Tal actitud ha hecho daño a la política venezolana. Hacen a la población incrédula y termina dudando de cualquier tipo de acusaciones e informaciones que surjan al fragor comicial. Muchos candidatos pierden la credibilidad. No sé si habrá cifras al respecto, pero pienso que la gente en período electoral cree una cuarta parte de lo que los políticos señalan en público, precisamente por ese olvido que nunca se sabe si es sin querer o intencional.
Traigo el tema a colación, porque hablando de cambios, de revolución y de Socialismo del Siglo XXI, siento que es el momento de dar un viraje al respecto.
En contra de Capriles Radonski, aparte de los sucesos evidentes dada su mala gestión en el estado Miranda, resultaron dos denuncias que no fueron nada de bla, bla; los venezolanos escuchamos y vimos al diputado Juan Carlos Caldera recogiendo unas pacas de billetes y metiéndolas en una bolsa, mientras un tal jefe quería una reunión con Capriles.
Apenas se desarrollaban las investigaciones, el conductor de la Hojilla, Mario Silva, presentó otra conversación telefónica entre Henrique Capriles García y Gustavo Zingg, en la que el padre del candidato exigía una contribución supuestamente al margen de la ley, preferiblemente en efectivo.
Una situación que hace dudar de la legalidad de la procedencia de los recursos utilizados en la campaña de Capriles Radonski, y que en su debido momento denunciaron los revolucionarios.
Sólo que esas denuncias no deben ser engavetadas. Las investigaciones deben continuar hasta conocerse de dónde salieron los millonarios recursos con que la oposición financió su jornada electoral.
Además, el presidente Hugo Chávez dijo como candidato que la campaña de Capriles la financiaban los banqueros prófugos, mafias del narcotráfico y de lavado de dinero. Todas esas averiguaciones deben llevarse hasta el final.
Hay que marcar la diferencia. No permitamos que la tranquilidad que se produce después de las votaciones, haga olvidar las acusaciones lanzadas a los cuatro vientos y menos relacionados con el tráfico de droga que tanto perjuicio produce.
Igual ha de hacerse con las denuncias en contra de los chavistas. Se debe ir al fondo del asunto. Sería una insensatez con nosotros mismos olvidar el daño que la corrupción ha hecho al proceso en este país.
Desde hace tiempo - se palpa en la población- que la gente desea ver a los corruptos, sean del bando que sean, con sus barbas puestas en remojo.
Y pensando en eso se me viene ahora a la mente esa gran cantidad de misiones que el presidente Chávez ha ordenado en este país, con el objetivo de atacar severos problemas puntuales y me pregunto: ¿No será posible una Misión Penal Contra Corruptos? Las fiscalías están repletas de denuncias empolvadas.
¿Quién es capaz de ponerle el cascabel al gato?
@AlberMoran