Si algo he hecho con pasión es estudiar e investigar; ha sido no sólo un gusto o hábito, sino un estilo de vida. Pero a pesar de ello he tenido que confrontar muchas vicisitudes por parte de quienes, hasta hace razón de unos cinco años, tenían el monopolio de la certificación de investigadores en la Venezuela puntofijista. Hoy, gracias a una postura institucional incluyente, se han abierto las puertas para todos aquellos que tienen la pasión de investigar. Nunca se me olvida en aquella pasada figura del CONICIT, cuando recién graduado llevé mi oferta como investigador, la respuesta que se me dio fue: “No señor, aquí los únicos investigadores son los profesores de la UNELLEZ…”; y al comenzar lo que sustituyó a esa institución del Ministerio de Ciencia y Tecnología, FUNDACITE, que se creía continuaría ese macabro burocratismo científico, se me advirtió que sólo los investigadores certificados por ellos podrían hacer propuestas en el área de tecnología para el desarrollo local. Como no aparecieron esos investigadores certificados con ningún producto de aporte para el desarrollo local, no quedo de otra que hacerse los “locos” y sin disculpas, ni reconocimiento de que habían extralimitado sus funciones, simplemente fueron indiferentes y dejaron pasar la página. Hoy día hay una nueva postura, la cual se espera funcione con transparencia, seriedad y respeto para quienes hacen trabajo de investigación en las regiones. Por esta razón, ahondo en las presentes líneas un tanto el concepto de tecnología desde de la técnica y su relación con el entorno universitario, matriz básica para proyectar el desarrollo desde lo local, pasando por lo regional, hasta lo nacional territorial.
La razón de ser de las universidades es la generación de nuevos conocimiento; y ese conocimiento ha ido tomando su cauce en razón de las revoluciones que han marcado la civilización humana. Desde tiempos de la llagada de Colón a tierras de América, el proceso que más tomó importancia en las relaciones sociales y de poder, fue el de transculturización. Y este proceso no sólo modeló las costumbres y el lenguaje de nuestros aborígenes, sino que les creo dependencia de objetos e instrumentos que para entonces eran desconocidos para aquellas tribus primitivas. Fue el enfrentamiento de dos civilizaciones y el triunfo de la más avanzada en razón de tecnología. Por ello, las universidades han tomado como prioridad generar nuevo conocimiento tecnológico y modernizar, entendiéndose este término como reconocimiento de los últimos avances en un área o tipología del saber, a efecto de desarrollar crecimiento y mejores condiciones de vida. En este aspecto valga retrotraer algunas ideas de filósofos que entendieron la importancia de la tecnología. Ahondando en los significados que la presentan como asistencia especializada en la función extensionista.
El término que se aplica al proceso a través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y comprensión del entorno material, es lo que se conoce como tecnología. Su significado proviene de las palabras griegas tecné, que significa arte u oficio, y logos, conocimiento o ciencia, área de estudio; por lo tanto, la tecnología es el estudio o ciencia de los oficios.
Algunos historiadores científicos argumentan que la tecnología no es sólo condición esencial para la civilización avanzada y muchas veces industrial, sino que también la velocidad de cambio tecnológico ha desarrollado su propio ímpetu en los últimos siglos. Las innovaciones parecen surgir a un ritmo que se incrementa en progresión geométrica, sin tener en cuenta los límites geográficos ni los sistemas políticos. Estas innovaciones tienden a transformar los sistemas de cultura tradicionales, produciéndose con frecuencia consecuencias sociales inesperadas. Por ello, la tecnología debe concebirse como un proceso creativo y destructivo a la vez.
