El Código Orgánico Procesal Penal, en su Artículo 316, establece: “El debate será público, pero el tribunal podrá resolver que se efectúe, total o parcialmente a puertas cerradas, cuando: 1. Afecte el pudor o la vida privada de alguna de las partes…2. Perturbe gravemente la seguridad del estado…3. Peligre un secreto oficial, particular, comercial o industrial… 4. Declare un menor de edad… 5. Cualquier otra circunstancia que a criterio del Juez o la Jueza, perturbe el normal desarrollo del juicio…”. Cabe observar, que cuando el Artículo en comento, cita “…el tribunal podrá resolver…”, le está otorgando la discrecionalidad o facultad al Juez para que el juicio se efectúe, total o parcialmente a puertas cerradas; es decir privado.
Esto significa, que ningún juicio por el hecho de ser privado y estar debidamente fundado, puede sobrevenir su nulidad. Este razonamiento jurídico, entre otras aspectos, obedece a que recientemente el Abogado Juan Carlos Gutiérrez, defensor de Leopoldo López, declaró a los medios de comunicación: “El juicio no ha sido público. Por lo tanto es nulo”. Ante esta aseveración, se debe puntualizar que no es nulo un juicio que no sea público.
Ahora bien, cabe preguntarse, ¿cual será la razón por la cual el tribunal de la causa, resolvió que el juicio en cuestión fuese a puertas cerradas? Las razones que motivaron el enjuiciamiento de dicho dirigente opositor, han sido difundidas en diversos medios comunicacionales, siendo que el llamado a la desobediencia civil hecha públicamente por él, ocasionó muertos, heridos y destrozos materiales, razón por la cual, es objeto de su encarcelamiento. Así, en este sentido, cabe suponer que si el señor Leopoldo López al dirigirse a sus seguidores, estando en libertad y pedirles que manifestaran violentamente, causando destrozos a instalaciones públicas, asesinando e hiriendo a varios ciudadanos, cabe deducir, que ahora estando preso, con más razón sus partidarios son capaces de arremeter a las instalaciones del tribunal que conoce la causa y poner en peligro la integridad física de las autoridades civiles y militares presentes; por consiguiente, esta situación debe preverse; siendo que, perfectamente, puede subsumirse en lo previsto en el numeral 5° del Artículo 316 ejusdem que reza: “Cualquier otra circunstancia que a criterio del Juez o la Jueza, perturbe el normal desarrollo del juicio…”.
Desde el punto de vista lógico jurídico, esta es una causal para que proceda el debate a puertas cerradas.
Por otra parte, algunos sectores de oposición han criticado y aseverado que Leopoldo López, se encuentra incomunicado y le han prohibido las visitas. Ante esta afirmación, es bien, conocido que todos los centros de reclusión penitenciaria en nuestro país, incluida la cárcel de Ramo Verde, donde está recluido, tienen una reglamentación establecida al efecto; lo cual significa que a todo aquel que se le antoje ir a visitar a un interno, debe en primer lugar ceñirse a los días de visita previamente fijados y en caso de que sean visitantes extranjeros, lo más sensato, es dirigirse con antelación a las autoridades del sitio de reclusión, a objeto de que éstas evalúen y consideren el asunto. Así de sencillo.
En otro orden, la señora Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, declaró a los medios, que la vida de su esposo corre peligro en Ramo Verde, pero habría que retrotraerse a la ocasión, cuando el gobierno revolucionario detectó un plan para asesinar a su marido y ante esta situación el Diputado Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, se reunió en dos oportunidades con la familia de López, mostrándoles evidencias del plan de homicidio; razón por la cual, éste optó por entregarse a las autoridades, poniéndose a derecho. Luego la señora Tintori, declaró que efectivamente había un plan para asesinar a su esposo; lo que significa que la vida de Leopoldo López, está más segura en la cárcel que afuera, a menos que persista el plan de homicidio.
¡CON CHÁVEZ, DIOSDADO Y MADURO A LA OPOSICIÓN LE SEGUIMOS DANDO DURO! ¡GLORIA AL BRAVO CHÁVEZ! Y hasta la próxima, si Dios quiere.
