Eso sí, cada entrevistado es presentado con una friolera de títulos que uno los imagina como un frontón cubierto de insignias y pergaminos. Por supuesto, ya eso “hace creer” al lector desprevenido que lo que viene es “eneas con burundanga”, sabiduría pura y conceptualización irrefutable.
-“¡Pendejo!”, dice el redactor de la entrevista, con el aplauso cómplice y agradecido del entrevistado, como si estuviese hablando “en vivo y en directo” con su víctima o potencial lector, sobre todo a aquel inteligente que de lejos le descubre su infeliz argucia, “¿qué le vas a tirar a mi ilustre entrevistado?”.
-“Además”, agrega, “ni tienes nada que contradecir ni cómo, porque la libertad de prensa no deja para eso”.
Como la estrategia de Capriles, pareciera centrada en jugar al escondido o “¡a que no me atrapas!”, razón por la cual considera una proeza estar en la mañana en un pueblo pequeño, donde por cierto casi todo el mundo es chavista y al mediodía en otro, donde sucede igual, y decir cuatro simplezas, como si estuviera animando su propio acto electoral, los sesudos analistas a quienes el diario abre espacio como parte de su contribución a la campaña, se descerebran justificando aquello y dándole un valor trascendente en un discurso que unos no entienden y por el cual otros ríen a mandíbula batiente.
En ese empeño del candidato opositor y sus “cantores de gesta o mejor épica”, a aquella conducta ensalzan de manera que en veces nos hacen creer que parecieran estar buscando un puesto para ir a los juegos olímpicos como atleta pero no a Miraflores. Lo que ignoran o pretenden ignorar es, en todo caso, que para una y otra cosa se requiere mucho de lo que Capriles no tiene.
Pero el candidato y sus juglares empeñados están que el asunto es una competencia boxística, ¡eso mismo!, de distancia corta, que se gana sin talento y sin pegada, sólo por flaquito.
Una “enjundiosa” analista, de esas que dan un ojo porque Capriles gane, al periodista del diario predispuesto contra Chávez y dispuesto hasta participar en el ridículo, dictó – eso mismo - un “importante” contraste entre ambos candidatos y sus campañas, con un esfuerzo intelectual tan grande que se le fueron los tapones. Calificó a Capriles como omnipresente, haciendo “énfasis en su capacidad de moverse de un lado del país a otro”. Le faltó decir que jabea bien, y como Clay, “vuela como una mariposa y pica como una avispa”. Pero además, hace sentir la fortaleza de su derecha y sus armónicos movimientos de torso.
En cambio, dice la analista, con un dejo de desprecio “las actividades de Chávez no requieren un esfuerzo físico tan fuerte como el del candidato opositor”.
Para la directora del “Instituto Venezolano de Investigaciones Sociales y políticas - ¡vaya pa` El Callao! – Francine Jácome, hay en eso que ella resaltó un contraste como para que el votante tome posición. Con esos parámetros, la dama demuestra la seriedad de la institución que preside.
¡La derecha de aquí, asesorada por la de allá, sigue convencida que este pueblo es pendejo!