Se puede aceptar que ingleses, estadounidenses, suecos, australianos, muchos o pocos europeos, que griten, que se masturben y eyaculen, solicitando que el gobierno monarca-parlamentario encabezado por el primer ministro, el terrorista David Cameron, acabe de una vez por todas o le ponga punto final al asilo de Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, la allane, viole la soberanía ecuatoriana y saque de allí al “sádico” ese y se lo entregue al gobierno de Estados Unidos. Lo que no debe aceptarse y debe ser repudiado y denunciado es que alguien que se considere latinoamericano haga lo mismo y hasta peor que los anteriores. Definitivamente: la única patria de los ricos es el dinero que tengan en su haber y por frontera todo lo que puedan obtener explotando y saqueando riqueza ajena.
No hay que asombrarse que existan venezolanos que se crean más ingleses que los de Inglaterra, más estadounidenses que los de Estados Unidos, más suecos que los de Suecia o más australianos que los de Australia. Claro, cuando arde París –tipo Comuna- prefieren sentirse como activos de la Rusia que fue zarista bajo la égida de un Thier. Esos mismos venezolanos son capaces, en determinadas circunstancias en que les conviene por específicos intereses económicos, de interpretar los pensamientos del Libertador como una defensa a ultranza de los designios foráneos pero, otras veces, cuando necesitan que su país sea invadido por un impostor entonces exaltan el pensamiento volcánico del padre de varias patrias como la expresión de la solidaridad entre pueblos hermanos. Y cuando se trata de combatir a un gobierno que permite la participación activa del pueblo en el ejercicio de la democracia política, invocan al Bolívar dictador como manera de negación de derechos políticos a las clases y sectores populares. Sin embargo, hay que repetirlo, Bolívar fue un verdadero internacionalista y antiimperialista y punto. No hay que buscarle una quinta pata al gato, porque terminan construyendo un garabato inexistente.
Para los venezolanos y las venezolanas, que por cierto no conforman la mayoría de la patria, el derecho de asilo otorgado por el gobierno ecuatoriano a Assange no es más que un show, porque el creador de WiliLeaks es una especie de Che Guevara del internet. Por eso claman al gobierno inglés que no siga permitiendo ese show. Y por si fuera poco en la argumentación de sus perogrulladas deforman toda la realidad de este mundo capitalista y lo convierten, por arte de magia de tanto odio al comunismo y a la verdadera libertad social, en “… un mundo socialista globalizado que se esconde detrás del tema de la libertad de expresión”. Ahora, a esos venezolanos y esas venezolanas cuyos cuerpos pueden estar en Venezuela pero cuyas mentes viven y duermen en países imperialistas, Baltasar Garzón les parece un farsante, un infiltrado socialista en el capitalismo por estar haciendo la defensa jurídica de Assange.
Para esos venezolanos y esas venezolanas que aman a los gobiernos que desconocen el derecho a la autodeterminación de los pueblos, que explotan y oprimen a otros pueblos, les parece que WiliLeaks es mediatismo porque denuncia las tropelías del imperio de sus sueños y de quienes anhelan sean sus dueños. Por eso, Assange les parece un fantoche, un nuevo Che Guevara del internet y del mundo socialista. Entonces, en demostración de su odio por Venezuela y su amor por Gran Bretaña, esos venezolanos y esas venezolanas, que por cierto son minoría en la sociedad venezolana, se preguntan y no encuentran respuesta: ¿Cómo es posible que una nación que ha sido capaz de grandes operaciones militares ahora la vemos vapuleada, burlada y sometida por este personaje?
Santo Dios: ¿cómo pueden haber venezolanos y venezolanas que sean capaces de poner todas sus fuerzas y todos sus pensamientos al servicio de un imperialismo que el resto del mundo está obligado a derrotarlo para evitar hecatombes, cuyas consecuencias no son predecibles en este momento? De esa manera irrespetan a la nación en que habitan, se burlan del derecho a la soberanía de muchos países para lisonjear a las pocas naciones imperialistas, irrespetan y se burlan del pueblo ecuatoriano al considerar al Ecuador como “seudo país” y como no es país el Ecuador, entonces, se justifica el allanamiento a su Embajada en Londres. ¡Perdónalos Dios pero que nunca los pueblos los perdonen! Son tan cínicos, tan epígonos y tan guardianes del imperialismo, esa minoría de venezolanos y venezolanas fundamentalmente Made in USA, que consideran que la Embajada de Ecuador en Londres no es ninguna sede diplomática pero sí lo es la Embajada de Inglaterra en Ecuador. De igual manera, tienen el mismo concepto de las embajadas de Venezuela, Argentina, Brasil y Nicaragua.
Pero esa minoría de venezolanos y venezolanas, que se sienten gringos y gringas aunque en otros territorios sean mirados y tratados con deprecio, son los que acusan a WiliLeaks de ser una fachada del socialismo internacional que “…sirve de triángulo nefasto de China, Rusia e Irán”. Da risa que en el tercer milenio, con tanto avance tecnológico en comunicación, existan personas que crean que en esos tres países señalados haya socialismo. Y lean esto: también dicen que esos países lo que hacen es atacar “… al mundo libre occidental”. ¡Que barbaridad! Será que esa minoría de venezolanos y venezolanas ¿no tienen acceso al internet o es que no leen ni escuchan ni ven noticias? Deberían echar una miradita a Irak, Afganistán y paren de contar. Y eso que en esa minoría existen algunos –vale por los dos sexos- que son politólogos, sociólogos, historiadores, economistas, artistas, humoristas, filósofos, educadores, abogados, comerciantes, banqueros, industriales, liberales, conservadores, reformistas y hasta astrólogos y brujos… Amén. No existe peor enemigo que aquel “criollo” que piensa con su cabeza asentada en la nación que anhela lo explote y oprima pero sus pies andan en el territorio del país donde nació, se crió, se desarrolló, se educó, donde trabaja y ha formado su familia.