Si bien es cierto que la oposición política y económica está sustentada en los medios privados de radio, prensa y televisión, de igual manera los medios del Estado son el canal de comunicación de la revolución bolivariana, pregunta obligada está en la consideración pertinente de quien lo está haciendo mejor y con más alto punch, de quien está llegando a los target debidos y como corolario quien le está sirviendo mejor a sus partidarios.

La guerra a los medios oposicionistas es una idea recogida del camarada Roberto Malaver en el programa de Yuri Pimentel y a quien le doy el más oportuno y sincero apoyo, el ataque a quienes generan las matrices de opinión impone una estrategia muy acertada de nuestros medios y voceros políticos.

Debe haber un cambio de paradigmas en nuestro mensaje, creemos que debe cesar en alguna medida el recalentamiento de la figura del presidente y ahondar más en los logros obtenidos en todos los ordenes, desde el económico hasta los niveles de inclusión y reducción de la pobreza, pasando por supuesto por variables puntuales como por ejemplo, el otorgamiento de becas de estudio por la Fundación Ayacucho que en un solo Estado superó el otorgamiento de todos los años de la cuarta.

Es importante destacar que en el orden ideológico se debe ser lo más audaz posible y transmitir el conocimiento y respectivo aprendizaje en el siguiente orden : Primero: La Educación Bolivariana, sus principios y alcances, en Segundo lugar: El pensamiento robinsoniano y su vigencia y en Tercer lugar: El Socialismo y todo lo que le sea adherente e importante: marxismo, guevarismo, la teoría de Erich From en cuanto al humanismo; de Gramsci recoger el aporte filósofico y político pertinente, de Eduardo Galeano, el latinoamericanismo, igual aquellos aportes que signifiquen liberación y avance en la lucha ideológica, solo de esta manera ofreceremos al pueblo de las suficientes herramientas para enfrentar la acción mediática a que es sometido constantemente.

Todo lo anterior debe ser asumido por nuestros medios de manera urgente, conjuntamente con una programación en contra de la mentira. De igual manera nuestros medios deben imbuirse en cuanto el papel de los directivos como baluartes ideológicos no reactivos, sino proponentes de estrategias concretas, es decir adelantarse, lo cual puede hacerse, a la mentira y manipulación.

La guerra a los medios oposicionistas es de carácter urgente y sin dilaciones, producto de un análisis severo más allá de la intuición periodística, es necesaria la percepción política del momento y quien no esté en capacidad de hacerlo debe apartarse y darle cabida a quienes en verdad lo puedan hacer.

Estamos en presencia de una hora crucial para el avance revolucionario, y los resultados de la reforma lejos de significar una derrota debe convertirse en un arma para la acción ejemplar y reivindicativa del ser chavista y revolucionario.

No es hora de lamentaciones tratando de justificar y atribuirle los resultados a tal o cual razón, sin antes consultar científicamente el porqué no votaron o lo hicieron por el No, es hora de definiciones y desenmascaramientos, de la verdad hecha honor y trascendencia, la organización social requiere de nuevos métodos y dirección política adecuada, si hemos de exigirle al presidente que haga cambios fundamentales, debemos apropiarnos de elementos de juzgamiento valederos sin caer en excesos, es decir ser muy puntuales a la hora de señalar culpables o irresponsables.

Como en el béisbol llegó la hora de la verdad en la recta final, de la participación de quienes en verdad se identifican con los fines y propósitos de la revolución libertaria y el socialismo, del chavismo con Chávez, de la construcción de una patria sin complejos en vía de la creación del hombre y mujer nuevos.

rafaelfebles@yahoo.com