De Trump se han dicho muchas cosas. La primera y como más difundida es su sueño de conquistador, pero no a lo Casanova, sino por el acoso sexual, sintiéndose seguro en tanto dinero como el que ha tenido. Pero hablando de conquistador, y habiendo llegado a la presidencia de EEUU, ese rasgo, el de conquistador de mujeres en su particular estilo, es evidente que también quiere aplicarlo como los reyes y emperadores europeos de la época del nacimiento del capitalismo y hasta antes, a lo Carlos Magno. Claro, la naturaleza del capitalismo de su país, con una moneda sin respaldo y una industria militar gigantesca, como estructurado para la guerra, pero lejos de su territorio, le hace propicio intente hasta superar a quienes gobernaron y conquistaron territorios ajenos antes que él. Ignorando que el mundo ha cambiado tanto que de pronto tiene de su país una idea distinta a lo que en verdad es. Quizás, por eso, ha pretendido aplicarle a China, país al cual el suyo le debe hasta el modo de caminar, políticas como si se tratase una aldea del tercer mundo.
Alguien suele decir, no sin acierto que, a nadie se le puede aplicar mejor aquello de ser como "un elefante en una cristalería" que al actual "inquilino de la Casa Blanca". Todavía uno no sale de su asombro por aquel video en el cual Trump aparta a empujones a un presidente o primer ministro para abrirse paso cuando llamaron a la fotografía de estilo en un evento internacional de altas mandatarios. Tampoco, aquel intercambio de insultos entre él y una ex reina de belleza venezolana que dio su apoyo a la Clinton, donde se olvidó que se trataba de una mujer o dama y el futuro presidente de EEUU.
Como diplomático es por demás incompetente. Tanto que con demasiada frecuencia se ve obligado a desmentirse con palabras o hechos. Ya no estamos cansando o mejor fastidiando de escucharle anunciar por sí mismo o sus voceros que se reunirá con el Jefe del Estado de Corea del Norte, como desmintiendo lo mismo. Pocos días atrás, volvió a fijar fecha para ese encuentro que antes había desmentido, creo que en Junio, obligado por el rumbo que están tomando las relaciones diplomáticas entre las dos Coreas, cuyos primeros mandatarios acaban de tener una larga entrevista demasiado cordial, cuestión que casi nadie esperaba poco tiempo atrás.
Contraviniendo a la ONU y los acuerdos de este organismo desde 1945, a raíz de la finalización de la segunda guerra mundial y el nacimiento del Estado de Israel, que decidió un status particular sobre Jerusalén, como que no está sujeta al control político de este y tampoco del Palestino, que le dejó como un espacio común a ambos, Trump de manera unilateral o mejor contando sólo con el apoyo de parte interesada en el asunto, el gobierno israelita, convalida la decisión que la antigua ciudad cristina, sea convertida en la capital del primero. No le importó aquella decisión ni de la ONU, lo que equivale a la absoluta mayoría de los países que firmaron el acuerdo de Ginebra, por supuesto tampoco la opinión de una de las partes en pugna.
Pese la casi postración del actual presidente mexicano, Peña Nieto, quien perdió casi todo el respaldo del cual contó antes, tanto que en la actualidad, celebrándose en su país una campaña electoral para sustituirle, el candidato que apoya apenas se halla en el tercer lugar y demasiado lejos, Trump no pierde oportunidad de humillar a los mexicanos y al propio Peña Nieto. Lo del muro y la conducta de las autoridades estadounidenses con los mexicanos que se mueven cerca del mismo, son cosas por demás ofensivas e irrespetuosas que hablan de una diplomacia arrogante y racista.
Dos o tres meses atrás, por una resolución de la ONU, Trump procazmente habló de "42 países de mierda", por cierto entre los cuales incluyó a México porque votaron a favor de una resolución que no le gustó.
Más de una vez se ha referido de manera irrespetuosa a algunas de las gobernantes europeas, pese sus países son sus aliados.
Casi ahora mismo, se ha metido en un problema de grandes dimensiones, tanto que obligó a una alta diplomática europea a decir, refiriéndose a Trump, "con amigos como él, para que tener enemigos". Pues resulta que Trump, de manera unilateral, con el apoyo solamente de Israel, declaró roto el acuerdo logrado entre la OTAN, organismo del cual forman parte EEUU y los países europeos, e Irán en materia nuclear. Siendo así, la seguridad de Europa quedaría sujeta a los tremendismos, por decir lo menos, del gobierno de Israel.
Para terminar, porque después de esto no se pudiera decir nada peor e indigno, acaba de calificar de "animales", lo que el más torpe de los diplomáticos jamás diría, a todos aquellos ciudadanos, que por una razón u otra, viven en su país en condiciones de indocumentados.
Sabiendo cómo están las cosas en el mundo de hoy, como para los gobernantes coreanos se reúnan buscando acuerdo por cuidarse de la amenaza nuclear, tal como Europa lo hace con Irán; cuando China y Rusia, por sólo nombrar dos potencias disputan con EEUU por la hegemonía o el equilibrio mundial, tener a Trump en la presidencia es peor que un animal feroz y hambriento se haya escapado del zoológico y merodee por el barrio.