El año en que el periodismo venezolano se suicidó

El periodismo venezolano se suicidó en abril del año 2002. Durante esos días las más aberrantes mentiras fueron presentadas como noticias, el código de ética fue pisoteado y la propaganda negra manipuló los hechos para esconder un macabro plan que consistía en asesinar venezolanos para justificar un golpe de estado. Jamás la prensa venezolana hizo reflexión alguna para explicar semejante inmoralidad, ni siquiera las cadenas internacionales pudieron evitar el tener que reconocer que los medios en Venezuela estaban mintiendo. ¿Por qué mentían?, tiempo después se sabría parte de la verdad. Dueños de medios eran empresarios cuyos negocios, la mayoría ilegales, dejaron de beneficiarse del gobierno de turno. Bancos, concesionarios de autos, empresas constructoras, etc. Formaban parte de una telaraña de empresas en manos de dueños de medios. Toda esa riqueza acumulada gracias al robo a las arcas del Estado y la distribución desigual desde el Pacto de Punto Fijo, luego de ser derrocado Pérez Jiménez.

Los medios venezolanos fueron los arquitectos de una cultura sin valores ni amor patrio. Y todo se descubre, se evidencia, se desenmascara en abril del año 2002, fecha que quedará para la historia como el año en que el periodismo venezolano se suicidó y ni siquiera la verborrea de académicos como Marcelino Bisbal podrá resucitarlo. El periodismo está cambiando en el mundo, y ahora quien desee ser periodista de verdad, gozar de credibilidad y el respeto de la audiencia, a de profundizar la investigación, asumir una postura política con ética y no condicionar su trabajo a las etéreas ganancias de la publicidad. Las escuelas de Comunicación Social, tanto públicas como privadas deberán reformar sus pensum de estudio. Los estudiantes deben exigir a sus autoridades académicas en las carreras comunicacionales que investiguen y presenten propuestas de programas de estudios más exigentes e integrales, pues en dichas escuelas está ocurriendo la mayor estafa académica de la historia. Una carrera costosa y cuyas materias más exigentes casi son prácticas de plastilina. Periodistas sin pedagogía están dando clases, la teoría comunicacional es anacrónica y para colmo, los periodistas están aprendiendo el código de “digo lo que me da la gana por mi libertad de expresión” que a su vez les impide abordar la realidad y comunicarse con la gente.

Si algunos trabajadores de RCTV se quejan de que los han dejado solos en su supuesta lucha contra un gobierno opresor, es porque la mayoría sabe que no se trata de un gobierno opresor y la lucha es para defender intereses privados a través de un periodismo sin ética. Con RCTV quedó para la historia la imagen en que el pueblo llegó al edificio del canal durante el golpe de estado del 2002 y golpeando las puertas de vidrio exigían su derecho a la información veraz y oportuna. ¿Qué hicieron los periodistas?, en lugar de asumir la verdad y rectificar, lloraron ante las cámaras del país para justificar su inmoralidad y siguieron mintiendo. Desde entonces jamás han reconocido sus errores. Por el contrario han radicalizado sus mentiras. Aquella noche, el equipo de prensa de RCTV y de los demás canales golpistas se suicidó. Nadie los obligó a ello. Toda la historia de RCTV, sus supuestas glorias, todas las batallas ganadas por el periodismo venezolano de otras épocas mejores fueron arrumbadas a las heces de la historia.


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David Javier Medina


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