Los libros de Historia mencionan infinidad de conflictos armados, ya entre países, ya entre comunidades, ya entre religiones, ya entre ideas, ya por intereses económicos, ya por amor... Las hubo cortas y largas, desiguales y disputadas, con cambios de fronteras y con cambios de gobiernos, las hubo geográficamente inexplicables, las hubo de frentes amplios y también concentradas en una ciudad, se desarrollaron por tierra, por mar y por aire... Pero por encima de todas estas circunstancias, todas las guerras sin excepción, tuvieron dos cosas en común, a saber: 1.- Incontables víctimas civiles inocentes y 2.- Ambos bandos eran conscientes de estar envueltos en un conflicto.
Pero hete aquí que la Tercera Guerra Mundial es distinta a todas las guerras anteriores, porque aunque sí cumple la condición de contar con víctimas civiles inocentes no cumple con la segunda condición, la de que ambos bandos sean conscientes de estar envueltos en un conflicto.
De hecho, casi nadie sabe aún que la Tercera Guerra Mundial ya dio comienzo hace algunos años, aunque eso sí, nadie podría precisar cuántos, ni tampoco cuando dio comienzo, y menos aún dónde.
La Tercera Guerra Mundial es fundamentalmente de carácter económico. Los bandos están definidos por la línea que divide a quienes son capaces de esclavizar a un semejante por ganar unas monedas y quienes no tienen más remedio que hacerlo consigo mismos para tener algo que llevarse a la boca.
Son estos últimos precisamente los que conforman el bando que ignora que se encuentra sumido en un conflicto bélico cuyo desarrollo y perspectivas no le son favorables en absoluto.
Pero no es eso lo único que ignora el bando perdedor, aunque finalmente tomara conciencia del conflicto en el que se encuentra, probablemente nunca llegaría a saber quién es el enemigo, y lo más grave, con qué armas cuenta éste.
El enemigo puede tener el aspecto estereotípico de un hombre de negocios que tiene poder suficiente para obligar a cientos, a miles o incluso a cientos de miles de ciudadanos a dedicar más de una tercera parte de su vida a realizar tareas que no quieren, en unas condiciones infrahumanas y a cambio de un salario insultante. El poder con que cuenta este enemigo frente a los ciudadanos no se lo confiere la cantidad de dinero que posea, sino que son los ciudadanos los que se lo otorgan con su credulidad y su sumisión, y la creencia de que ése y no otro es el único camino que han de recorrer para obtener el sustento diario. Tal vez contribuya a ello el bombardeo informativo sobre las cifras de desempleo y que busca hacerse un hueco privilegiado en el imaginario colectivo, formando una tribuna desde la que se aplaque rápidamente cualquier intento de rebeldía o resistencia de los ciudadanos.
Otro factor influye de forma determinante en el curso de esta Tercera Guerra Mundial, el bando perdedor, es decir los ciudadanos, ignoran algo más que resulta de la máxima importancia y es la idea de que todos ellos juntos forman un conjunto muy numeroso e infinitamente más poderoso que el enemigo y al que únicamente le falta cohesión, la idea misma de que forma un conjunto más homogéneo de lo que es capaz de imaginar. Si cada individuo que integra las filas de la infantería ciudadana, tomara conciencia de la existencia misma del compañero de filas, de quien sufre a su lado, de quien recibe las agresiones del enemigo..., tan solo consiguiendo eso, el curso de la guerra, sin duda alguna, cambiara radicalmente y de forma decisiva y permanente en favor del bando ciudadano.
A continuación el último parte de guerra que narra las más recientes victorias obtenidas por el bando enemigo:
-Las avanzadillas de extorsión de élite han conseguido establecer un campamento de operaciones en el corazón mismo del bando ciudadano en territorio español. Las agencias de calificación de deuda establecen un cuartel de operaciones en territorio español. (2)
-El ejército legislativo del enemigo ha conseguido introducir en la ley las medidas necesarias para que quien no tiene un lugar donde vivir(3), siga sin tenerlo, mientras sigue incumpliendo la eterna promesa constitucional del derecho universal a la vivienda. El espejismo nº47 de la Constitución especula (pero solo eso) con la idea de que cada ciudadano tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Además, especifica que "los poderes públicos" (una sutileza lingüística que induce a la confusión en el ciudadano) promoverán las condiciones necesarias para una distribución del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. Tal vez una oportuna corrección tipográfica adecuaría el texto constitucional a la realidad actual, bastaría con intercambiar la posición de los verbos "promover" e "impedir", el texto correcto vendría a ser así: "los poderes públicos impedirán las condiciones necesarias para una distribución del suelo de acuerdo con el interés general para promover la especulación".
