Finalizando agosto, el ministro de salud, Dr. Carlos Alvarado, anunció al pueblo venezolano una noticia que pasó desapercibida para la mediática pública y privada, lo que debió ser la noticia del año no pasó de ser una más, de las tantas que sepulta el periodismo basura, inundado de fake news. Reportaba, el Ministro Alvarado, los resultados de una videoconferencia que éste había sostenido con representantes del Fondo de Inversiones Rusas y el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaley de Moscú, los creadores de la vacuna Sputnik V, quienes invitaron a Venezuela a ser partícipe de la fase 3 de la vacuna, para lo cual acordaron la firma de acuerdos de confidencialidad y se postularan voluntarios venezolanos y venezolanas, para probar la efectividad de dicha vacuna. Explicó, el Ministro, que Venezuela se incorporará al proceso de envasado y luego a la producción total de la vacuna en territorio nacional, a través de las plantas de las empresas estatales: Espromed Bio y Quimbiotec, lo que además del natural proceso de intercambio tecnológico, permitirá al país dar un salto exponencial en biomedicina que tan solo Cuba, tiene construido en la región. "Hemos acordado con la Federación Rusa participar en la fase tres de este proyecto, es decir Venezuela va a aportar 500 voluntarios para esa fase importantísima para la aplicación masiva de la vacuna", señaló el ministro en declaraciones ofrecidas a través del canal estatal Venezolana de Televisión. El extraordinario anuncio, intentó ser opacado por los encargados de cuidar los intereses del gobierno de Donald Trump en Venezuela, léase, el autoproclamado y empleado de la CIA, Juan Guiado, quien apenas anunciara el Ministro Alvarado la esperanzadora noticia, se activó para informar que la moribunda, Asamblea Nacional burguesa, solo reconocería la vacuna recomendada por la FDA de EEUU. Con lo cual, insertaba en territorio nacional, la Guerra Fría que libra Donald Trump contra el mundo, en resguardo de los intereses económicos de las farmacéuticas estadounidenses.
La vacuna rusa, denominada como Sputnik V, ha sido objeto de una brutal y criminal campaña mediática en los principales noticieros de EEUU y Europa; que se inició, sembrando dudas sobre la capacidad tecnológica rusa para producir vacunas; luego, inventaron el fake news que la Federación Rusa había hackeado o robado datos de la investigación de una vacuna en la que se trabajaba en la Universidad de Oxford, hasta que finalmente, el propio Donald Trump, entra en campaña contra la vacuna Sputnik V, y acusa a la misma de no haber cumplido con la totalidad de los pasos para su realización y concreción: "Se han saltado ciertos ensayos y nosotros creemos que es importante atravesar todo el proceso", afirmaba Trump, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, el pasado 14-08-2020. Para reforzarle, en sus criminales intenciones, el Dr. Crimen, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU, en entrevista para un corresponsal de ABC News, señalaba: "Espero que los rusos hayan demostrado que la vacuna es segura y eficaz", afirmando a continuación: "Dudo mucho que lo hayan hecho". Se trata, de los mismos personajes que apenas iniciada la pandemia, hablaban de "virus chino", y como tal, menospreciaban sus efectos letales, llegando a recomendarle al pueblo estadounidense, fármacos para tratar otras enfermedades como la malaria o la artritis; mientras, hacían llamados a la calma por tener bajo control la enfermedad, la que según, este par de joyitas, desaparecería con la llegada del verano. Son los mismos, que se oponían al uso de las mascarillas y terminaron usándolas. Sí, los mismos que recomendaron al pueblo estadounidense, que se inyectara desinfectante y se curaban del coronavirus, "Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto. En un minuto. ¿No habría alguna forma de hacer algo así con una inyección en el interior o casi una limpieza?", recomendaba, Trump, en abril. Se trata de los mismos que colocaron a los EEUU, en la cúspide del liderato mundial de enfermos y fallecidos por Covid19 en el mundo, con más de 5,9 millones de enfermos y más de 182 mil fallecidos, con un sistema de salud privatizado y colapsado. Y que se aferran ahora, a la obtención de millonarios beneficios económicos por la cura del coronavirus, que es lo mismo que obtener ganancias de las desgracias y muertes, que ambos propiciaron con su manejo irresponsable y criminal de la pandemia por Covid19. Desgracias y muertes, que el pueblo de EEUU, espera cobrarles en noviembre próximo, con votos anti Trump. Y el 6D, el pueblo venezolano, cobrarle también con votos a su empleado de la CIA, autoproclamado presidente de la Asamblea Nacional burguesa, diluida en la nada.