Para el filósofo español José Ortega y Gasset (1965), el animal siente hambre, pero al tener como vitalidad sus instintos, no piensa en cómo satisfacerla sino en como eliminarla; en cambio el hombre busca alternativas para satisfacerla no sólo en el momento, sino pensando en la necesidad que vendrá al paso del tiempo de la saciada. El animal no puede retirarse de su repertorio de actos naturales, no está en su condición de ser vivo trascender más allá de su naturaleza, pero el hombre, que ve su momento de vida como circunstancia y no como permanencia, busca salidas por encima de esos actos naturales y recrea su acción sobrenatural construyendo alternativas de otros actos: una casa, el cultivo de alimentos, la caza, armas, o el automóvil.
Ortega y Gasset define la técnica no como lo que el hombre hace para satisfacer sus necesidades, sino como la reforma de la naturaleza, de esa naturaleza que hace de los hombres necesitados y menesterosos, quedando las necesidades relegadas por el problema de su satisfacción. En el mismo sentido expresa Ortega y Gasset: "La técnica es lo contrario de la adaptación del sujeto al medio, puesto que es la adaptación del medio al sujeto…"
Ahora bien: ¿se está definiendo tecnología como técnica? ¿son acaso lo mismo? No se podría decir que son lo mismo, puesto que el radio de acción de la tecnología es diferente al de la técnica y viceversa, pero en el plano epistemológico se hace referencia al instinto de innovación y cambio que el hombre imprime en su relación con la naturaleza y la sociedad. La tecnología es la creación y uso de utensilios para dominar la naturaleza, la técnica es el motivo que origina la creación y uso de esos utensilios. Es decir, están ligados en significado de uso y costumbre, aunque tengan en determinados momentos bifurcaciones diferentes. Si apreciamos esto desde el punto de vista de jerarquías analíticas, primero fue el germen de la técnica y luego, en ese proceso de masificación propio de las acciones humanas, surgió la tecnología como síntesis de toda la evolución de esa técnica que en un principio fue inspiración y razón humana de diferenciación.
Así se puede definir la tecnología como el conjunto de herramientas hechas por el hombre, como los medios eficientes para un fin, o como el conjunto de artefactos materiales. Pero la tecnología también contiene prácticas instrumentales, como la creación, fabricación y uso de los medios y las máquinas; incluye el conjunto material y no-material de hechos técnicos; está íntimamente conectada con las necesidades institucionalizadas y los fines previstos a los cuales las tecnologías sirven. Cuando los autores incluyen un amplio rango de aspectos en sus perspectivas sobre la tecnología, piensan a lo largo de líneas de una vieja y bien establecida tradición. Desde los tiempos de Aristóteles, la tecnología está constituida por cuatro elementos: materia, forma, fin y acción eficiente.
La tecnología es una actividad socialmente organizada, planificada que persigue objetivos conscientemente elegidos y de características esencialmente prácticas. No sólo invade toda la actividad industrial, sino también participa profundamente en cualquier tipo de actividad humana, en todos los campos de actuación. El hombre moderno utiliza en su comportamiento cotidiano y casi sin percibirlo una inmensa avalancha de contribuciones de la tecnología: el automóvil, el reloj, el teléfono, las comunicaciones, entre otros.
La tecnología ha de ser considerada, en acepción de Friedrich Rapp (1981), desde dos ángulos diferentes: como una categoría ambiental y externa y como una categoría organizacional e interna: La Tecnología como Variable Ambiental es un componente del medio ambiente, en la medida en que las empresas adquieren, incorporan y absorben las tecnología creadas y desarrolladas por las otras empresas de su ambiente de tarea en sus sistemas; y La Tecnología como Variable Organizacional es un componente organizacional en la medida en que hace parte del sistema interno de la organización, ya incorporada a él, influenciándolo poderosamente, y con esto, influenciando también su ambiente de tarea.
Rapp, establece que los actos humanos que han hecho posible el avance de la técnica, se debe al acto del conocer. La invención conocida es una combinación de elementos materiales que persigue mostrar determinadas técnicas que coinciden con necesidades humanas. El hombre, al traducir el ser potencial de formaciones técnicas ya dadas de antemano, actúa como una continuación de la Creación; en la creación técnica, Dios se sirve del hombre para continuar su Creación.
