Cosas no Contadas

Autogénesis de "la ansiedad" opositora pitiyanqui

Siempre que reviso el Baúl de mi "PC", siempre encuentro algunos artículos que después de leídos me dan por escribir y relacionarlos con el ámbito político venezolano, especialmente con el sector "Opositor". En este caso, por ejemplo, quiero aportar para el lector este escrito de cómo se utiliza el término "autogénesis" en el campo de la sicología.

Véanos los siguiente y le demos a este fenómeno de la ansiedad de un opositor frustrado por ser presidente de Venezuela, porque ésta, no como una enfermedad en si misma, tal y como suele hacerse habitualmente, incluidos muchos profesionales de la salud mental, sino como un mero síntoma, como una manifestación organísmica o aviso de que, la persona que lo experimenta se está saliendo peligrosamente del ámbito de lo real es decir pidiendo asilo político en un nosocomio.

Sin embargo, el ambiente de lo real del "OPOSITOR PITIYANQUI" no es otro que el de lo posible, lo factible. Entonces, tan pronto como ese ser humano -a través de diversos mecanismos mentales, que no van más allá de su pensamiento y de su fantasía- intenta escapar de esa realidad posible, que no es otra cosa que su actuación, percepción y vivencia del "aquí" y el "ahora", estará perdiendo, sea o no consciente de ello, el contracto con la realidad. Estará comenzando a operar, de forma exclusiva, con su imaginación, con sus fantasías, con sus pensamientos, guiados todos ellos, por regla general, por el miedo, el deseo, la culpa y, por encima de todos estos sentimientos a cual más neurótico, por la necesidad de controlar la realidad en un momento imposible.

El "OPOSITOR PITIYANQUI" como ser humano, está huyendo y se está alejando peligrosamente hacia mundos imaginarios con el ansia de manipular y modificar la realidad a su antojo. La dirección que suelen tomar esas fantasías, presuntamente manejadoras de la realidad (y digo presuntas porque tal control jamás se da de hecho, sino única y exclusivamente en el ámbito de lo ilusorio), puede ser, las más de las veces, de alguno de estos cuatro tipos que se describen a continuación:

1. El "OPOSITOR PITIYANQUI" intenta con su mente adelantarse en el tiempo y situarse en una fecha y situación posteriores al momento y lugar en el que vive en ese instante. Su intención es, generalmente, la de evitar un peligro potencial, conseguir algo que considera un bien, etc. Lo cierto es que tal meta es de todo punto imposible: no se puede estar en Miami, en un apartamento de un "perseguido" político en exilio, en tal fecha y a tal hora sentado en una silla ingiriendo alcohol y, al mismo tiempo, pongamos por caso, estar soñando ser presidente y estar haciendo regalías e hipotecando a Venezuela con su mentor Tío Sam.

El "OPOSITOR PITIYANQUI", que en su mente esté generando una fantasía similar a la del ejemplo que se citó, indefectiblemente experimentará ansiedad; quizás incluso llegue a sentir en su propio cuerpo, ese correlato físico de la ansiedad que es la angustia. ¿Podemos decir que ese "OPOSITOR PITIYANQUI" que experimenta tal angustia sea una persona enferma? Es obvio que la respuesta se sometería al beneficio de la duda. Lo único que ha ocurrido es que dicha sujeto se ha salido con su mente de esa única realidad posible que es vivir su momento presente y ha intentado manipular, de forma estéril por otra parte, un posible futuro. Por tanto, no tiene sentido hablar de patología ansiosa ni ningún otro cuadro o etiqueta psicopatológica, pues la ansiedad que ha experimentado es simplemente eso: una ansiedad, señal, que como decíamos, genera su propio organismo, para que sea consciente de lo ilusorio de su propósito y rectifique cuanto antes reingresando de nuevo en el ámbito de lo real.

