La lucha que hoy se libra en Venezuela y que el 6 de Diciembre próximo tendrá expresión en la contienda electoral es decisiva no sólo para ese país sudamericano sino para todos los procesos emancipatorios en curso en América Latina y el Caribe. La Revolución Bolivariana ha resistido una tremenda campaña desestabilizadora orquestada por el gobierno de Estados Unidos, para cuyo objeto ha venido destinando en los últimos años millones de dólares del presupuesto federal para generar toda suerte de dificultades económicas (como el desabastecimiento planificado de artículos de primera necesidad, por ejemplo), fortalecer a la oposición, financiar el terrorismo mediático y las giras internacionales de sus principales dirigentes para concitar el apoyo a su perversa causa.
Por eso es que la que se está librando en la patria de Bolívar y Chávez es nuestra ‘batalla de Stalingrado’. Si la reacción oligárquico-imperialista tiene éxito en su empeño toda Latinoamérica sentirá el mazazo y el promisorio proceso de transformaciones iniciado en la región a comienzos del siglo veintiuno no sólo se detendrá sino que el escarmiento contra los países cuyos gobiernos tuvieron la osadía de desafiar al imperio será terrible.