Es irónico observar como cada descubrimiento que beneficia al hombre y hace que avance unos cien (100) años más en el conocimiento acerca de su mundo, dé como resultado la destrucción de miles de años de trabajo realizado por la naturaleza en tan solo unos años; se hace referencia con ello a los grandes desastres que han atormentado la naturaleza. La contaminación con plaguicidas, los derrames de petróleo en el mar, los peligros de la radiación nuclear y los incendios forestales que amenazan a los ecosistemas de la Tierra. Es esencial para la defensa de la vida en el planeta que se difundan y analicen los errores que han llevado a situaciones de grave daño ecológico.
Las edades en las cuales el Hombre ha vivido se han denominado por los materiales que él preferentemente ha usado: piedra, bronce, hierro. Hoy no estamos en la era de un solo material, es la época de un inmenso rango de materiales. Nunca ha existido una época en la cual la evolución de los materiales fuese tan rápida y el rango de sus propiedades más variado. Una de las razones de la evolución técnica e industrial de los países desarrollados es que, cuando fue preciso, la industria encontró entre los materiales existentes, las propiedades necesarias para prestaciones extremas.
Ante esta situación valga hacer una identificación de los factores que han influenciado sobre la industria desarrollada: Necesidad de economizar energía; Urgencia de conservar el medio ambiente; Conveniencia de disminuir el consumo de materiales estratégicos; y Necesidad de aumentar su competitividad en los mercados.
Se ha de consideran materiales estratégicos aquellos que reúnen las siguientes características: No se producen, o al menos, no se obtienen en cantidades suficientes; Son esenciales para la producción industrial; Tienen pocos o ningún otro sustituto, y su reciclaje es difícil; y La producción está concentrada en un número restringido de terceros países.
Ahora bien: ¿cómo entender, desde el ámbito universitario, la generación de tecnología alternativa? Sin duda es un enfoque más político que institucional; porque una de las directrices de la actual gestión de Gobierno en Venezuela es la de un desarrollo endógeno, sostenible y ecológico. Entendiéndose por desarrollo endógeno aquello que pueda ser acometido desde el carácter técnico y humano, por una comunidad, para mejorar las condiciones de existencia en términos integrales. Y como orientación sostenible y ecológica, la búsqueda de confort pero en ambiente controlado que disminuya el impacto ambiental y que permita hacer frente a las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de futuras generaciones para satisfacer las necesidades del colectivo.
En este aspecto la universidad, a través de la función extensión, cumple como acción prestar asistencia técnica a las comunidades para que conjuntamente con los docentes e investigadores, se busquen opciones para ir desprendiéndonos de la dependencia impuesta por el monopolio comercial de los países desarrollados.
A tal efecto, y entrando en el área educativa, está el llamado software libre que no es más que el control sobre el código fuente de un programa o sistema informático determinado que puede ser abaratado y difundido masivamente, abriendo posibilidades para la investigación etnográfica o sociológica, sin el alto costo de los paquetes informáticos.
Otro ejemplo alegórico a la tecnología alternativa que pudiera promover la función extensión, es el que tiene que ver con la sustitución del petróleo como principal fuente de energía. Como bien se sabe el petróleo es un producto natural no renovable y que en determinado momento habrá sido consumido en su totalidad, por lo cual los países que cuentan con este recurso, como Venezuela, lejos de invertir para evitar que se produzcan sustitutos energéticos del petróleo, ha de promover la investigación de fuentes alternativas de energía para asegurar a las futuras generaciones de otros medios energéticos que permitan el desarrollo de la civilización humana.
Siguiendo
el sentido de las ideas anteriores se establece que lo tecnológico
juega un rol preponderante en las responsabilidades de atención y apoyo
que las universidades deban prestar a las comunidades. La materialización
de este accionar de apoyo lo hace la función extensión a través de
la planificación estratégica y la elaboración de proyectos, que sirven
de vía expedita para difundir los avances tecnológicos y por ende
la integración de las comunidades en dichos avances.