Otra vez la estrategia comunicacional

En su primer ALÓ PRESIDENTE de 2012, Chávez criticó la programación de VTV y otros medios oficiales por transmitir casi exclusivamente programas de “política” (en el sentido chato de la palabra) y no hacer saber los logros de la Revolución. A nadie se le puede ocurrir que nuestro Comandante quiera despolitizar los medios públicos, ni tampoco ¡OJO! que quiera someternos a la ladilla suprema de cuñas tipo Cuarta República, a las que nadie le para, donde un locutor dispara en automático (sin pensarlas, sin sentirlas y por lo tanto sin hacerlas pensar ni sentir) toneladas de asfalto, leche en polvo o alimentos, miles de millones de bolívares invertidos en no sé que…y si lo supe no me acuerdo.

UN DIA UN TREN

Chocó un tren y hubo quien dijo ¿cuál tren? porque nuestro sistema ferroviario lo conocen quienes viajan en él, y lo saben muchos, pero no todos porque no forma parte del gran imaginario colectivo, es otro invisible en la batalla comunicacional. El público lo ha escuchado nombrar y lo ha visto en cuñas micro, pero sigue tan lejano e impersonal como la producción de bauxita o la exportación de palmito. La vida no espera por los comunicólogos que ignoran los amores, encuentros, desencuentros, dramas, milagros y heroísmos que ocurren en los las estaciones y los trenes.

Otrosí, El Metrocable sólo “existe” para la mayoría de los caraqueños porque sus vagones pasan sobre la autopista y hasta los escuálidos están obligados a verlos.

MEDIOCRIDAD Y RUTINA

No hay poesía. La tendencia es a lo rutinario y mediocre que heredamos como otras enfermedades del pasado. En materia comunicacional no inventamos y por lo tanto erramos. Repito, no inventamos y por lo tanto erramos. El gobierno bolivariano es una gran organización y en las grandes organizaciones es más seguro equivocarse con la mayoría que tener razón uno solo. Chávez tiene razón, pero no está sólo, salvo en materia comunicacional.

La diferencia entre un comunicólogo y un comunicador es la misma que hay entre leer un manual de instrucciones del Kalashnikov y tener el fusil caliente y humeante en las manos. El manual es útil, pero sin el arma no sirve para defender la Patria y la vida, que al fin y al cabo es lo que está en juego en la estrategia comunicacional. Lo demás es habladera de paja de especialistas

LAS PRODUCTORAS

…y negocios para las productoras privadas que, en calidad y compromiso no le dan ni por las patas a Pana Films y Humana, por ejemplo. Pero hay amistades e intereses y una montaña de dinero por la mitad del medio de la mediocridad. Y conste que digo amistades e intereses, no “oscuros intereses”, porque verdaderamente nunca es tan clara la amistad y el interés como cuando Tarek William Saab anuncia en “El NAZIONAL”… y a nuestros muertos que los parta un rayo. Pero sigamos, que es de poesía que hablamos cuando hablamos de poesía. De la necesidad de invención y audacia en el mensaje.

BATALLA DE IDEAS

La prueba de lo que digo y la excepción que confirma la regla es Telesur. De que vuela, vuela, en una industria justamente parecida a la aviación donde volar cuesta tanto. Mientras tanto, nuestros medios públicos siguen tan terrestres, correteando por la pista sin elevarse.

¿Por qué los dos mejores programas políticos de VTV (con filtro y sin filtro) “Cayendo y Corriendo” y “La Hojilla” están en horarios imposibles? ¿Por qué no podemos crear una serie semanal humorística de calidad? ¿O un resumen inteligente y ameno de ALÓ PRESIDENTE? ¿Por qué no conocemos La Habana, su música y su gente?

¿Acaso la vida de los pescadores de cangrejos y pez espada de Alaska y Nueva Inglaterra son más interesantes que la de nuestros atuneros? ¿O nuestros policías o arqueólogos menos interesantes que los europeos? ETC., ETC., ETC.

Audacia, audacia y más audacia comunicacional. ¿O acaso 12 años de prudencia no bastan?

rothegalo@hotmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3470 veces.



Eduardo Rothe


Visite el perfil de Eduardo Rothe para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Eduardo Rothe

Eduardo Rothe

Más artículos de este autor