No pareciera que el chavismo lo está ayudando con todo, es más, hay quienes critican que el periódico de la Alcaldía de Libertador, Ciudad Caracas, el mismo que el candidato a la Alcaldía Mayor levantó, le da mucho más centimetraje a la candidatura a la reelección de Jorge Rodríguez que a su ex director. Sin embargo, pareciera que Ernesto Villegas no necesita ese empuje para hacerse visible.
Con la sola circunstancia de ser un rostro nuevo, un profesional con una trayectoria impecable, venido de una familia de gente luchadora, reconocido en el gremio por su equilibrio y su sensatez, Villegas ha podido calar, casi solito, desde que el Polo Patriótico decidió lanzar su nombre en una aventura que parecía al comienzo una idea riesgosa para él. La gente no olvida su corto pero decisivo tránsito en el Minci durante el difícil trance de la enfermedad y fallecimiento de Chávez. Su ponderación, su capacidad de diálogo y la cabal comprensión de su enorme responsabilidad, le ganó el cariño popular. El ascenso de su candidatura ha sido vertiginoso.
Si a eso le sumamos la batalla por la alcaldía del Municipio Sucre, en donde Antonio Álvarez luce casi imbatible, nos acercamos a la posibilidad de que Caracas tenga pronto mandatarios nuevos, jóvenes, formados en la Quinta República, comprometidos con el proyecto chavista, sin pasados oscuros ni expedientes negros. La falta de experiencia política no sería, en estos casos, un escollo a superar, sino más bien la esperanza de que mientras menos “resabios” tengan los candidatos, mayores las posibilidades de que su gestión sea transparente.
Villegas no tiene pactos con nadie, no pertenece a ningún clan, no es del grupo de mengano o de perencejo. Esa es una gran fortaleza: nadie lo adversa, pocos habrá que quieran ponerle peines dentro del propio chavismo, porque él representa una amenaza sólo para las fuerzas opositoras. Ojalá así lo entiendan quienes deciden campañas para que en el par de semanas que restan le den a Ernesto el respaldo que le permita ganar con holgura la Alcaldía Mayor el 8 de diciembre. Si eso sucede, Caracas agradecerá contar el año que viene con un solo gobierno, un solo proyecto y un mismo ideal.
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