1. Miles de mercenarios armados llegaron este domingo a Trípoli por tierra y por mar, apoyados con bombardeos aéreos de la OTAN, para tomar el control de Libia, 188 días después del levantamiento contra el gobierno y el líder de la revolución antimonárquica de 1969, Muammar Kadafi. Los tres hijos de éste fueron tomados presos por los golpistas pro EEUU e Inglaterra. Unos 200 hombres desembarcaron por la costa en el norte de la ciudad, provenientes de Misurata –ocupada el mes pasado por los opositores en tierra, acompañados por intenso fuego aéreo de la OTAN– para respaldar el levantamiento iniciado en Tajura, que se ubica en las inmediaciones del aeródromo Matiga, dentro de la ciudad y a 30 kilómetros al norte del aeropuerto internacional de Trípoli. Mientras Obama declaró que Gaddafi debe ceder el poder de una vez por todas, el presidente de Francia, Sarkozy, y la canciller alemana, Merkel, pidieron por separado a Kadafi que saliera de Libia para evitar más muertes.
2. Como escribe el analista Carlos Maldonado: Las operaciones serán llevadas a cabo en un gran porcentaje por las tropas “rebeldes” aconsejados, obvio, por asesores militares de las potencias pues sabiendo plenamente que el ejército nacional se ha entrenado en “guerra de guerrillas”, las tropas propias de la potencias no querrán entrar en ese terreno para empantanarse en otra guerra. Si fracasan será atribuido a “errores” de esos insurgentes, si triunfan, serán hechos a un lado para tomar posesión de las riquezas libias. Ese Consejo Nacional de Transición – caterva de traidores y entreguistas- ha abierto la puerta a un conflicto más largo que al igual que en Irak y Afganistán, será una sangría constante a su propio pueblo, pero donde no tendrán tranquilidad los imperialistas de tomar posesión inmediata de los recursos que tanto añoran y urgen por la crisis de manutención de un sistema que se ha erigido sobre la abundancia y el derroche, el expolio y la miseria de otras naciones.
3. Gaddafi es un dictador como otros cientos de presidentes en el mundo, pero ha sido un dictador rebelde para EEUU y occidente. Y como EEUU dice, de acuerdo a sus propios intereses, quién es dictador y quién no, entonces cualquier gobierno que se oponga a la política yanqui es dictadura. Hugo Chávez, Evo Morales, que han sido electos, reconfirmados, apoyados totalmente por los venezolanos y Bolivianos, son dictadores para los EEUU y para todos los medios de información a su servicio. Los Somoza, los Strossner, los Pinochet y un sin número de reales dictadores que nunca fueron electos, mucho menos reconfirmados por plebiscitos o consultas, que siempre estuvieron al servicio incondicional de los EEUU, “no fueron dictadores sino gobiernos democráticos”. ¿Por que no preguntar si el hecho de que un mismo partido gobierne, que sus regímenes lleven a mayor miseria y mayor cantidades de muerte, por el hecho de elegirse cada cuatro o seis a un presidente deja de ser dictadura?
4. En México hemos padecido 35 años de dictadura porfirista, 70 años de dictadura del PRI y 11 años de dictadura del PAN; los hemos visto cambiar de cara cada cuatro o seis años usando elecciones que han sido una farsa, pero han gobernado para la misma clase social (empresarios multimillonarios y altos políticos), para los mismos partidos (PRI y PAN) y cada político (hay más de 100 nombres actuales en el PRI, PAN y PRD) –brincando de un cargo a otro y cobrando más de 150 salarios mínimos mensuales- se ha mantenido 30 o 50 años como pequeños dictadores. ¿Acaso los términos de dictadura y democracia no son términos ideológicos que se manejan a conveniencia? Gaddafi es indiscutiblemente un dictador, pero también lo fueron y los son, por sólo poner unos ejemplos, la Thatcher, Reagan, los Bush, Clinton y Obama. Así que poner a Gaddafi como un símbolo con el fin de derrocarlo y apropiarse estratégicamente del gobierno y el petróleo de esa nación es de un enorme cinismo.
5. Es muy importante que la comunidad internacional se de cuenta cómo el imperio yanqui, la OTAN, la ONU y los medios de información preparan las cosas, y así ha sido siempre: Si un gobernante fiel a los EEUU, como el mexicano Felipe Calderón, el colombiano Manuel Santos o el hondureño Porfirio Lobo están en dificultades para defender su gobierno, los yanquis actúan de inmediato para apoyarlos, aunque estén asesinando a sus pueblos, llevándolos abiertamente a la miseria o ser producto de golpes de Estado; pero si son gobiernos que como los Castro en Cuba, Gaddafi en Libia, Chávez y Morales en Venezuela y Bolivia, ponen los yanquis todas las armas, los bombardeos, el dinero necesario, para que esos gobiernos caigan. Y no debe olvidarse que mercenarios que cobran dólares para realizar protestas y levantamientos siempre habrá por decenas o cientos de miles, al fin están tan hambrientos y necesitados que se ponen en venta para cualquier postor. Por eso apoyar a Libia en este momento es ser antiimperialista.