2. El "OPOSITOR PITIYANQUI"", también con su mente ve todo como utillaje, se sale de su realidad, y comienza, inconscientemente, a compararse con un modelo de lo que cree que tiene que ser, modelo habitualmente generado por sus padres, por sus educadores y por la influencia del entorno, del mundo yanqui y que, al final, ha llegado a hacer suyo, (bien sea un modelo en el plano físico, estético, moral, profesional, afectivo, etc.). Por un momento, está intentando también otro imposible: ser quien no es. Podrá fantasear durante minutos, horas y hasta días, pero todo ese proceso cartoon networks no se convertirá, ni por su duración ni por su contenido, en algo real. Y, de nuevo, su naturaleza generará la ansiedad-señal para recordarle que no puede ser otro, en esos momentos, que el que es.

3. El "OPOSITOR PITIYANQUI", en esta ocasión, fantasea con ser recompensado con un valioso trofeo por su sensacional actuación en las reuniones de ese gueto llamado(a) "MUD". Los aplausos son atronadores. Los latidos de su corazón se aceleran de la emoción y de la satisfacción de haber conseguido su meta más anhelada. Inmediatamente, esas sensaciones se convierten en una intensificación galopante de los latidos de su corazón, en una enorme dificultad para respirar y en una sensación de poder desplomarse, o incluso morir, de un momento a otro. El "OPOSITOR PITIYANQUI" de nuestro ejemplo vive, desde hace muchos años, sentada en una silla presidencial imaginaria.

De nuevo estaríamos ante alguien que huye de la realidad e intenta lo imposible. No se trata de que una persona, sea cual fuere su estado de invalidez mental o de salud, no tenga legítimo derecho a tener aspiraciones y metas, de todo tipo y de todo tamaño. Lo que le estará recordando la ansiedad, señal que, justamente esa meta que estaba soñando, y quizás algo más que soñar, se estaba "exigiendo", de algo absolutamente imposible. Que, para él, como para tantos otros de la "MUD", queda fuera del alcance de su realidad.

4. Un último caso de ansiedad, señal generada, como en todos los otros ejemplos, por el propio "OPOSITOR PITIYANQUI", esta vez en el sentido inverso al que exponíamos en el primer caso. Ese sujeto en cuestión, aquí se limita a recordar. Recuerda con tal intensidad que llega a perder la consciencia –que carece- de que simplemente está recordando. De repente, siente un extraordinario agotamiento y un entumecimiento de sus maxilares y musculatura, especialmente de cintura para abajo. Se ve asoleando en una larguísima playa mayamera. Alguien le trae un cheque con varios ceros y en un descuido, una inusual ráfaga de viento le arrebata ese papel contenido con una onerosa cifra en papel verde, y lo lleva ondulantemente al fondo del aquel pavoso mar mayamero. El "OPOSITOR PITIYANQUI" intenta lo imposible. El corazón parece salírsele por la boca. Un ruido cualquiera, el timbre de la puerta o el sonido del teléfono, le devolverán de nuevo al "aquí" y "ahora". Ha estado confundiendo el presente con el pasado, lo que sucede con lo que sucedió. Ha querido, con su mente, con su fantasía, rescatar y librar perdida de aquel cheque que, por desgracia, perdió hace muchos años en unas funestas vacaciones pagadas muy condescendientemente por su "Tío Sam".

De nuevo El "OPOSITOR PITIYANQUI" ha huido, se ha salido del presente, con la ilusoria pretensión de modificar un error de su pasado. Esfuerzo de todo punto inútil, como genéticamente la naturaleza lo dotó. Esa crisis de ansiedad, esa angustia, le están indicando la imposibilidad absoluta de actuar en un tiempo que ya no existe. Esa y no otra es la función de la ansiedad.

Finalmente, todo esfuerzo dirigido a la consecución de un algo imposible como ser Presidente de Venezuela, sólo puede generar ansiedad, como aviso inicial, o una tremenda frustración existencial y un proceso crónico de ansiedad y angustia, si El "OPOSITOR PITIYANQUI", no se percata de dicha imposibilidad, persiste en su irreal empeño, y no se centra, en suma, en lo que le es factible o estará miccionando fuera del recipiente.



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Marco Pedraza


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