Al revisar el presente panorama político venezolano del siglo XXI, vemos como la ignominia de personajes apátridas nacidos en Venezuela, se asientan en la asesoría “Uribista” del ex´-presidente colombiano Alvaro Uribe (al mejor estilo Monroe moderno) para bautizar su comando electoral con el nombre del Padre de la Patria Simón Bolívar, quien precisamente alertó contra los males que buscaron frenar el avance de los pueblos de América tras romper las cadenas del yugo español de entonces. Al mismo tiempo, sus lenguajes describen un anti-bolivarianismo y anti-socialismo que venden como un comunismo radical de los tiempos presentes en una patria venezolana que más bien exporta sus ideas liberadoras de unidad latinoamericana en el verdadero pensamiento de Bolívar basado en un nuevo socialismo enmarcado en la democracia venezolana participaba, protagónica, de solidaridad y justicia social que sembró el otro padre libertario y redentor de los pobres Hugo Chávez.
Frente al nuevo escenario electoral de repite la pretensión de la doctrina teórica de James Monroe, “América para los Americanos”(gringos), neocolonialismo anti-bolivariano que alertó Simón Bolívar frente a la realidad y pensamiento de los pueblos latinoamericanos arraigados en sus propias visiones libertarias: “Los EEUU parecen destinados por la providencia a plagar la América de miseria en nombre de la libertad”. Veamos un extracto del escritor cubano Francisco Pi Vidal en su libro “Bolívar Anti-imperialista”: “Las concepciones revolucionarias de Bolívar encontraron resistencia en algunos de sus colaboradores, entre ellos, Santander, quien fue reflejo fiel del espíritu legalista. Para él, un proceso revolucionario no hubiera sido jamás producto de un ideal popular, sino el resultado de una disposición jurídica. Obstaculizó a Bolívar con este leguleyismo mientras convino a sus apetencias personales de poder. Tan pronto aspiró a la Presidencia de Colombia lo echó todo por la borda. Su fetichismo legalista fue suplantado por toda clase de maniobras, conspiraciones, acuerdos y componendas para salir airoso. Santander no era la persona política más idónea para dar curso de alto vuelo al proyectado Congreso Anfictiónico de Panamá. Desde época bien temprana, comenzó Santander a reiterar sus simpatías por el Gobierno de los Estados Unidos. No es de extrañar el cambio en la composición de los integrantes del Congreso de Panamá, sacándola del ámbito, exclusivamente hispanoamericano planteado por el Libertador Simón Bolívar”.
En los años 50´s del siglo XX un episodio que se desarrolló en la historia norteamericana con un senador de nombre Joseph McCarthy desencadenó un proceso de delaciones, denuncias, acusaciones infundadas, interrogatorios, procesos irregulares, persecuciones y listas negras contra personas sospechosas de ser “comunistas”. Este proceso fue repudiado por algunos sectores en el propio suelo norteamericano quienes sostuvieron que este método era una especie de “cacerías de brujas de comunistas” a lo que denominaron el Macarthismo, praxis exportada y aplicada en países latinoamericanos como Venezuela en los años 60´s, 70´s y 80´s que se concentró en la persecución y eliminación física de líderes comunistas. En el tiempo reciente podríamos comparar la presencia pro-gringa y monroista de Álvaro Uribe en los mismos escenarios donde Hugo Chávez se basó en la doctrina bolivariana planteando el anti-imperialismo y la unión de los pueblos latinoamericanos. Si repasamos la historia vemos la recurrencia, solo que, el cambio de los tiempos y las tecnologías, aceleran la manipulación de los medios de comunicación prestados al interés capitalista e imperial, contradicción de quienes defienden una posición Norteamérica para denigrar de sus connacionales y del Estado Venezolano.
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