Pido ayuda: Retienen a mis hijas

A finales de febrero decidí mudarme a Valencia, un poco porque mis hijas siempre han sufrido de problemas respiratorios y el clima de mi casa en El Hatillo no las favorecía, y otro poco para huir de la presión del padre de mis hijas, Rubén Hernández Remón, que definitivamente quería mantener una cuota intolerable de control sobre mi vida. Así le avisé que me mudaba y él dijo comprender mis razones. Me comprometí a traer a mis niñas para su visita paterna siempre y cuando él así lo acordara conmigo y me puse a la orden por si quería llegar a algún acuerdo pues revisaría el régimen de visitas con un juez en nuestra nueva ciudad de habitación. Ante una fiscal de familia, como consta en acta, le di al padre de mis hijas la dirección de nuestra nueva vivienda y del nuevo colegio de las niñas, además de explicarle que seguiría respetando las fechas de visita al hogar paterno... así nuestra nueva vida arrancó sin mayores problemas en Valencia, las niñas acudieron a un preescolar que queda en la esquina de nuestra nueva casa y el padre disfrutó normalmente de los fines de semana que le correspondían. Todo sin inconvenientes aparentes.

Sin embargo, en la ciudad de Caracas, a principios de abril, comenzó un juicio en mi contra, para privarme de la guarda y custodia de mis pequeñas sin que yo me enterara de absolutamente nada.  Completamente a mis espaldas el juez recibió denuncias de que mis niñas faltaban al colegio caraqueño y que el padre sabía que me había mudado pero "desconocía" nuestra nueva dirección y temía que las niñas no disfrutaran de su derecho a la educación. Así, sin siquiera una llamadita, Jorge Gustavo Mirabal, juez de primera instancia de la LOPNA para el àrea metropolitana de Caracas, actuando FUERA DE SU ÁREA DE COMPETENCIA, sin la presencia (OBLIGATORIA) de un fiscal del ministerio público y sin escuchar la opinión de  mis hijas (TAMBIÉN OBLIGATORIO), dictó una medida con la cual, "en aras del interés superior del niño"y pisoteando la LOPNNA y la constitución nacional, vulnerando mi derecho a la defensa y al debido proceso, me privó, de un plumazo, de la guarda y custodia de mis niñas, entregándoselas al padre de forma "provisional"...

Llevo tres semanas llevando y trayendo papeles, hablando con personas de distintas instituciones del Estado, acudiendo diariamente a los tribunales, presentando con mis abogados escritos, pruebas, peticiones... rogando porque al menos me den un régimen de visitas para ver a mis hijas o hablar con ellas... el resultado hasta ahora ha sido la inhibición de dos jueces, la espera de lapsos y más lapsos procesales, la angustia de una madre que anda de sol a sol buscando alternativas para defender los derechos humanos de sus hijas, que injustamente fueron separadas de ella y de su colegio... tres semanas que culminaron el viernes y que ya van por la cuarta... durante ese tiempo sólo he podido hablar con mis hijas una vez, gracias a la intervención de una jueza, y las he visto dos veces en los tribunales,  sintiéndome como si yo fuera una delincuente, pues el padre de ellas tuvo el buen talante de exigir visitas supervisadas y prohibición de apariciones públicas, manifestaciones  o noticias que mencionen el caso, so pretexto de proteger la integridad y confidencialidad de las niñas... y la jueza 14 ha decidido, no sólo no declinar competencia a Valencia, que es donde vivimos nosotras, sino prohibirme volver a ir a los periódicos y medios de comunicación social, además de prohibir un derecho que tienen todos los ciudadanos de esta noble tierra, que es el de protestar.

Pido  APOYO y AUXILIO a todos mis amigos, pues realmente creo que este  abuso de poder no es un problema del gobierno actual, sino de algunos funcionarios que creen que vivimos en la España de Franco o en Chile de Pinochet... no señores, yo no voy a dejar que me quiten mis hijas sin pelear hasta el final, que estamos en Venezuela, tierra de gente buena y solidaria que me ha acompañado en esta lucha, defendiendo los derechos de mis hijas, su derecho al estudio, su derecho al contacto con su madre, su derecho a la felicidad, a ser oídas, a la defensa, a la salud. las morochitas necesitan a su mamá... así lo declararon cuando, DESPUÉS DE LA ARBITRARIA MEDIDA fueron llevadas a los tribunales. Quieren vivir conmigo, en su casa, e ir a su colegio, en Valencia, estado Carabobo.

Yo trabajé duarante varios años en proyectos del gobierno que me llenaron de orgullo, aunque tengo varios años retirada y dedicada sólo a mi madre con cáncer y a mis hijitas, por lo que no quiero,  de ninguna manera, que  se entienda mi carta como una queja opositora. Aquí no se trata de oposición o chavismo, sino de madre e hijas... de abuso de poder por parte de funcionarios que mal ponen su investidura.  Tengo fe, pero necesito que esto que me está pasando no quede escondido en ninguna gaveta ... No pasarán,  los venceremos... con amor, con justicia ... no pasarán. 
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Marichina García Herrero
marichinamarichina@gmail.com

 



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