La clase media es una cultura, con perfil particular. Se trata de conductas que obedecen a creencias, símbolos, valores, defensas, rechazos, prácticas, comportamientos conscientes o inconscientes, heredadas, aprendidas o inducidas. El sistema capitalista para dominar, tiene forzosamente que construir una cultura, un involucramiento de las personas en torno a los intereses del mercado. Así, el sujeto se convierte en objeto y él convierte al objeto en sujeto. Es la alienación, la enajenación y la ideologización (falsa conciencia, mundo al revés) en su accionar cotidiano. Es aquí, en la práctica de estos valores, donde el capitalismo tiene su mayor fortaleza. La ideología encubre y reproduce la dominación, por esto, “toda ideología es “reaccionaria” Ludovico Silva. Hay que construir “UNA CONTRA CULTURA” que traiga consigo, “los hombres y las mujeres nuevas” del Che.
La clase media nacida en el capitalismo, que desaparecerá con él, es con frecuencia, escurridiza, oportunista, individualista, pragmática, utilitaria, trepadora, moviéndose de acuerdo a sus intereses híper consumista, vive del fiado y de la apariencia, fungen y fingen, añoran tener mayor capacidad de consumo, por sobre su capacidad salarial y tienen casi todas las tarjetas de crédito. Les aterra perder las comodidades, se hacen pues reaccionarios. (Marx) En oportunidades, con una tarjeta pagan la mensualidad de la otra. Son permanentemente imitadoras, se dejan seducir fácilmente por el aparato publicitario. No les falta la envidia, y quieren tener lo mismo o mejor que los amigos, vecinos o colegas. Algunos hablan de la clase sándwiches, por estar en el medio, entre los de arriba y los de abajo. Pocos vencen esta trampa. Son políticamente peligrosos, llegan a ponerse de lado del mejor postor. Caminan en la cuerda floja. Luchan por subir de estatus, y les aterra bajar, prefieren la apariencia. Simulan apoliticismo cuando les conviene y en otros momentos a gritos, vociferan su odio hacia las clases inferiores, llegando a la xenofobia y el racismo. Se dicen chovinistas (nacionalistas), pero en verdad son apátridas. Los hay profesionales, pequeños y medias comerciantes. Algunos teóricos consideran que en verdad, ésta clase no existe, que es la misma pequeña burguesía, con mejores salarios, y mayores condiciones de vida. En cualquier caso, casi siempre son explotados por la verdadera burguesía. Electoralmente son lo que en criollo llamamos “guabinas”, dispuestos al mejor postor. Pero hay que dejarlo claro, HAY TAMBIEN REVOLUCIONARIOS EN LA CLASE MEDIA. Son los menos, pero los hay.
En Europa, donde el modelo Neoliberal se ha aplicado y se está aplicando con todo su rigor, la clase media, ya es clase un cuarto. Han perdido todo lo que debían. Incluso tendrá que seguir pagando a los bancos las deudas, sin tener el producto. El desempleo y los desahucios, los tiene con la empalizada en el suelo. En Venezuela, ésta clase media no quieren mirarse en ese espejo.
Cuando Hugo Chávez llegó a la Presidencia, la clase media venezolana, tenía en pico de zamuro, sus viviendas, vehículos y modestos negocios. La cuota balón de los bancos, de ese modelo que tanto idolatran, los tenía contra la pared; con un cuchillo en el cuello, las manos amarradas y de rodillas. La privatización los constreñía y hasta infartaba. Pero llegó el Comandante y mando a parar. Se salvaron en la raya, pero su ingratitud es tal, que ni de esto se acuerdan. Ahora gritan: “fuera este gobierno, que se vaya Maduro”. Usan y se ven favorecidos con las diversas Misiones, con las recientes Leyes de Control y Precios, los CDI, la vivienda, los créditos para pequeños y medianos comerciantes, la educación gratuita, becas, aumentos salariales anuales, viajes etc. No es posible morderle la mano a quien te da la comida. Arreciaron contra La Ley Habilitante de Chávez y vino el Golpe, vienen por la Habilitante de Maduro, pero “no pasarán”. Esta clase media, esta media clase, manipulada por los fascistas de afuera y adentro, ahora han llegado a un espacio que les reservaba la política reaccionaria: son también fascistas, o lo que es lo mismo; antirrevolucionarias, anticomunistas, reaccionarios. Enloquecidos participan en la pretendida y fallida acción de querer tumbar al gobierno del “hijo de Chávez”. Como los puede gobernar un chofer de autobús. Han ido más allá, ahora se mezclan con paramilitares, son cómplices o corresponsables de algunos crímenes, y es posible que estén incursos directamente en algunos asesinatos. Ya no son “clase media en positivo”. Son clase un cuarto enloquecida. Son excelente caldo de cultivo del fascismo por todo su perfil. Pero, cuidado, el fascismo no es sólo de la clase media, también llega al pueblo y hasta se convierte en masa. AQUÍ ESTÁ EL PELIGRO MAYOR.
Hay que admitir, que muchos simpatizantes, amigos y militantes de éste proceso no tienen suficientemente claro este terrible peligro que nos acecha. Hay cuadros medios, funcionarios de peso regional, que tampoco conocen a plenitud éste serio problema. CON EL FASCISMO NO SE JUEGA. En Europa costó 50 millones de muertos con la II Guerra Mundial. Son capaces de todo. No se trata de unos muchachitos sifrinos, furiosos, malcriados o manipulados. El fascismo es toda una doctrina bien estructura, a la que apela el capitalismo cuando ve en peligro sus privilegios. El fascismo penetra también en los sectores populares y se oculta en el pueblo. Cuentan con un inmenso poder militar, económico, político, religioso y científico, por ende doctrinal. Es el capitalismo en su mayor crueldad. Sólo el pueblo organizado con EL VERDADERO PODER POPULAR CREADO DE ABAJO HACIA ARRIBA, PLENAMENTE ORIGINAL, AUTÓNOMO Y LOCAL, EL QUE PODRÁ DETENERLOS Y DERROTARLOS. La institucionalidad liberal burguesa tiene tremendas dificultades para hacer revolución. Está saturada estructuralmente de contrarrevolución.
*HISTORIADOR Y PROFESOR UNIVERSITARIO
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