Como hemos advertido en ocasiones anteriores el estado Monagas y su capital Maturín ocupan un lugar importante en la metodología de la infamia que en el ejercicio del desespero practica la elite de la oposición venezolana.
Si se aborda analíticamente las circunstancias que tratan de estructurar los fascistas opositores podrá verse con claridad que esta bonita ciudad del oriente venezolano ocupa ahora una posición protagónica en el tablero de las agresiones que la oposición juega contra Venezuela.
Tal vez algunos resten importancia a mi palabra y le asignen el remoquete de “regional” a mi planteamiento, pero en mi opinión, el hecho de que Jorge Rodríguez, Titina Azuaje, Ernesto Villegas, El potro Álvarez y Wiston Vallenilla avancen indetenibles hacia una segura victoria en el centro político de Venezuela ha hecho que el fascismo mire hacia algunas regiones con la intención de convertirlas en reductos para relanzar sus políticas de desestabilización contra el país y contra el gobierno del compañero Nicolás Maduro.
Monagas es el primer estado productor de petróleo y el segundo en producción gasífera de Venezuela y cualquier acto de desestabilización que aquí ocurra, por la naturaleza de sus implicaciones, no puede definirse precisamente como regional. Esta condición de importante productor de petróleo y gas le asigna un atractivo fundamental para la concentración de esfuerzos de los desestabilizadores que en el caso de que lograran poner la mano a las alcaldías de Maturín y Ezequiel Zamora estarían garantizando un alto poder económico a los protagonistas de la infamia y además trabajarían en función de configurar una situación de crisis nacional mediante la conjura constante contra estos dos municipios y contra el estado y el país.
Ya referimos en artículos anteriores la sistematización de eventos delictuales de significativa gravedad cuyo objetivo evidente era y es, la puesta en marcha de un plan que genere la ira de la ciudadanía, y como inevitable epilogo de esta ira, la generación de víctimas fatales en el seno pueblo.
No cabe duda de que la oposición política local, con clara convicción de su segura derrota electoral, se ha sumado a los trágicos planes de Capriles, López y Machado para tratar de someter a Maturín a coyunturas de desafuero que cultiven la irritación pública usándola como método para tratar de disminuir la votación chavista.
Es sospechosísima la recurrencia de las visitas a Maturín por parte de estos tres funestos personajes previamente nombrados y no tiene nada de casual que como antesala, y a veces como colofón de tales visitas, reviente un problema en esta ciudad mayoritariamente identificada con la revolución.
Han ocurrido sospechosas muertes de agentes de policía, recrudecimiento de asesinatos de taxistas, motines policiales, robos a centros educativos, motines de privados de libertad y decomisos de granadas que serían detonadas en recintos policiales.
Vale decir que todos estos desafortunados eventos han estado acompañados de sistemáticos llamados por las redes sociales para ocasionar trancas en la ciudad en un claro intento de colapsarla para cultivo de la irritación como estimulante del enfrentamiento social.
Es un hecho notorio que el candidato de la revolución bolivariana en Maturín será reelecto a la alcaldía y es por ello que por todos los medios, y con reiterada presencia de la dirección nacional del fascismo, se trata de enturbiar la gestión del alcalde José Vicente Maicavares tratando de ocasionar una tragedia que pueda afectar dramáticamente su gestión.
Por fortuna, los planes de la desestabilización en Maturín han sido develados y la oposición no ha logrado producir los enfrentamientos a que aspiraba y tampoco ha conseguido levantar la imagen y popularidad de un candidato opositor que no goza de aceptación en la comunidad y que por el contrario despierta un notable rechazo de la ciudadanía.
La oposición no pierde oportunidad para expresar su talante anti popular y oligárquico, razón por la cual han salido presurosos a manifestar solidaridad con especuladores y acaparadores y también se han pronunciado en contra de las medidas económicas del gobierno revolucionario, que como todos sabemos, entrañan un acto profundo y hermoso de amor hacia el pueblo de Venezuela.
Tal cosa ocurre porque en Venezuela el escenario está definido y las elites de la oposición política ya no disimulan su perfil ideológico ni sus intereses históricos demostrándose fehacientemente que están al servicio de la burguesía y del imperialismo estadounidense.
El próximo 8 de diciembre, con la victoria del chavismo, los venezolanos ratificaremos nuestra convicción revolucionaria y democrática y continuaremos en la gestión de un proceso de transformación cuya líneas cardinales son la justicia, la equidad, la paz, el progreso y el amor.
En el caso de Monagas consolidaremos el chavismo en las trece alcaldías del estado y derrotaremos con fuerza las demoníacas intenciones de la oposición.