Conspirando desde Colombia

 El interés personal y profesional de estar informado sobre las dinámicas político-económicas que se desarrollan en América Latina y el resto del mundo, me obliga a diario a una disciplina de constante revisión de libros y revistas, inclusive publicaciones y análisis que aparecen en internet. Precisamente, en el marco de esa exploración inducida, me adentré en estas noches, en una de las mas recientes entregas de la Revista Semana, de Colombia, donde aparece un trabajo titulado: “Llegaron los venezolanos”. Me detuve en seco y más que leerlo con detenimiento, lo revise cuidadosamente, encontrando que muchos de los funestos golpistas, fascistas y guarimberos  de la derecha y de conducta asesina por lo demás, han ido a parar a Colombia; destacando entre ellos, los tristemente celebérrimos “cerebros” de PDVSA, quienes en el año 2002 se embriagaron en las bajas pasiones y asestaron una cruel puñalada a la industria petrolera del país, que causó un grave daño a la economía y un deterioro moral a los venezolanos, quienes se vieron forzados a privaciones de todo tipo, inclusive la de alimentarse.

 En aquel terrible año de 2002, cuando se desató la jauría opositora, el gobierno nacional del comandante Hugo Chávez desplegó grandes esfuerzos para evitar el gran caos, hasta donde los bandidos y asesinos de la llamada Coordinadora Democrática (Fedecámaras-CTV-Conferencia Episcopal-partidos políticos y medios de comunicación), querían llevar al país. No obstante, los apátridas fueron derrotados, tanto en el campo político como en el marco constitucional y sus reductos  fueron sometidos, disminuyendo los mismos por el inexorable desgaste de las circunstancias que nunca les ha favorecido, porque en la psique del venezolano se quedó gravado para siempre el rechazo a  la manera fría, malvada y calculada como durante cuarenta años saquearon el país, con ese modelo nefasto como lo fue el puntofijismo.

  Fracasados en sus intentos, muchos huyeron con el rostro tenso, mirada de venganza, dientes apretados y jurando vengarse se desparramaron por la faz de la tierra; algunos se fueron a los predios del imperio y otros a Centroamérica. En tanto los llamados “ex cerebros” del petróleo siguieron el ejemplo del dictador Carmona que se fue a la patria de Santander y Uribe Vélez. Nada de estar siguiendo al filósofo del Zulia, pues según  algunos, los encandila con tanta luz azul del conocimiento.

 De esa manera, tal como lo señala la mencionada revista “la migración venezolana se hace sentir en la industria petrolera, el comercio y la cultura”. Es decir, todo un entramado de campos y relaciones que hay que seguirle los pasos sigilosamente, porque bien pudieran estar conspirando desde esas tierras contra el Estado venezolano, la industria petrolera nacional y el gobierno de Hugo Chávez; inclusive, pudieran estar confabulando para intentar por segunda vez, quebrarle la espina dorsal a las instituciones que sostienen la estructura de nuestro sistema político. Me late que no andan en nada bueno que garantice la salud de la república. 

 Recordemos que  muchos de esos que se fueron son empresarios, “gerentes-doctores” y uno que otro villano, que iban con las llamas del odio y del amargo rencor, que bien pudieran interpretarse que están asesorando al gobierno colombiano en materia petrolera y otros sectores del país. Por eso, desde esta columna alerto a nuestro gobierno revolucionario a precisar con firmeza las bases de esa relación político-económica-comercial, porque bien se pudiera estar consolidando a nuestros enemigos y “ex cerebros” de PDVSA. 


eduardojm51@gmail.com


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Eduardo Marapacuto


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