Qué pena con la gente opositora, parecen a punto de un colapso esquizofrénico, sin más consigna que el odio, y sin más manifestación que la violencia. Es un pesar que quienes otrora se autoproclamaban gente educada, refinada y se vanagloriaban de estar en la vanguardia de la inteligencia y de la moral y buenas costumbres del país, hoy reaccionan de manera automática movidos como por un arco reflejo simple. Las estiradas señoras que lucían su glamur con esplendor y compostura, hoy se desbordan con un desarreglado lenguaje y una hostil pose de combate. Aquel típico burguesito o sifrinito ya no llevan franelas con olor a mimosin y parece que cambio su mandibuléo por un ceño fruncido, ni hablar del educado señor que ha cambiado su hábito de lectura por el de mal comentarista de prensa.
Ahora lucen intolerantes, agresivos, neurasténicos. Parecen inoculados por algún virus pecuario que lo hacen atacar cualquier cosa de color rojo. Insultan e irrespetan sin medida, aún recuerdo aquella escena de aquel señor de tercera edad cuyo pecado fue pasar cerca de donde esta gente de bien protestaban, cuando fue atacado violentamente dañándole un marcapaso, más vivo permanece en la memoria el momento en que gente seguramente de profunda tradición religiosa y familiar atravesaba alambres para degollar motorizados.
Yo digo que colapsaron.
Digo que quizás después de tantos intentos fallidos por tomar el poder o de por lo menos ganar unas elecciones acabaron enfermándose. Más temprano que tarde saldrán especialistas reconocidos afirmando lo que hoy a simple vista puede observarse en las avenidas de las principales ciudades del país.
Ahora son casi un peligro público (aun no lo son) lo que sería un trágico desenlace para la auto denominada sociedad civil.
Es bueno hacer memoria de los últimos acontecimientos significativo de nuestra época, por ejemplo; conviene recordar que fue la llamada gente de bien quien llevo a la fragmentación y destrucción de Ucrania, porque querían salir de Víktor Yanukóvich, además fueron los mismos que días antes de la guerra en siria exigían a Bashar al-Asad que renunciara al poder y pedían ayuda a los estados unidos para derrocarlos (ayuda que no hizo esperar).
Yo gasto más de cuarenta segundos al día pensando en la oposición venezolana y en la forma en que podamos reconciliarnos como venezolanos que somos todos y lamento que hoy cuando que el bando chavista quiere y busca la reconciliación el bando opositor reacciona con patadas.
Temo que la mano extendida se canse, temo que la paciencia se agote, temo que el pueblo chavista se arreche.
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@condonaire