La MUD es en este momento un saco de gatos, y lo de William Ojeda ayer apenas una pizca del gran zaperoco que bulle tras bastidores. A un colaborador de la página ENSARTAOS.COM.VE le llegó una información que hemos estado corroborando mediante otros contactos y que relataremos a continuación:
Ramos Allup y Guillermo Aveledo tuvieron un fiero encontronazo en una reunión que se realizó en Panamá, y a la que asistieron entre otros Omar Barboza, Alfonso Marquina, Julio Borges y Leopoldo López.
- Esa vaina es una miseria, lo que me están echando nojoda; estás equivocado si crees que me voy a quedar tranquilo, sinvergüenza –gritaba Ramos Allup quien parecía haber envejecido de un trancazo veinte años: el pelo erizado, los ojos desorbitados la lengua blanca y el rostro lívido.
Y realmente, a raíz del lío, Ramos Allup pasó enfermo dos semanas en cama, y ahora se le ve muy desmejorado, gritando pero sin mucho ánimo ni convencimiento.
Guillermo Aveledo había quedado momentáneamente encargado de la repartición de una “bolsa” de dinero que había sido enviada a través del City Bank a la MUD. Todos estaban muy atento a los montos estipulados para cada uno por el duro trabajo realizado en los últimos seis meses, cuando al entregarle la parte correspondiente a Ramos Allup, éste dio un salto y le espetó:
- No me vengas con esa guevonada, Guillermo que yo te conozco; ¿tú crees que yo soy un muerto de hambre? –y lanzó por los aires un papel que se le entregaba.
- Por favor no pierdas la compostura, Henry que no he terminado de explicar lo de esta entrega…– y Guillermo le puso la mano en el hombro amigablemente pero Ramos Allup lo rechazó con furia.
- Qué vaina es esa que a uno lo tratan como si fuera un advenedizo; tú sí eres un asomado que te pasaste cuatro años encuevado, cagado y sin hacer nada, metido en tus mafias peloteras. De pronto apareces y te quieres coger todas las pantallas, y dejar a los que nos hemos jodido desde que llegó este maldito mono al poder, con esta mierda pretendes que me quede tranquilo?
- Aquí todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad, y me respetas oíste. Me respetas. Yo cumplo con lo que me ordenan, ni soy patrón ni tengo a cargo empleados.
- Qué respeto, pendejo. Eres un pendejo, y contigo no sigo hablando. Váyanse bien lejos al carajo todos ustedes.
Henry dio un portazo y de una vez cogió para el aeropuerto. Iba hirviendo en su propia sangre.
Apenas llegó Henry a Caracas estaba recibiendo una llamada de Estados Unidos, de un Míster Joseph Walter, encargado de la sección del Departamento de Estado para América Latina. Con este personaje Henry se portó muy educadamente, nada de groserías, nada de alteraciones, y por el contrario aseguró que él mantendría su lucha contra el tirano tal cual como la había venido sosteniendo desde el momento en que el actual tirano comenzó a desfigurar la democracia, por allá en 1992.
- Son más de veinte años de lucha. Usted sabe que soy un demócrata a carta cabal. Pero quiero que usted entienda que yo también soy humano, y que no tengo en la política tres días sino más de cuarenta años. Lo que he hecho es trabajar para los demás, y por ser yo amplio, desprendido se me ha maltratado y humillado de la peor manera. Yo me aparte con mucha hidalguía para que otros lanzaran sus candidaturas, teniendo yo mucho más meritos y experiencia que ellos. No se ha sido justo conmigo, y sépase que carezco de bienes de fortuna. Otros que han hecho unos papelazos escondidos cuando más se les necesitaba, que nunca dieron la cara, ahora quieren aparecer como héroes y ser además los encargados de disponer de nuestro destino. ¿Le parece justo?
El agente norteamericano lo calmó pausadamente:
- Entiendo amigo Henry su incomodidad en este momento. Todo se va aclarar en estos días, y usted debe mantener la calma, una posición muy equilibrada, tal cual se acordó en nuestra última reunión en Nueva York. Continúe con su trabajo y asegúreme en este instante que así procederá de ahora en adelante. Únicamente para eso lo llamo.
La respuesta de Ramos Allup fue tajante:
- Sí, señor. Cuente con eso. Mi primer deber es con la patria. Nada de lo que pasó con el señor Aveledo afecta en absoluto mi compromiso, siempre por la libertad de expresión, por mi lucha a favor de los derechos humanos y por la defensa de la democracia en todo este continente. De eso quiero que no les quepa la menor duda. Gracias por llamar.
Ramos Allup podría dar una rueda de prensa y volar en mil pedazos a la MUD, pero tiene compromisos muy serios con el Departamento de Estado que lo mantienen bien MUDo, muy opaco, y tragando grueso.
Qué cosas tiene la vida: en realidad Acción Democrática fue una creación de la Standar Oil Company a través de Nelson Rockefeller y hoy es esa propia empresa, llamada ahora Exxon Mobil la que la condena a este partido a desaparecer. Insólito.
jsantroz@gmail.com