EEUU quiere cambio en Suramérica

La política imperialista de los EEUU, trabaja en función de un cambio de los actuales gobernantes suramericanos por unos más dóciles y proclives a obedecer sin chistar sus órdenes, gobernantes tipo Santos, Humala e incluso Bachelet, le complacería que fueran los que hoy dirijan los designios de naciones soberanas como Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia o Ecuador. Luego de su salida a patadas del Oriente Medio, por la aviación rusa y la impecable decisión del pueblo sirio y su ejército de ser libres e independientes, a los EEUU les ha tocado virar su mirada asesina al sur del continente americano, su otrora "patio trasero"; solo que, nuestra Patria Grande ha cambiado en demasía para los gustos gringos. La embestida imperialista de los EEUU, no se ha hecho esperar, y la arremedita contra el gobierno de Dilma en Brasil, la intentona golpista parlamentaria; la arremetida contra Evo en Bolivia, derrotada por la vía electoral; y las intentonas, tanto en Argentina como en la Venezuela Bolivariana, dan fe de cuán desesperada es la ansiedad imperialista de sembrar una cabeza de playa en los países vanguardia del proceso integracionista iniciado por Chávez, Lula y Kirchner, para desde allí, iniciar su plan desintegracionista. Nada casual esa arremetida, pues, nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, han comenzado a relacionarse con otros polos de poder a nivel planetario de igual a igual, tal son los casos de Rusia y China, además de plantearse el afianzamiento de la unidad latinoamericana y caribeña, mediante mecanismos como: UNASUR, la CELAC, el ALBA y MERCOSUR; como objetivo estratégico, para nuestra sobrevivencia como países libres y soberanos, en este convulsionado planeta.

Las recientes elecciones presidenciales en la patria de Néstor Kirchner, dan muestra del cambio que se ha propuesto el imperialismo de los EEUU para someter nuestros países, nuevamente, a los dictámenes de sus organismos financieros, léase: FMI y BM. Su candidato, el derechista Mauricio Macri, muy ligado a la derecha antivenezolana organizada en la MUD, pudo alcanzar el llamado balotaje o segunda vuelta, en su enfrentamiento a las fuerzas patrióticas organizadas en la República hermana de Argentina. Bajo la plataforma "Cambiemos", Macri se propone un plan de gobierno que se reduce a la vuelta a los tiempos de Menem, tiempos de privatización, flexibilización laboral y de "relaciones carnales" con el imperialismo de los EEUU.

El "cambio" propuesto por Macri, se inclina por la vuelta del FMI a la dirección de las finanzas públicas del pueblo argentino; no por casualidad, entre las promesas hechas por el candidato del imperialismo de los EEUU en las elecciones argentinas, se encuentre la devaluación del peso con relación al dólar y su liberación de cualquier control del Estado. Asimismo, el "cambio" prometido por Macri, conllevaría a una reducción sustancial de los impuestos que cobra el Estado a quienes ganan más. Así, Macri, recita el credo neoliberal: "Cuanto menos impuestos cobre el Estado, más trabajo va a haber para los argentinos", por supuesto, menos impuestos, menos ingresos al Estado y mayores ganancias obtiene el factor capital, reduciendo con ello, su contribución al financiamiento de importantes servicios sociales impulsados tanto por Néstor como por Cristina, en áreas como salud, educación, vivienda, transporte, que durante sus gobiernos, tuvieron un importante apoyo del Estado Argentino. Es por ello, que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ha pedido a sus compatriotas reflexionar sobre las opciones presentadas en la actual coyuntura electoral presidencial, afirmando que no se trata de dos candidatos, sino de dos modelos de país, quienes se disputarán la elección presidencial. En otro acto de campaña, Cristina fue más enfática con Macri y su forma de apreciar los derechos humanos: "Yo escuché a alguna persona que hablaba del curro de los Derechos Humanos. Quiero decirles a todos los argentinos, que los únicos curros fueron de los empresarios para imponer un plan económico que estatalizó la deuda de los privados". Nos hizo recordar Cristina, una situación similar ocurrida en nuestra Venezuela, ya que, en tiempos de Jaime Lusinchi y su "mejor refinanciamiento del mundo", el Estado venezolano acogió como propia la deuda externa que tenían empresarios privados con entes externos; fecha desde la cual, las y los venezolanos, les hemos estado cancelando sus deudas a esos empresarios parasitarios, tipo Lorenzo Mendoza.

El plan económico de Macri, es sencillo de explicar y se sustenta, como punto de partida, en una megadevaluación del peso argentino en relación al dólar estadounidense, la cual conducirá –inexorablemente- a un alza generalizada de los precios de todos los servicios públicos y no tan públicos, así como, del conjunto de las mercancías que se mueven en la economía argentina, con excepción de una sola: los sueldos y salarios de las y los trabajadores, que comenzarían a devaluarse en relación con el factor capital. La inflación, jugaría el rol de transferir los ingresos obtenidos por las y los trabajadores hacia el factor capital quien, mediante el mecanismo inflacionario se garantizaría, el sustento de altas tasas de ganancias, como bien lo explica el economista Fernando Pisani: "Pero detrás de la inflación, y delante de los que la producen aumentando los precios, lo que está en juego son las altas tasas de ganancia de la gran burguesía argentina y extranjera en Argentina" (Pisani, Fernando J., El Control de Precios ¿Dónde está la clave?). Así, los asesores económicos de Macri, alcanzarían su principal objetivo, como lo expresara Carlos Melconian: "disminuir los salarios en dólares", forma elegante de proponer, sin decirlo explícitamente, una regresiva distribución de la riqueza. Con ello, iniciar el proceso de reversión de los grandes logros sociales alcanzados en doce años ya, de políticas con alto contenido social iniciadas por Néstor y reafirmadas por Cristina; aspirando el pueblo Argentino, que Scioli les de continuidad, en su próximo gobierno de fortalecimiento de la soberanía e independencia nacional, alcanzados en la era de los Kirchner.

