Cada uno tiene su Fe, pero la realidad política es otra por las tendencias ideológicas. El paso del tiempo, es la experiencia viva de Occidente, con sus años de antigüedad, la propia Roma motivo un modelo de cruzadas a través de los colonizadores españoles. Eran verdaderos legionarios muy parecidos a los franceses. La Iglesia Católica es importante en el mundo cristiano, porque, marca el martirio de muchos hombres, indígenas y vecinos explotados e infectados de enfermedades terminales por una tiranía atroz que no tuvo sentimientos.
Es Navidad, prefiero ir a los textos bíblicos y orar por el prójimo. El Papa Francisco y Benedicto XVI, desean hacer profundos cambios a la doctrina de la Iglesia para captar feligreses que llenen sus botijas, más sí provienen de países que tienen fuentes de petróleo, minas de cobre, oro y carbón, suponemos que donde hay oro negro existe gas.
En la oscura y aguda crisis que vive el mundo actual, ¿habrá algunos hombres iluminados dentro de la propia Iglesia que han comprendido estos complejos mecanismos, y les están permitiendo que se manifiesten según su naturaleza misteriosa?. Ellos, siempre han estado al lado de los imperios, no hay tiempo para el regreso. El año pasado, el papado atravesó un hito – un "kairós" – sin precedentes cuando el papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) abdicó para ser reemplazado un mes después por el actual papa Francisco (Jorge Bergoglio). El sabe que en Bolivia hay minas muy llenas de riquezas y por la fe, todo es negociable.
La historia de la Iglesia parece decirnos que Cronos deviene dentro de Kairós, que son sus hitos cargados de significado y que ayudan a explicar lo "profético" ("Mi "kairos" aún no ha llegado" le responde Jesús a su Madre cuando las Bodas de Cana…). Ambos, a su vez, se insertan dentro de Aion, el cíclico "tiempo de las edades" en que cambios sutiles, lentos y a muy largo plazo surgen y decaen dentro de la psique colectiva de los hombres.
En términos generales, casi podemos decir que Pedro y Pablo magistralmente fundaron juntos la estructural mundana,temporal y espiritual de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Las sutiles leyes que gobiernan el paso de los milenios seguramente son diferentes a nuestro moderno, materialista y cortoplacista concepto del tiempo. En verdad, en la Antigüedad había tres conceptos distintos para abordar el tiempo: "Cronos", que describía el tiempo profano y lineal; "Kairos" que señalaba los momentos significativos de la vida cuando Dios o los dioses manifestaban su plan divino a los hombres: "hitos cósmicos", podríamos llamarlos; y "Aion", del dios romano de los periodos muy extensos de tiempo cíclico, de donde se deriva el vocablo moderno "eón".
La historia de la Iglesia parece decirnos que Cronos deviene dentro de Kairós, que son sus hitos cargados de significado y que ayudan a explicar lo "profético" ("Mi "kairos" aún no ha llegado" le responde Jesús a su Madre cuando las Bodas de Cana…). Ambos, a su vez, se insertan dentro de Aion, el cíclico "tiempo de la teología y la barbarie. Ser cristiano es un ritual que nos une a los judíos, ortodoxos y protestantes. Pero es necesario forjar el dogma en Rusia para controlar el gas ucraniano e irse a los pantanos a sacar Fracking. Es una columna vertebral: Iglesia Romanista, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Colombia. Desbloquear a Cuba, sacar los presos de Guantánamo y avanzar hacia el Amazonia a través de un evangelio para el cambio, una propaganda engañosa y publicitaria.
La Iglesia, avanza hacia un nuevo santoral, una réplica del pasado. Veamos a la Iglesia de nuestros días.
Vemos como todos los pueblos son agredidos por una misma compacta y oscura elite de poder que se ha enseñoreado sobre el mundo. Innegablemente todo ello viene cargado de oscuros presagios. Muchos de ellos religiosos y satánicos, más no espirituales.
Hay élites promoviendo guerras, enquistadas en Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea e Israel, los jinetes del apocalipsis. Su lucha será contra Irán, Corea, Afganistán, Egipto, Malí, Somalía, India, Paquistán, Libia, Crimea y Sudán. Al frente de los jinetes apocalípticos se izara la bandera de los clérigos fanáticos y del Vaticano.