidos para que imponga a uno de sus títeres.
Ojalá que Zelaya, sobrero mediante, no termine en un exilio dorado, o bailando joropo en las calurosas v polvorientas fiestas de Elorza.
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