La distribución gratuita de combustible entre las familias de escasos recursos del este de ese país le da puntos. Sin embargo, también hay críticas.
Para muchos en Estados Unidos, Chávez, es la reencarnación de Fidel Castro, con petrodólares y sin un embargo económico con qué contenerlo. Pero, para otros, especialmente en la costa este del país, su nombre equivale al de benefactor. Incluso héroe.
Y es que desde finales del año pasado, su gobierno, a través de la subsidiaria Citgo, ha estado distribuyendo de manera gratuita cientos de miles de galones de combustible, para calefacción entre familias que viven en albergues, y ofreciendo una rebaja del 40 por ciento frente a los precios del mercado para residentes con bajos ingresos, mientras dura el frío invierno en este país.
Aún más. Los ahorros que genera la iniciativa, que se conoce el Low Income Heating Oil Program (Programa de Petróleo para Calefacción de Bajos Ingresos), son utilizados para ayudar a pagar la renta entre los residentes más pobres de estas comunidades.
"Yo de Chávez no sé mucho. Tampoco sé cuál es su pelea con el presidente George W. Bush. Lo único que me importa es que gracias a él, los pocos dólares que tengo rinden un poco más", dice Mark González, que vive junto con una familia de cuatro personas en un complejo de apartamentos para gente de bajos ingresos, en Washington Heights, Nueva York.
Por el momento, el programa se viene implementando en los estados de Massachusetts, Nueva York, Maine, Rhode Island, Vermont, Connecticut, Delaware y Pennsylvania, donde se han distribuido más de 50 millones de galones de combustible. Ha sido tan exitoso que hay planes para expandirlo en noviembre, cuando regrese el invierno.
Por supuesto, los críticos no han faltado. En un comunicado conjunto, el presidente del Comité para Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, Joe Barton, y el presidente del subcomité para Investigaciones y Vigilancia, Ed Whitfield, catalogaron la iniciativa como parte "de la política exterior de un gobierno cada vez más beligerante y hostil contra E.U."
Populismo ‘extravagante’
Para estos, lo de Chávez es incluso una ofensa, pues ha llevado su populismo al propio corazón de E.U.
Así lo ven también en la administración Bush. El jefe de los Servicios de Inteligencia, John Negroponte, que testificó esta semana ante el Congreso, sostuvo que Chávez está utilizando sus petrodólares para financiar "una extravagante política exterior". Sin referirse directamente a su "generosidad" con los pobres de E.U., Negroponte lo acusó de gastar sumas considerables para influir en la vida política y económica de otros países, especialmente en América Latina.
Pese a ello, nadie ha hecho mayores esfuerzos por frenarlo. Recientemente, el gobernador de Connecticut pidió un concepto de la Fiscalía para determinar si el programa era legal. De acuerdo con el Fiscal General Richard Blumenthal, "desde el punto de vista político hay razones para expresar reserva sobre las intenciones de este programa". Y remató diciendo: "Mi concepto es jurídico y desde ese punto de vista es legal".
Por el contrario, y según dice Charles Rangel, representante demócrata a la Cámara, el gesto de Chávez es encomiable y debería servir de ejemplo. "Mientras la mayoría de las petroleras se benefician a más no poder, los estadounidenses claman por ayuda para enfrentar el crecimiento en los precios de la calefacción".
El legislador recuerda que los precios del petróleo y sus derivados han registrado un incremento de más del 40 por ciento atribuido, por cuenta de los daños que ocasionaron los huracanes ‘Katrina’ y ‘Rita’ a las refinerías del Golfo de México.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
Casa Blanca.