La situación venezolana, tiene sus analogías con el proceso actual que vive el pueblo argentino. El imperialismo de los EEUU, a través de sus agentes políticos: la MUD, la patronal Fedecámaras, la iglesia católica, autoridades de las universidades públicas autónomas, los medios privados de comunicación, los gobiernos de Colombia y Guyana, el uribe-paramilitarismo, entre otros; han encauzado en la patria de Bolívar y Chávez, una guerra de baja intensidad, que ya lleva el infortunio de 54 compatriotas asesinados por las hordas fascistas de la derecha imperialista y más de un millar de compatriotas lesionados y heridos.

El imperialismo de los EEUU, ha combinado toda una diversidad de mecanismos de agresión: guerra cambiaria (cambistas colombianos y dólar today); guerra económica (especulación, acaparamiento y contrabando de medicinas, alimentos y demás mercancías de primera necesidad hacia Colombia); guerra psicológica en diversidad de grados, en los cuales los medios privados de comunicación, tanto nacionales como internacionales, han jugado un papel estelar; guerra diplomática, con agresiones desde los propios EEUU, Colombia, Guyana, España y la Euro Cámara de diputados. Bien podríamos decir, que durante los últimos dos años y nueve meses, que tiene al frente del Gobierno Revolucionario el camarada Nicolás Maduro, el imperialismo de los EEUU ha desplegado toda su experiencia acumulada a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, en derrocar gobiernos que no le han sido afectos a sus designios de dejarse subyugar a sus mandatos. No se le ha permitido gobernar, al camarada Maduro, con libertad plena, pues, los agentes del imperialismo de los EEUU, actuantes en territorio patrio, se han dedicado al saboteo permanente de la economía, de los servicios públicos, en fin, de todo aquello que proviniendo de la mano protectora del Gobierno Bolivariano, se dedica a mejorar la calidad de vida del pueblo venezolano.

No por casualidad, en su actuación como diputados en la Asamblea Nacional, los agentes del imperialismo de los EEUU (la MUD), no han aprobado con sus votos el Presupuesto de la Nación, durante los 16 años de vida que tiene ya, nuestra Revolución Bolivariana, y eso dice mucho de sus objetivos, si pudieran alcanzar la mayoría parlamentaria que les posibilitara controlar la Asamblea Nacional. Impedirían, sin duda alguna, la funcionabilidad del Estado, negándoles con sus votos, la aprobación del Presupuesto de la Nación. En la misma línea, nunca han aprobado los Créditos Adicionales, en los cuales se sustenta el financiamiento de los incrementos del Salario Mínimo Nacional que, en 30 oportunidades, durante los últimos 16 años, ha aprobado el Gobierno Bolivariano en justeza al trabajador o la trabajadora de la patria. Y con el ajuste del Salario Mínimo, han negado también los respectivos ajustes de las pensiones, no solo en cuánto a monto sino también en cuanto a número de beneficiados o beneficiadas. La representación del imperialismo de los EEUU en nuestra soberana Asamblea Nacional ha representado, como lo manifestó en alguna oportunidad nuestro Comandante Chávez, la nada. La actuación de los diputados del imperialismo de los EEUU, ha sido para sabotear y objetar decisiones de nuestra Asamblea Nacional, en procura de garantizar calidad de vida a nuestro pueblo y fortalecer, nuestra Independencia y Soberanía Nacional.

Tan igual, como las elecciones presidenciales en la hermana República Argentina, al pueblo venezolano se le somete a la disyuntiva de elegir entre el "cambio" que promete la MUD, sustentado en la vuelta a un pasado nada distante, en que nuestro país era teledirigido desde Washington y regida su economía, por los dictámenes del FMI y el BM, con los cuales, desde ya negocian Lorenzo Mendoza y Ricardo Hausmann, un paquete de medidas tipo Macri, tipo Carlos Andrés Pérez (1989); y la otra postura, más social, de reafirmación nacional y nacionalista, con alta vocación antiimperialista y suramericanista, sustentada en el compromiso de darle continuidad a la visión y misión, que nos legó nuestro Comandante Hugo Chávez Frías en su Programa de la Patria. En eso se resume, la elección que nos tocará dirimir este próximo 6 de diciembre. De ti dependerá, evitar volver al pasado reciente de lo que conocimos como cuarta república y perder los grandes logros sociales, alcanzados en estos últimos 16 años ya, de Revolución Bolivariana. Como nos sugiere Cristina: reflexiona, es la Patria la que está en juego este 6 de diciembre…


Caracas, 09-11-2015



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Henry Escalante


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