Sputnik V, simboliza para la humanidad, una esperanza de vida y seguridad de salud para los siguientes dos años, después de aplicada la segunda dosis de la vacuna. Al igual que el Sputnik 1, el primer satélite artificial puesto en órbita por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, el 04 de octubre de 1957, dando comienzo a lo que se conocería como la Carrera Espacial, que en el contexto de la Guerra Fría, se entendió como la carrera armamentística en la que estadounidenses y soviéticos, se disputaron el control estratégico del espacio exterior. Hasta entonces, nadie creía que tamaña hazaña fuera posible. Pravda, así lo reseñó para la posteridad: "El lanzamiento exitoso del primer satélite construido por el hombre es una contribución invaluable al tesoro de la ciencia y la cultura mundial [...] Los satélites artificiales allanarán el camino para el viaje interplanetario y es probable que nuestros contemporáneos atestigüen cómo el trabajo libre y consciente del pueblo en una nueva sociedad socialista logra que los sueños más osados de la humanidad se hagan realidad". EEUU, pondría su primer satélite artificial en órbita al año siguiente, el 31 de enero, después de pasar por la vergüenza de que su primer intento, el cohete Vanguard, explotara sin despegar de la plataforma de lanzamiento. Análogamente, 63 años después, Rusia –nuevamente- se adelanta a la potencia imperialista de los EEUU, pero ésta vez, en la confrontación por garantizarle a la humanidad: Vida y Salud, contra la pandemia por Covid19. Un éxito, que debiera ser objeto de algarabía y celebración por la humanidad como un todo; el imperialismo, a cuya cabeza se encuentra como vocero político, Donald Trump, se empecina en agredir y atacar a la Federación Rusa por tan memorable logro científico.
La respuesta de Trump, no pudo ser más infantil, incorporando a la lista de sancionados al Centro de Investigación y Pruebas, al 48º Instituto Central de Investigación del Ministerio de Defensa de Rusia y al Instituto Estatal de Investigación Científica de Química y Tecnología Orgánica de Moscú, acusándolos de estar "actuando en contra de los intereses de la seguridad nacional o política exterior de Estados Unidos". Con lo cual, Donald Trump, se anota ahora en una criminal campaña para satanizar la vacuna Sputnik V, acusándola de presunta arma biológica, en la búsqueda de la obtención de fines geoestratégicos y comerciales para las farmacéuticas gringas, como bien lo señala el senador ruso, Oleg Morózov, "Estados Unidos está librando una guerra contra la vacuna rusa en dos direcciones a la vez: por un lado, se trata del prestigio de la ciencia estadounidense, que ha vuelto a perder ante nosotros y ahora está encubriendo su derrota con sanciones, y por otro lado, es un simple cálculo para cerrar los mercados occidentales para nuestra vacuna". No obstante lo cual, Rusia, ha anunciado al mundo haber recibido solicitudes de 20 países y encargos de mil millones de dosis de Sputnik V. Mientras, a la fecha, el propio Presidente Vladimir Putin anuncia que está lista una segunda vacuna desarrollada por el Centro de Investigación Véktor, en Siberia, y está actualmente en fase de ensayos clínicos, que deberían culminar en septiembre, con la certificación ese mismo mes, lo que sería Sputnik VI. Recuérdese, que Rusia -comparativamente- mantiene una tasa de tan solo 10,4 fallecidos por 100 mil habitantes contra los 49,7 fallecidos por 100 mil habitantes que mantienen los EEUU, y muy pero muy abajo, se encuentra la República Bolivariana de Venezuela, con 0,8 fallecidos por 100 mil habitantes, finalizando agosto. Cifras, que hablan y dicen mucho de cuán eficientes han sido los gobiernos de esos países, en el manejo de la pandemia y cómo han respondido sus sistemas de salud. De hecho, como efecto colateral, en lo político, los pueblos de Rusia y Venezuela, se encuentran agradecidos con los gobiernos de Vladimir Putin y Nicolás Maduro, no ocurriendo lo mismo con Donald Trump, cuyo pueblo está ansioso que llegue noviembre para darle su merecido castigo con votos, por su criminal actuación con relación a Covid19, retirándole la posibilidad de ser reelecto.
