El diputado Ramos Allup ya nos tiene acostumbrados, a los venezolanos, a decir y prometer cosas que luego la realidad se encarga de desmentir y poner en su justo sitio.
Pruebas…un barullo
Por eso, desde estas páginas, en varias oportunidades, lo hemos calificado como guasón dado su tendencia a decir sandeces que en nada se corresponden con los hechos acontecidos o por suceder. Es el caso, por ejemplo, cuando, en el marco de la mayor solemnidad declaró, al día siguiente de la aplastante derrota que le propinó a la oposición el Comandante Chávez, con motivo del referéndum (2004) que pretendía ser revocatorio de su mandato y terminó siendo aprobatorio, que iba a presentar las pruebas de un presunto fraude, que, por supuesto, nunca mostró y ya han transcurrido más de 4390 días, más que suficientes para recabarlas, pero eso no pasó de ser una de las tantas pesadeces del dirigente opositor.
Igualmente, esa capacidad histriónica guasonera del líder adeco se puso de manifiesto en la oportunidad del 5 de enero del presente año, cuando se instalaba la nueva Asamblea Nacional y, siendo él, designado como presidente del Parlamento, se le ocurrió, quitándole solemnidad al acto, dar un plazo de 6 meses para la salida del Presidente Maduro de Miraflores; plazo que está por cumplirse en los próximos días y todo indica que las dotes de pitonisa de Ramos van a quedar, una vez más, en entredicho.
Con ese reto o ultimátum, lo que pretendió el secretario general de Acción Democrática fue satisfacer las distintas posiciones presentes en la oposición, que si bien coincidentes en cuanto al objetivo que les es común de sacar a Nicolás Maduro de la Presidencia de la República, tienen enfoques dispares en cuanto a la forma de lograrlo; por ello el barullo montado con las propuestas contrapuestas, al unísono, de la renuncia, la enmienda, la constituyente y el revocatorio; que de tal alboroto sólo ha quedado la inaplicabilidad de ninguna de ellas; particularmente, del revocatorio, que por no ponerse de acuerdo en solicitarlo oportunamente se encuentran en el dilema de que objetivamente no hay manera de activarlo para este año, ante lo cual sus efectos serían inoperantes.
Es conveniente destacar, también, que, el dislate en el discurso del diputado del circuito 3 del Distrito Capital, puso, así mismo, en evidencia, la sintonía existente entre la dirigencia opositora y los planes trazados por el imperialismo, a través del Comando Sur del Pentágono, en los que se indica que el derrocamiento del gobierno bolivariano ha de producirse entre julio y agosto próximos; planes en los que, como se sabe, la MUD, la Asamblea Nacional, los empresarios-, etc., y, hasta Almagro (… debe actuar según lo acordado con él) tienen sus roles señalados.
Engavetada
Y ahora, una vez más, sale a relucir la guasonería de Ramos Allup, cuando, orquestado con Almagro, perro faldero de la nueva Roma imperial, como acertadamente calificara José Martí al imperialismo estadounidense, anunció su viaje a Washington para intervenir en la reunión del Consejo Permanente de la OEA, dentro del ánimo de reforzar el espureo informe de Almagro en el que se sostiene que en nuestro país hay una "crisis humanitaria" provocada por el gobierno anti dictatorial de Nicolás Maduro que no está en condiciones de satisfacer las necesidades del pueblo y por tal motivo se hace necesario aplicar a Venezuela la mentada Carta Democrática Interamericana, instrumento que, como es ostensible, serviría de preámbulo a la pretendida intervención extranjera en nuestro país.
Pero, otra vez, sus anuncios quedaron en el aire, pues, sencillamente, sus pretensiones de hablar ante la OEA no fueron más que vapores de la fantasía. A Ramos Allup y a sus acompañantes, entre los cuales se encontraba Rafael Poleo ¡basirruque!, no le quedó otro remedio sino observar la reunión a través de un monitor instalado en sala contigua al Salón Simón Bolívar donde se llevó a efecto la sesión del Consejo Permanente.
Al inefable presidente de la Asamblea Nacional no le quedó otro recurso que dar una insípida rueda de prensa en la que, haciendo gala de su condición de apátrida guasón, insistió en que hay que aplicar la Carta Democrática a Venezuela; una medida similar a la que en oportunidades anteriores ha utilizado los Estados Unidos, con la anuencia de la propia OEA (remember República Dominicana, 1964), para justificar la invasión en nuestros países.
En esta reunión de la OEA, en la que de hecho, lo que se decidió fue engavetar el informe de Almagro, quedó derrotada, por los momentos, la pretensión intervencionista del imperialismo. Un nuevo triunfo de la democracia bolivariana en la larga lucha por la defensa de la soberanía y la dignidad nacional.
Sin líder
Ah, pero en lo que sí tuvo razón el yerno del señor D´Agostino, eso hay que reconocérselo, fue cuando dijo, recientemente, que en la oposición no hay un líder sino que en ese colectivo, el de la MUD, todos son líderes, que es como decir no hay un liderazgo sólido, reconocido por todos; en esa ocasión si fue acertado, porque es evidente que la MUD no tiene un liderazgo definido, en cambio si pululan en su seno las ambiciones personales y grupales.
He allí, parte de su drama, por cierto, extensivo al país, pues, la incoherencia en la oposición dificulta el que se puedan establecer los acuerdos mínimos necesarios para encausar los grandes problemas y, por supuesto, las soluciones que requieren las actuales circunstancias de la nación. Pero esta característica de la oposición venezolana no es de ahora, viene de atrás; más de una vez se quejó el Comandante Chávez por la inexistencia de un líder opositor con quien poder abordar los temas cruciales nacionales, sin que ello implicara, de parte y parte, una deposición de principios. Lamentablemente, en aquellos momentos, tal nivel de debate y de encuentro no fue posible como tampoco lo es ahora, aún cuando la invitación del presidente Maduro a dialogar sigue en pie.