-Los intentos del desorganizado bando ciudadano por alcanzar algún avance en este terreno han resultado completamente inútiles, y no han pasado de pasar a formar parte de las típicas promesas electorales(4) con que la infantería enemigaamaestra al ciudadano y sodomiza su voluntad. La dación en pago es uno de los mejores ejemplos de ello. El cuerpo de ejército enemigo que ha ocupado durante los últimos ocho años el poder, promete que obligará a la banca a aceptar este acto de justicia humana que es la dación en pago. Resulta cuando menos chocante que después de ocho años, el bando ciudadano tan solo haya conseguido la calificación de promesa para una necesidad tan acuciante.
-Los quintacolumnistas que jalean incansables a los líderes políticos que mienten incansables y les dan nuevas alas, siguen provocando una profunda brecha entre los ciudadanos perdedores, que ven cada vez más lejos la esperanza de darle la vuelta al curso de la guerra y alcanzar una situación en la que los ciudadanos, en tanto que personas físicas, estén por encima, muy por encima, de las personas jurídicas, la forma preferida por el enemigo para disfrutar de un cómodo anonimato tras el que parapetarse para llevar a cabo sus acciones bélicas contra el ciudadano.
-Las tropas de refresco que enviará el enemigo próximamente al frente y cuya llegada, al menos en España, se calcula para el 20 de noviembre, disponen de nuevas y peligrosas armas con que el enemigo espera poder alcanzar nuevas posiciones en el frente y dibujar nuevas fronteras que arrinconarán aún más al deshilachado bando ciudadano. Se rumorea que una de las nuevas armas, cuyo nombre en clave es "mecenazgo" (5) tiene capacidad suficiente para anular los últimos lazos que aún persisten entre el dinero público y la educación y la cultura que recibe a cambio ese público. El uso de esta terrorífica arma favorecerá la intervención privada en los dos ámbitos, creando una frontera natural entre el bien común y los intereses privados de quienes financiarán tanto educación como cultura, y que impedirá la difusión de contenidos que, por ejemplo, puedan resultar peligrosos o turbadores para lo que representan esos intereses privados, o que sencillamente no se ajusten a los cánones morales o religiosos de esos mismos intereses.
-El cuerpo de ejército de bulos y difamaciones del bando enemigo sigue conquistando nuevos terrenos al ignorante bando ciudadano. Gracias al reiterado uso de la más efectiva de las armas, el miedo, el bando enemigo atenaza las voluntades y estrecha el futuro de los ciudadanos cada día que pasa. El aparato de propaganda: los medios de comunicación, cumplen al pie de la letra las misiones encomendadas por el alto mando enemigo. Todos ellos al unísono hacen ver a la población que la herramienta concebida para materializar la democracia y conocida con el nombre de "referendum" es algo maligno, terrorífico y de terribles consecuencias para la propia sociedad de los ciudadanos. El mensaje interceptado en uno de los panfletos dice así: "Pánico en los mercados por el referendum griego sobre su rescate" (6). Un suboficial del bando enemigo como es el primer ministro griego Papandreu, en un ataque de lucidez, pretende convocar al pueblo griego a que decida sobre si apretar más el lazo de la soga que estrangula su economía y que le fue impuesto desde el cuartel general enemigo, o bien zafarse de él para siempre. El bando enemigo, alarmado ante la sola idea de que la voz ciudadana griega pudiera elevarse y ser oída por otros ciudadanos del mundo que viven confundidos en la bruma permanente del miedo, ha puesto a trabajar rápidamente a su infantería de rotativas. El objetivo de esta nueva campaña mediática es procurar que el ciudadano se identifique con "los mercados" y que sienta como en sus propias carnes el daño infligido a éstos por las decisiones surgidas del poder popular, de manera tal que al ciudadano servil y dócil se le forme en el cerebro la absurda y paradójica idea de que lo que es bueno para la democracia (referendum) no puede ser bueno para el ciudadano. Se da la circunstancia especial de que cada vez son más los ciudadanos que se sienten partícipes de las pérdidas de la bolsa (aunque no hayan invertido en ella) pero no pueden sentirse partícipes de los beneficios (por el mismo motivo).
Recuerde el ciudadano que la buena marcha de la bolsa no implica necesariamente una buena marcha de la economía, sino simplemente eso, una buena marcha de la bolsa. De hecho, muchas veces, demasiadas, la buena marcha de la bolsa tiene su origen precisamente en la mala marcha de la economía. Es la conocida técnica de la especulación tan utilizada por el enemigo para hacer tambalearse la estructura formada por los ciudadanos y conocida como sociedad. Sacudir un árbol siempre ha dado sus frutos. ¿Vamos a permitir que se quede el enemigo con los frutos del árbol que formamos entre todos?
Ciudadanos, no tengáis miedo y tomad la iniciativa, queramos o no estamos sumidos en una guerra, y no pinta nada bien para los ciudadanos, ¿vais a permitir que el bando ciudadano sea el único que tenga algo que lamentar en este conflicto?