Un hecho a destacar, tiene que ver con los costos asociados que deberán pagar los pueblos del mundo para inmunizarse de Covid19. Mientras, las farmacéuticas occidentales, han entrado en una descarada y feroz lucha por obtener de la muerte grandes beneficios económicos, Rusia, ha definido a Sputnik V como bien invalorable de la humanidad, motivo por el cual la ciudadanía rusa se vacunará gratuitamente. En oposición a esa postura humanitaria del gobierno de Vladimir Putin; el gobierno de Donald Trump, ha visto en la posible o posibles vacunas que surjan en EEUU, nuevas oportunidades de negocios bien rentables. Así, Moderna, tendría un precio de mercado entre los 25 y 30 dólares por dosis (se requieren 2 dosis: 50-60 dólares), es la más costosa y sería para la población de alto poder adquisitivo en EEUU o Europa. La Administración Trump, llegó a un acuerdo con Moderna por 100 millones de dosis de su vacuna contra el covid-19, una vez que sea aprobada. La de Oxford y Astrazeneca, tendrían un precio estimado de 2,8 dólares por dosis, para inmunizarse se requerirán 5,60 dólares. La de Pfizer y Biontech, se vendería a un precio de 19,50 dólares por dosis, si se requieren 2 dosis para inmunizarse, se requerirían 39 dólares. Esto, en medio de acusaciones de Trump contra demócratas, acusándolos de sabotear los procesos de obtención de las vacunas: "El estado profundo, o quien sea, en la FDA está haciendo que sea muy difícil para las compañías farmacéuticas hacer que la gente pruebe las vacunas y la terapéutica", tuiteaba Trump el pasado 22 de agosto; en otro tuiter, precisaba las intenciones: "Obviamente, esperan retrasar la respuesta hasta después del 3 de noviembre. ¡Deben concentrarse en la velocidad y salvar vidas!". Esta diatriba ocurre, mientras el propio Trump, hacía llamados a la ciudadanía estadounidense que se enfermó y recuperó de Covid19, para donar sangre y poder obtener el plasma del convaleciente, que suministra anticuerpos para combatir el virus; una técnica, que ha desarrollado la ciencia médica venezolana, desde el Instituto de Higiene "Rafael Rangel", y que ha logrado expandirse hasta los propios EEUU, y que el Dr. Crimen, ha reivindicado como beneficiosa para los pacientes por coronavirus.
En el caso de la derecha autoproclamada como venezolana, empleada por Donald Trump para atacar –mediáticamente- a Sputnik V, apuestan venderle al público venezolano, la idea que se inmunicen con Moderna a 60 dólares o más, según las aspiradas regalías que aspiran obtener por publicidad y venta de la mencionada vacuna. Franquicia, que les otorgará su amo Trump, para que difundan y proyecten en Venezuela, como la más recomendable para inmunizarse de Covid19, mientras atacan a Sputnik V y la esperada Soberana 01, vacuna cubana, que estará –entre venezolanos y venezolanas- para febrero del próximo año. Tiempo para el cual, ya Donald Trump se habrá convertido en polvo cósmico, tan solo ¡Un mal recuerdo para la humanidad!…Al igual que su autoproclamado guiado, ¡Un mal parto trumpiano después de una noche loca, repleta de muchos tragos y mucho polvo blanco en la oficina oval de la Casa Blanca!