Cuento estúpido de Navidad

Caldera: ¿revolviéndose en la urna?

La desesperación generalmente conduce a comportamientos bochornosos. Pero, por otro lado, no menos cierto es que el bochorno puede conducir también al más miserable ridículo. La muerte de Rafael Caldera, quien estoy convencido está pidiendo a gritos que lo entierren de una vez y sin tanta alharaca, la ha tomado Globovisión con encono para joderle definitivamente la navidad a los disociados. Es más, empiezo a sentir cierta arrechera por los deudos de Luis Herrera, a quien enterraron sin tanta publicidad, obedeciendo al veto mediático que le impusieron desde RCTV (Marcelino por la gracia de Dios) y que con mucha diligencia le hicieron coro el resto de los canales... ¡Ah, pero, Caldera es Caldera! Y quien sabe si logran hacer de éste mártir un beato, héroe insigne de la IV o ejemplo juvenil para las nuevas generaciones.

No más se supo de su deceso, Globovisión instaló una microondas en la quinta Tinajero, no sin antes sacar al aire una llamada telefónica con Andresito, hijo del insigne muerto, para aclararle al país que "no aceptarían ningún homenaje u honores que le hiciera el gobierno", como si la Revolución estuviera chinguita por hacerle honores a uno de los que firmaron el Pacto de Punto Fijo.

Luego, en medio de pases a la quinta Tinajero, se lanzan un especial sobre Caldera en donde se ensalza al héroe, al estadista, el Superman de la democracia, pero no aparece por ningún lado que el ejemplo del fascismo demócrata-cristiano firmó el Pacto de Punto Fijo. De hecho, este especial trata de desvincularlo de la traición a Medina Angarita y el golpe a Gallegos.

Ahora mismo, son las 2:00 de la tarde del día 26 de diciembre. Por recomendaciones mediáticas y políticas no lo enterraron el 25 tal y como mandan las normas (parece que la derecha se dio unas "vacatios natividaes") y aparece el sempiterno perdedor Eduardito "Tigre" Fernandez, alabando a Caldera como si nadie en este país supiera que Caldera ni siquiera le dirigía la palabra, amén de las divisiones que por egocentrismo y soberbia exacerbada convirtieron a COPEI en un nido de víboras.

Sin embargo, lo mejor fue la declaración de este ilustrísimo "felino". Caldera era, lo menos, un adalid de la libertad y, según Eduardito, el recontrarrequeteufff de la pacificación ¡Coñooo! Si Betancourt y Leoni fueron unos zamarros hijos de puta, Caldera no fue ningún niño de teta en materia de represión, tortura y desaparecidos. La pacificación planteada por Caldera fue similar al retiro de tropas que planteó Nixon de Vietnam. Se lanzaron tantas bombas en un período de seis meses como la totalidad de un quinquenio. Esta analogía puede ser exagerada, pero allí están los familiares de los desaparecidos y torturados para contarnos como era esa pesadilla. El cinismo de Eduardo Fernández alcanza un punto de ridiculez impresionante, como si no tuviéramos memoria.

En el cuento descarado de navidad que nos ha venido alargando Globovisión con la muerte de Caldera, una vaina su está clarita: montaron un escenario político para una pila de basura decadente que hasta el mismo Caldera debe estar revolviéndose en la urna (porque todavía no lo habían enterrado).



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Mario Silva

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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