Contraloría Social

16 reglas esenciales de ortografía (para funcionarios)

1) Las oraciones comienzan con Mayúscula.

2) Los nombres propios se escriben con mayúscula (de personas, animales, marcas, institutos, títulos, países, ciudades), mas no los meses ni los días.

3) Las palabras esdrújulas (antepenúltima sílaba fonéticamente acentuada) llevan tilde.

4) Las palabras graves (penúltima sílaba fonéticamente acentuada) no llevan tilde (excepto si terminan en cualquier consonante distinta de S o N).

5) Las palabras agudas (última sílaba fonéticamente acentuada) llevan tilde (excepto si terminan en cualquier consonante distinta de S o N).

6) La partícula "que" lleva tilde cuando implica interrogación, incluso si la oración no es interrogativa sino afirmativa (ejmp: "No sabemos qué ocurrió").

7) La partícula "si" lleva tilde cuando implica afirmación (ejmp: "la quiero, porque sí", "), y no la lleva cuando implica condición (ejmp: "si me mojo me enfermo").

8) El adverbio "cuando" lleva tilde al implicar interrogación, incluso si la oración no es interrogativa sino afirmativa (ejmp: "no sé cuándo volveré").

9) El adverbio "cuanto" lleva tilde al implicar interrogación, incluso si la oración no es interrogativa sino afirmativa (ejmp: "no sé cuánto tiempo llevo en la cola").

10) La partícula "de" lleva acento cuando proviene del verbo "dar" (ejmp: "cuando ella dé la señal").

11) La partícula "mas" lleva tilde al implicar cantidad, comparación o superación (ejmp: "más allá"), y no la lleva cuando sustituye a "pero" o "sin embargo".

12) La partícula "aun" lleva tilde cuando implica duración y equivale a "todavía" (ejmp: "aún no llegas"), y no la lleva al sustituir a "incluso", "hasta" o "ni siquiera".

13) La partícula "se" lleva tilde cuando proviene del verbo "saber" (ejmp: "no lo sé").

14) Las partículas "tu" y "el" llevan tilde cuando son pronombres (ejmp: "tú y tu perro"; "él y el camino").

15) La partículas "este" o "esta", "estos" o "estas", "aquel" o "aquella", y "aquellos" o "aquellas" llevan tilde si son usadas como pronombres (si dan por entendido el sujeto al que refieren).

16) La partícula "solo" lleva tilde cuando equivale a "unicamente" (ejmp: "sólo este carro funciona"), y no en relación a aislamiento o falta de compañía (ejmp: "estaba solo cuando murió").

Y bueno, una de ñapa:

17) Las tildes se usan también cuando se escribe todo en mayúsculas (como en los titulares), contrariamente a lo que piensan quienes no saben colocar tildes —ni quieren saberlo— y optan por esta forma de escritura creyendo ocultar su ignorancia.

Uff... Camaradas... Hay más reglas, pero ya con estas es sufciente. Hay que mantener la lista simple, de modo que la pueda entender hasta un Ministro...

Tal vez me equivoque, pero en los tiempos del Presidente Medina Angarita no hubiera sido necesario esta especie de... contraloría social humanista; al menos es la impresión que da cuando leemos la prensa de la época, el código civil, las tesis de grado. Las luces del humanismo son también eso: la lengua, la cultura.
Por cierto, en el Colegio Nacional de Periodistas no existe siquiera un panteón de periodistas venezolanos, visiten su web.

A menudo dejamos pasar los errores ortográficos o de redacción de quienes ocupan puestos importantes en la función pública, los cuales suponen la existencia de títulos adquiridos, que a su vez suponen niveles de instrucción consentidos, comprobados. Pero a veces también es bueno señalar esos errores, especialmente —mas no exclusivamente— cuando se trata de profesionales del periodismo, una profesión relacionada directamente con la comunicación y cuya base esencial es el medio escrito.

Muchos periodistas en nuestro país tienen un pésimo dominio del lenguaje en general, y sobre todo del escrito, si bien la escritura es uno de los aspectos formales más importantes de dicha profesión. Pero siempre habrá cualquier tipo de profesionales que ante el señalamiento de su pésima escritura le echen la culpa inmediatamente a la revolución, a los tiempos, a la urgencia de la "batalla" y a cosas por el estilo, según las cuales no nos podemos dar el "lujo" de prestarle "demasiada" atención a los detalles linguísticos (porque la lengua, para muchos, no es más que un pobre instrumento funcional al que se puede tratar como a un burro de carga). Se equivocan, la lengua es también la estructura del pensamiento racional, el cual nos hace tanta falta en la revolución, en todo momento.

Lo cierto es que quien domina el lenguaje escrito no precisa de un tiempo de escritura relajado y confortable para escribir correctamente. Sin ser Cervantes, cualquier periodista, economista, abogado, médico o ingeniero profesional puede y debe escribir bien en todo momento, bajo cualquier circunstancia. El que sabe algo, lo sabe siempre.


Nosotros en el pueblo, por ejemplo, sabemos siempre, en todo momento, que en la subestimación de estos supuestos "detalles insignificantes" se nos va la revolución. La falta de atención en ellos, por parte del funcionario comprometido, hace un daño enorme en cualquier actividad. Dicha falta de atención, cuando no es producto de una formación profesional insuficiente, es aun peor: denota por parte del "revolucionario" una actitud implícita despreciativa, "mateadora".

Independientemente de las causas, la realidad es que muchísima gente en posiciones importantes de nuestras instituciones republicanas ha tenido una formación académica extremadamente mediocre, la cual inexorablemente se refleja luego en el ejercicio de sus funciones. Si el revolucionario está llamado a superar la sociedad existente, ¿cómo podrá lograrlo manteniéndose por debajo del nivel que la misma le ofrece? El esfuerzo adicional requerido para superarla se evidencia, precisamente, en los detalles, los cuales ultimadamente salvarán a la patria y deben hacerse dueños de nuestra bandera.



xavierpad@gmail.com


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Xavier Padilla


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